Un Limosnero De Profesion

UN LIMOSNERO DE PROFESIÓN

Las calles de Lima siempre tan movidas como la vida misma, el tráfico, la gente camina casi corriendo, los ambulantes y los limosneros.

Si usted conoce, aquel que se para en el semáforo y le pide unas monedas a cambio de nada, se llama limosnero. Subir las escaleras de la avenida Grau y encontrar en un rincón una persona invidente con el sombrero extendido causando una sensación extraña y te hace pensar en cuestión de segundos, que tan necesitados pueden ser, que tan rico puedo ser para esa persona, pero no son los únicos que encontramos en las calles.

Quien no ha brindado una moneda amablemente a una persona ya sea niño o adulto que está sentado en la calle a la intemperie del frio o del sol. En Lima el porcentaje de limosneros entre niños y adultos es el de 930 personas, el cual 350 son niños como llegaron a ser limosneros, muchos creen que es la mejor profesión, llevarse el dinero fácil sin hacer nada y sin ofrecer algo al que colabora con uno.

Un problema no tan reciente, pero que actualmente en la sociedad está provocando dolores de cabeza. Muchos piensan que son una plaga que invaden día a día los espacios públicos, y son manchados por personas que realmente tienen más que la persona que colabora con ellos. Existen muchos reportajes de limosneros ricos, que ganan más que un trabajador de una empresa, existen falsos inválidos y ciegos, como se dice la típica frase ya no se confían de nadie.

¿Ayudar o no ayudar? Es difícil saber y darse cuenta quien es que verdaderamente necesita un apoyo, en el camino de este reportaje y de la calle encontramos a un amigo limosnero y que no desea ser llamado limosnero, sino una persona con necesidad y que la vida no le brindo las oportunidades que a otra persona si les brindo.

No quiso dar su nombre pero es llamado por sus amigos o compañeros de su “trabajo” Fredy, dice que su nombre no le agrada pero que tampoco le gusta dar y es complicado por no decir un poco difícil, que una persona que pide unas monedas me conceda una entrevista, ellos saben bien quienes son los que realmente necesitan y quienes solo se aprovechan de la sensibilidad de las personas para sacarles unas monedas del bolsillo.

Fredy de 38 años, nos comenta que mientras me da la entrevista está perdiendo dinero, así que le ofrezco una cantidad para que no se sienta afectado y este tranquilo al responder mis preguntas y hacer amena la conversación así que no dejo de estar un poco tensa pero con el transcurrir de la entrevista todo estará normal.

Me comenta que el de niño jamas ha tenido nada, estudio solo primaria y que sus padres también salieron a las calles a pedir ayuda para que puedan comer cada día, “esta vida es complicada, se que mis padres pudieron darme más de los que me han dado pero solo se quedaron en donde están, se que no tengo una profesión y tampoco digo que soy mejor que mis padres, pero tengo una hija y ella estudia y es por ella que me encuentro en las calles para darle lo mejor” en ese momento pienso y una frase se asoma por mi mente, si uno realmente quiere sacar adelante a su familia lo puede hacer, y puede cambiar el rumbo de su destino.

Fredy me queda mirando y me pregunta tú tienes hijos y le digo que no, y le recordé que la entrevistadora soy yo y no el y me respondió diciendo “si tu fueras madres me entenderías y te darías cuenta todo lo que un padre puede hacer por sus hijos” trate de no desviarme del tema y solo sonreí y proseguí.

Él no se veía enfermo, al contrario es un hombre que puede trabajar en cualquier cosa menos de limosnero, pero no dejaba de decirme que no tiene estudios y el culpable de que no le puedan dar trabajo es el gobierno, siempre te piden experiencia, por mi edad ya nadie da trabajo

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