Ética y comportamiento humano: La persona y su acción.
Enviado por jiro.003 • 2 de Abril de 2014 • Tesis • 4.175 Palabras (17 Páginas) • 1.906 Visitas
Ética y comportamiento humano: La persona y su acción.
Ensayo.
Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Invitado
08/11/2013
1.1 Introducción.
En este ensayo podremos observar todo lo que se relaciona, influye en la toma de decisiones en una persona, al igual de que puede provocar este en sus acciones desmedidas, al igual de que elementos constituyen o definen el porqué de la decisión de una persona con o sin conocimiento en la forma en la que esta puede tornarse grave para una organización.
También podemos observar en este ensayo, la ética de cómo influye en la persona en temas anteriores hablamos de ética en organizaciones, pero aquí es más detallado en una persona, de cómo una persona debe tener ética para que funcione en una organización
Índice.
Contenido
1.1 Introducción. 1
1.1.1 Ética y comportamiento humano: La persona y su acción. 3
1.2 Los bienes fundamentales de la persona 4
1.3 Distintos tipos de libertad en la persona 5
1.4 Estudio de la acción humana y la ética 6
1.5 La acción humana y sus elementos constitutivos. 7
1.5.1 La acción humana y los sentimientos. 7
1.6 La acción humana y su análisis ético 8
1.7 El comportamiento humano y sus efectos: la responsabilidad ética. 8
1.8 Consecuencias de la acción humana: la responsabilidad ética. 10
1.9 .Los tipos de responsabilidad ética. 10
1.10 Los efectos éticamente negativos no deseados. 11
1.11 Referencias. 14
1.1.1 Ética y comportamiento humano: La persona y su acción.
La tendencialidad de la persona y su acción, como nota distintiva, hace referencia a que el comportamiento humano está orientado a uno o varios fines
• El entendimiento: Busca conocer la realidad, lo verdadero, no lo falso.
• La voluntad: quiere decidir lo bueno, y evitar lo que no es, guiada por el juicio la razón acerca de lo bueno aquí y ahora.
• La afectividad: tiende hacia lo agradable, hacia lo bello.
• El cuerpo: busca la vida, huye de lo que pueda acabar con ella.
Justamente la unidad de la persona lleva a que toda ella se mueva por la resultante de distintas finalidades, algo que Aristóteles y con él los grandes pensadores clásicos denominaron eudaimonía o felicidad.
La complejidad de los motivos y motivaciones en el comportamiento humano ha sido analizada por la moderna psicología experimental y por los teóricos del comportamiento humano.
La perfectibilidad de la persona y su acción constituye otra de sus notas distintivas, pues el ser humano es capaz de creer no sólo en el plano corporal, sino en el de todas sus facultades. La racionalidad de la persona y su acción se deriva de la condición del ser humano como sistema abierto, esto es, de la capacidad que posee la persona para estar en continua interrelación con su entorno de modo peculiar.
1.2 Los bienes fundamentales de la persona
Si el bien en sentido general es lo que perfecciona a un objeto, conforme a su naturaleza, el bien de la persona, el bien ético, es todo aquello que contribuye a la perfección humana, al florecimiento personal. Este bien puede ser captado por la razón teórica , precisamente al estudiar lo distintivo de la persona, pero además, y por el modo propio de ser de la persona, el bien ético es buscado por la razón práctica.
El primer principio de la razón práctica consiste en la determinación de buscar el bien y evitar el mal. La razón es capaz de captar lo que es bueno, la persona posee tendencias o inclinaciones que le son naturales, que son constitutivas de su peculiar modo de ser.
La vida es percibida por la razón como el primero de los bienes de la persona, pues sin él no sería posible ningún otro. La captación racional del bien de la vida humana da lugar a la necesidad de su defensa, ésta se percibe como una norma que la racionalidad práctica dicta a la voluntad, en definitiva, una norma ética, del mismo modo, la transmisión de la vida, hacia la que se dirige la tendencia sexual, se percibe como un bien de la persona.
Cuando el nivel de análisis se realiza en el plano afectivo, se observa igualmente una tendencia sensible a lo agradable, a lo bello. Esta tendencia, que se da de modo inferior pero análogo en los seres vivos, constituye un modo de conocer la realidad distinta al puramente intelectual.
La belleza, el grado y deleite que ésta produce, es percibida por la razón como otro de los bienes de la persona. Dada la importancia que tiene este bien humano, y su íntima relación con el juicio ético.
No siempre lo agradable coincide con lo conveniente, o con lo bueno aquí ahora, sin que por ello lo agradable deje de constituir un bien, puede resultar muy agradable consumir drogas, sin embargo, puede ser nefasto para el organismo y para la capacidad de tomar decisiones responsables.
El bien en sentido ético, es aquel que se alcanza libremente, cosa que no pueden hacer ni las maquinas ni los animales. El bien en la persona es aquello a lo que libremente tiende a la voluntad, guiada por el juicio de la razón.
El mal seria la ausencia de bien, o el error en una decisión que lleva a escoger algo que realmente no contribuye a la excelencia humana sino a la deshumanización de la persona.
La verdad se presenta como el bien propio al que tiende el entendimiento humano. LA curiosidad de la persona por conocer la realidad que la rodea e incluso por conocerse a sí misma, son evidencias que ponen de manifiesto que el conocimiento racional verdadero constituye un bien al que sólo el ser humano tiene acceso.
La sociabilidad, constituye un bien humano en la medida en que se descubre y respeta la singularidad, unidad y, por tanto, la dignidad del resto de seres humanos.
La religiosidad supone una inclinación natural del ser humano, y ningún otro animal, es capaz de deducir que el orden y la complejidad de la naturaleza y de su propia constitución psicosomática le han sido dadas, y busca conocer y relacionarse con el Autor de esta realidad.
El respeto al medio ambiente constituye un bien humano precisamente porque lo contrario supone algo inhumano, que repugna a la razón, la relación con el medio ambiente, en el caso de la especie humana, no es de adaptación como ocurre con el resto de animales, sino de dominio, puesto que es el único ser capaz de transformarla con un propósito deliberado.+
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