ACTUALIZACIÓN ACADÉMICA EN ANÁLISIS DEL DISCURSO

ACTUALIZACIÓN ACADÉMICA EN ANÁLISIS DEL DISCURSO

TRABAJO FINAL INTEGRADOR

En la reflexión realizada a partir del proyecto artístico de la fotógrafa alemana, Julia Fullerton- Batten “Niños salvajes”, se pueden establecer nociones claras acerca de la importancia que cobra contexto situacional en donde el sujeto se desarrolla y desenvuelve y, en consecuencia, cómo este arbitra e influye en la adquisición de la sociabilidad y el uso de la lengua.

Los niños salvajes son personas que durante un período de tiempo han vivido fuera de la esfera social, y aunque las circunstancias difieren, ya que, algunos han sido confinados y otros abandonados en la naturaleza, el factor que los une, radica en que su contexto situacional definitivamente ha influido negativamente en su capacidad de socialización y en la adquisición temprana del lenguaje.

En tal sentido, desde el punto de vista de Calsamiglia y Tuson Vals, (1999), el contexto resulta ser fundamental al momento de poder comprender las distintas situaciones lingüísticas y, en este sentido, a partir de la visualización de la galería de fotos y de la lectura de la breve semblanza de cada una de las historias de vida de estos niños y sus realidades,  es que con certeza, se comprende lo que afirma  Malinowski (1939) acerca de que:  “El lenguaje es una actividad humana privilegiada, que asegura la transmisión cultural, que permite el control intelectual, emotivo y pragmático del destino de las personas (…)”.

En relación con eso, se infiere que,  el desarrollo de  los sujetos fuera de un contexto de relaciones humanas, implicará que estos adquieran hábitos y costumbres del grupo con el que conviven, por ejemplo, en este caso, con los animales, entre los que se mencionan,  lobos, perros, pájaros, etc., evidenciando entonces que, estos niños, además de aprender el código de comunicación de estas especies,  a su vez,  aprendieron a usarlo según cada situación y a expresarlo también con diferentes posturas corporales. Esto significa que ganaron habilidades para convivir, adaptándose al mundo natural; sin embargo, la falta de interacciones con otras personas y de lazos afectivos, provocó la carencia progresiva de habilidades básicas de comunicación en la gran mayoría de estos sujetos.

Debido a esto, y al componente cultural de las emociones y su regulación, a estos niños se les dificultó el poder adaptarse a normas de convivencia que rigen el funcionamiento de la sociedad, debido a que, es el entorno físico el que nos aporta datos sobre como comportarnos de forma adecuada. (Calsamiglia y Tusón Vals, 1999).

Resulta lógico entonces que, en lo que refiere al uso social de la lengua, es innegable el papel que ocupa el contexto en la construcción de toda actividad comunicativa, es por ello, que en este análisis se puntualiza en el hecho de que “la situación^[1]” debe ser contemplada  siempre teniendo en cuenta, que la forma en que estos niños se comportaban después de ser capturados, ha sido producto de lo que han aprendido de sus experiencias e intercambios con su entorno (salvaje y aislado, en muchos casos), y que, en consecuencia, su participación en ese contexto, los limitó a que sus acciones comunicativas verbales y no verbales, se encuadren y caractericen con las del entorno físico al que pertenecían en ese momento.

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