Una interpretación de la situación económica actual
Enviado por emiliajc • 27 de Julio de 2016 • Síntesis • 1.716 Palabras (7 Páginas) • 313 Visitas
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MACROECONOMÍA
OFERTA Y DEMANDA Y EL CICLO ECONÓMICO:
Una interpretación de la situación económica actual
Emily Jácome Castro
Grupo 1461
Ing. Jorge Freire
La crisis económica que ha afectado a gran parte de los países industrializados en los últimos años ha sido singular por su intensidad, por su carácter bastante generalizado, por su complejidad y por las dificultades para su superación. En este último aspecto, España, que fue uno de los países que experimentó una expansión más acusada en el período anterior, destaca por el fuerte retroceso que está experimentando el empleo, por las dificultades que afronta la recuperación y por los mayores riesgos que presenta la posible recaída. Algunas de estas cuestiones merecen una mayor atención.
No solo el Gobierno español intentó reducir los efectos de la inflación por el lado de la demanda. Los bancos adoptaban la misma posición, tratando de contrarrestar los efectos de la inflación mediante el aumento de las tasas de interés. Sin saber que estaban contribuyendo a endurecer las condiciones financieras (que serían asumidas por las empresas y consumidores), incrementando aún más la inflación de la oferta.
A partir de la teoría de Keynes[1] se propone descubrir las condiciones que exponen al empleo como factor principal para responder a los desafíos del momento. Tras afirmar que su volumen está determinado por el punto de intersección de las funciones de oferta agregada y demanda agregada. El mayor aporte de Keynes: el papel activo de la demanda, provocando un giro copernicano con respecto a sus contemporáneos, para quienes la clave estaba en la oferta.
El PIB empezó a descender en España en el tercer trimestre de 2008 y siguió disminuyendo durante el resto de 2008 y todo el año 2009, completando seis trimestres consecutivos de caídas, que, en términos acumulados, supusieron un descenso del nivel de producción de en torno al 5%. El ajuste del empleo ha sido más virulento y prolongado -el descenso de la ocupación se inició a comienzos de 2008 y todavía continuaba a finales de 2010- mientras que la productividad ha mostrado el mismo patrón anticíclico que en episodios recesivos anteriores.
A los problemas de ineficiencia del mercado de trabajo que han emergido, se han venido a añadir cambios en el patrón de comportamiento de la oferta laboral que ha entrado en una clara fase de ralentización y que ha visto reducir significativamente sus posibilidades de expansión futura. Esto se debe, en gran medida, a la respuesta de la inmigración al cambio cíclico, que ha recortado drásticamente su tasa de avance en los últimos años, hasta registrarse descensos de los flujos migratorios en términos netos en 2011.
Según Ibn Jaldun[2] En los mercados se encuentran las cosas que son necesarias para los hombres; en primer lugar, las que les son indispensables y que sirven para la alimentación, y otras del mismo género. Asimismo se encuentran las cosas de necesidad secundaria y superflua.
Si la ciudad es grande y encierra numerosa población, los artículos alimenticios de primera necesidad, y todo lo que se entiende dentro de esta categoría, son baratos; pero los superfluos, son más costosos. Lo contrario ocurre en las ciudades de pocos habitantes y de escaso progreso. He aquí la razón: Aquello es indispensable para la alimentación del hombre: por tanto sobran los motivos para que cada quien trate de abastecerse de ellos. Norma invariable. De tal manera la existencia en dichos bienes indispensables supera a la exigencia de la población; y por consiguiente baja su precio en el mercado, excepto en algunos años en que las influencias atmosféricas perjudican a su producción. Ahora si los habitantes, con el temor de una tal desdicha, no acaparan a tiempo esos cereales, se brindarían graciosamente y sin compensación, debido a su gran abundancia por el crecido número de la población.
La magnitud de la contracción en 2008 y 2009 no fue muy diferente a la que mostraron los principales países europeos. En el punto más bajo del ciclo, Alemania e Italia habían perdido más de 6% de su nivel de producción anterior a la crisis, mientras Francia solo había cedido 3,5% de su nivel de actividad anterior. En esa comparación, España destaca por ser el país que experimentó el retroceso más brusco de su demanda nacional, que fue más del doble que el registrado en cualquiera de los otros tres países.
Si bien fueron las familias y las empresas no financieras los dos sectores institucionales en los que se generó una clara posición deudora en términos netos, las entidades de crédito fueron, a su vez, quienes intermediaron para obtener la financiación exterior que cubriera el desequilibrio externo. De este modo se originó un proceso de fuerte aumento del endeudamiento de empresas y familias con las entidades de crédito españolas, al tiempo que estas recurrían al ahorro externo para financiarlo. Este proceso alcanzó un volumen y una velocidad notables, lo que incrementó sustancialmente la vulnerabilidad de la economía española, especialmente si algún acontecimiento fuera del control de las autoridades o de los agentes nacionales afectaba a la percepción de riesgo sobre ella o su sistema financiero.
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