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Violencia En Estadios De fútbol Ecuatorianos


Enviado por   •  12 de Marzo de 2013  •  2.390 Palabras (10 Páginas)  •  535 Visitas

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Violencia en estadios deportivos ecuatorianos: las autoridades no tienen aclaradas sus obligaciones

La violencia presenten estadios deportivos de fútbol ecuatoriano es una realidad latente en nuestra sociedad, pero hasta tiempos recientes, ignorada. ¿Cuántas veces hemos oído de disturbios durante un partido, o al final del mismo en los exteriores del estadio? Los peor de todo es que siempre que hay desmanes, no hay castigos severos e implacables. Hemos llegado al punto en el que la cifra de muertos y heridos ni siquiera es de sorprenderse, como si fuera algo que es de esperar. Por lo tanto es un tema que merece atención particular. La incidencia de las barras bravas en los episodios de violencia se ha considerado como la principal causa, pero ¿dónde quedan las obligaciones respectivas de los dirigentes del fútbol y las autoridades respectivas? Se empieza por analizar las obligaciones de cada uno de los actores tanto como las fallas en la organización de sus responsabilidades. Tomando en cuenta el ejemplo extranjero de países como Inglaterra y Chile, se llega a la conclusión que el problema radica en la centralización de la responsabilidad en un solo actor, la Policía Nacional, mientras que la solución está en la participación en conjunto de todas las autoridades y dirigentes de futbol respectivos.

Palabras clave: fútbol, violencia, barras bravas, dirigentes deportivos, medios de comunicación.

El fútbol es de lejos el deporte más popular en el mundo puesto que no hay país en el que no sea practicado; debido a esto se le ha asignado el título del “Rey” de los deportes. Sin embargo, el conflicto se ha vuelto inherente al fútbol y tal “amor” que evoca la hinchada por este juego ha tenido repercusiones sociales como actos de violencia dentro y fuera de los estadios deportivos. Pero, si bien es cierto que las barras bravas tienen relación con estos hechos, no se les puede adjudicar toda la responsabilidad, dado que en el caso ecuatoriano existen algunas ambigüedades entre las responsabilidades conferidas a cada uno de los actores involucrados en el tema deportivo como la FEF , Policía Nacional, Clubes Deportivos y Ministerio del Deporte. El presente trabajo tiene por objetivo realizar una lectura preliminar a la situación ecuatoriana frente a esta problemática de violencia, y analizar la intervención de cada uno de estos actores comparándolos con acciones tomadas en países extranjeros como Inglaterra y Chile, ya que han logrado algunos avances en este tema. Finalmente se mencionan algunas medidas realizadas por el Ministerio del Deporte para dar un alto a la violencia futbolística.

La historia del “Rey” de los deportes tiene un lado oscuro. En un principio, el fútbol fue una práctica tan brutal y sangrienta que fue prohibida en varios momentos y lugares. Según García Candau “En 1888 hubo 23 jugadores muertos, 30 piernas fracturadas, 9 brazos rotos, 11 clavículas partidas y 27 lesiones de diversa consideración. (Carrión, 2010). Pero todo terminó con el aparecimiento de un juez, el árbitro, el desarrollo de una institucionalidad que vele por la justicia, FIFA, y el impulso de la política del “juego limpio”. De tal manera que se desplazó la violencia desde los jugadores hacia los espectadores. Así es como alrededor de los años sesenta llegaron los hooligans en Inglaterra y las barras bravas en Argentina, que se desarrollaron con fuerza desde los años ochenta.

El caso inglés merece atención especial. Como se mencionó anteriormente, desde los años ochenta los hooligans ya se tomaban las canchas deportivas. Pero hubieron 3 tragedias sucedidas hasta que el gobierno decidió tomar medidas: en Hasley y Bradford (1985) murieron 36 y 54 personas respectivamente, y en Hillsborough (1989) en donde fallecieron 96 personas. (Dammert, 2008: p. 4). El gobierno de la primera ministra Margaret Thatcher ordenó una investigación profunda sobre la causa de la violencia en estadios ingleses. Surgió entonces el Informe Taylor, que identificó las causas principales del desastre: “No se habían establecido capacidades máximas para cada terraza; […] la ineficiente comunicación entre miembros de la policía y organizadores retardó en casi 30 minutos el reconocimiento de lo que estaba sucediendo dentro del estadio” (Betancourt, 2007: p. 3). Pero el conocimiento es camino a la solución, y al haber identificado las causas del problema se tomaron medidas al respecto como readecuar estadios y asignar responsabilidades específicas a los actores involucrados en este tema deportivo. El caso ingles, debe ser ejemplo para países de todo el mundo que se enfrentan con esta problemática de violencia.

En el caso ecuatoriano se informa que las principales barras bravas son: “Sur Oscura” del Barcelona, “Boca del Pozo” de EMELEC, y “Muerte Blanca” de Liga Deportiva Universitaria. Lamentablemente desde el año 2007, el fútbol ecuatoriano registra a cinco hinchas fallecidos por culpa de la violencia sucedida dentro y fuera de escenarios deportivos. (UltimasNoticias, 2012). Un muerto por año desde el 2007. ¿Qué relación tiene este saldo con la violencia deportiva que viven los países vecinos? Por un lado tenemos a Perú, donde desde el año 2000 han sido asesinados 3 hinchas, y por el otro a Colombia donde sólo en el último año han fallecido 18 personas. (UltimasNoticias, 2012) ¿Mucho o poco? La diferencia radica en que en la estadística colombiana no discrimina entre hechos cerca o dentro de los estadios o en disputas fuera de este entorno. Mientras tanto en Ecuador se dispone de poca información sobre esta situación ya que hasta tiempos recientes se consideraba a este tipo de violencia como un problema poco relevante para el contexto nacional.

Sin embargo, pese a la nula atención recibida desde las instituciones encargadas de generar y ejecutar políticas de seguridad, se puede empezar por entender brevemente la organización de las barras bravas. Para empezar se debe excluir un pensamiento generalizado erróneo: cuando estos hechos aparecen en los medios de comunicación, sus actores son observados y descritos como “salvajes” o como “los inadaptados de siempre”. En primer lugar, existe una diferencia entre hinchas militantes y los que tan solo son espectadores. Los primeros se distinguen por ser más perseverantes alentando a su equipo. “Por las facilidades que obtienen para ingresar al estadio local y por el compromiso que sienten hacia el club, estos hinchas generalmente son socios de la institución” (Alabarces, Garrica, & Moreira, 2008: p. 2). Mientras que los espectadores que integran la barra o hinchada tambipen se reconocen como hinchas fanáticos, pero a diferencia de sus compañeros militante, no se afilian al club. (Alabarces, Garrica, & Moreira, 2008: p. 3). En segundo lugar, ambos grupos responden al

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