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WARISATA. LA ESCUELA AYLLU Y LOS CLÁSICOS DE LA EDUCACION BOLIVIANA


Enviado por   •  25 de Abril de 2019  •  Resumen  •  1.927 Palabras (8 Páginas)  •  510 Visitas

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WARISATA. LA ESCUELA AYLLU Y LOS CLÁSICOS DE LA EDUCACION BOLIVIANA

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La escuela ayllu de Warisata planteó una de las experiencias y pensamientos educativos más significativos en Bolivia.

Ha sido muy significativo para muchas personas el nombre de esta ley ya que no solo reconoce a la escuela fundada en Warisata en 1931, sino que también reconoce la lucha de los pueblos indígenas y originarios por buscar una educación liberadora para todos los bolivianos y bolivianas, no en el sentido de rebeldía sino a partir de un derecho, un valor fundamental.

Cuando el estado republicano tenía interés en una educación para los indígenas su plan era “civilizar” a los “indios”, con esto les ofrecían una educación que los alfabetice y castellanice. Esto pese a su sentido civilizador brindó muchas oportunidades al pueblo indígena que inmediatamente aprovecharon como herramientas para defenderse, resistir, liberarse.

Una figura sobresaliente de la educación como instrumento de liberación  fue Avelino Siñani, quien trabajó continuamente con y sin apoyo, utilizando las oportunidades brindadas por los planes educativos estatales; Fue parte vital del parlamento amauta, encargado de velar por la continuidad de esa obra en la que dejó su propia vida cuando la misma fue destruida.

Elizardo Pérez fue parte activa para buscar una educación para los indígenas a partir de su realidad, de su contexto y su forma de vida.Warisata estableció una educación integral, que no reducía a la alfabetización, sino que la entendía a partir del trabajo en aula.

Para muchos la escuela ayllu, significaba la descolonializacion de la educación, lo que con el tiempo ocasiono que se alzara un oposición de parte de los hacendados y burócratas, pero esta buscaba el desarrollo de la comunidad desde su cultura y los valores; como Elizardo Pérez decía, se buscó en Warisata “modernizar la vida indígena sin abandonar la tradición”.

Warisata fue un evento muy significativo de nuestra historia que aun continua sirviendo de inspiración en nuevas experiencias educativas.

Prólogo a la Primera Edición

Las luchas por la emancipación humana tuvieron en Warisata un momento de fulguración. No fue creada esta Escuela por un espíritu altruista o filantrópico, sino que nació como un instrumento de liberación de las masas indígenas de Bolivia en lucha contra el régimen de la servidumbre.

La Escuela de Warisata fue fundada el 2 de agosto de 1931 por Elizardo Pérez y Avelino Siñani. Diez años más tarde la obra había sido salvajemente destrozada por la barbarie feudal, saqueadas las escuelas, perseguidos los maestros, escarnecidos los indios. Veinte años después, se hace justicia a los hombres que edificaron las escuelas y se señala a los culpables de su destrucción.

Elizardo Pérez inicia su libro con la reproducción de un artículo titulado “Warisata Mía” publicado en febrero de 1941.Se trata de una página ardiente, constancia viva y patética de las luchas de aquella época.         

Prólogo a la Segunda Edición

El debate iniciado por Elizardo Pérez en 1931, con la fundación de la Escuela de Warisata, ha cobrado insospechada vigencia en los últimos años, forjando el instrumento ideológico, Warisata canaliza los nunca extinguidos anhelos libertarios del indio y los convierte en movimiento nacional, antecedente decisivo para la revolución de abril de 1952 y la reforma agraria de 1953. Este aspecto es aún polémico y debe ser objeto de investigaciones para patentizar sus hechos y resultados objetivos. Podemos citar tres casos: las movilizaciones de masas de Ucureña, Cliza y Vacas (1936 – 37); Caiza “D” (1940) y Warisata (1947).

También ha pasado al conocimiento general la forma de gobierno comunitarioadoptada por Warisata con el nombre de Parlamento Amauta, que revitalizó la antigua “ulaka” aymaro–quechua, donde el indio recupera su derecho a hablar acerca de su propio destino y que, como supremo nivel de decisión, se convierte en el más efiaz mecanismo de organización, trabajo y control, y no únicamente en la escuela, sino en toda la zona de su inflencia. Son igualmente conocidas las formas de rescate de la institución primigenia del ayllu, que la escuela utilizó con notables resultados: el ayni, la mincka, el tupu, la sayaña, la aynocka y la jatha, referidas al trabajo colectivo y al uso de la tierra por la comunidad; las cuales dan sentido original a la escuela, la integran a su entorno social como su vivencia natural, la obligan a salir del recinto escolar para extenderse a toda la comunidad, con la cual se identifia, a la que conduce y orienta; de donde, a su vez, partiría la concepción de “escuela productiva”, en todo superior a la mera “escuela del trabajo”; forma de escuela que es la apropiada a un país pobre y que –atendiendo al conflicto social– devuelve a la comunidad el derecho de educar que le usurpa el Estado.

Es por lo tanto muy justo que a Warisata se la haya llamado “la escuela ayllu”, que engloba todas aquellas concepciones, y que al vertebrarse en la antigua “marca” dan lugar a la creación del “núcleo escolar” adoptado por gran parte de los países latinoamericanos.

Notas para la Segunda Edición:

Desde la muerte del maestro, Jael Oropeza trabajó incansablemente, con sorprendente vitalidad y lucidez mental, para divulgar y actualizar la obra de su esposo, tareas que culminarían con la segunda edición de Warisata. La escuela–ayllu.

 Pero Jael no pudo ver el fruto de sus afanes: en el mes de febrero de 1992 un accidente de tránsito cortó su luminosa existencia, y lo que pudo haber sido una fista y una victoria, adquiere un sabor amargo porque está ausente su personaje principal, el “alma mater” que nos sostuvo y nos dio ánimo enseñando a no desfallecer nunca. Admirable mujer, doña

Jael Oropeza, que pudo fiurar con brillo propio en la literatura boliviana, pero que prefiió acompañar a Elizardo Pérez en su azarosa existencia, con ejemplar abnegación y constancia.

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