AUTOPISTA SIGLO XXI

AUTOPISTA SIGLO XXI

Después de 20 años de espera, el día martes 4 de Marzo de 2014, se “reanudó” el proyecto que quedó estancando hacía ya dos décadas; inició la construcción de la autopista Siglo XXI, que conectará el puerto de Veracruz con el de Acapulco, derivado de esto se previó una inversión de 2 mil 756 millones de pesos en el estado de Morelos, todo esto distribuido entre generación de empleos, contratación de transporte de carga, compras a proveedores y prestadores de servicios. (http://morelos.gob.mx, 2014)

La autopista correrá a cargo de un consorcio integrado por una empresa española (Aldesa) con dos mexicanas (Pinfra y GBM).

La autopista tiene como fina unir las Autopistas de Sol y la México-Veracruz, pasando por los estados de Puebla y Morelos, el tramo en que se enfoca este nuevo trayecto de la autopista tendría cuatro carriles y 12 metros de ancho y se supone que permitirá ahorrar una hora y media de trayecto a los automovilistas que van de Veracruz hacía a Acapulco. Además, facilitará la conexión de las ciudades de Puebla y Atlixco con la Autopista del Sol a través de una sola autopista. (http://www.jornada.unam.mx, 2014)

El gobierno del estado destacó que la construcción de la autopista incidirá de manera directa en la economía de las regiones oriente y sur de Morelos, ya que se favorecerá al turismo, el traslado de mercancías y de personas entre los estados de Veracruz, Guerrero y de Morelos.

 Este último será beneficiado ya que aumentará el turismo, habrá mayor ingreso hacía los balnearios y “por supuesto” al estadio “Coruco Díaz”, ya que gracias a la afición y la pasión por “el deporte” (que mueve a nuestro país), junto con la construcción de la autopista será la mezcla perfecta para que más y más personas lleguen a dicho estadio.

Afectaciones Sociales

Mario Córdova, arqueólogo del INAH responsable de los trabajos de exploración en los vestigios arqueológicos localizados en un trazo de la autopista Siglo XXI, afirmó que desde el municipio de Ayala hasta Tlaltizapán han descubierto alrededor de 25 sitios con restos arqueológicos, los cuales, infirió, han sido arrasados para continuar con los trabajos de la carretera.

En los primeros meses del año 2015 en el municipio de Tlaltizapán fueron encontrados vestigios históricos y una zona arqueológica, al parecer pertenecientes a una población-asentamiento relacionada a la cultura de Teotihuacán que datan del año 600 d.C., por lo que los trabajos de construcción de la Autopista Siglo XXI en el estado de Morelos fueron suspendidos momentáneamente, este hallazgo fue localizado en los kilómetros 18 y 19, el propósito de parar momentáneamente la construcción fue que el Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH) revisara el sitio y diera un dictamen de lo que se haría en dicha zona, este determinaría si el trazo de la Autopista Siglo XXI se tenía que modificar para que el área en donde se encontraron los vestigios históricos fuese rodeada.

Dadas las circunstancias los habitantes del municipio de Tlaltizapán se manifestaron para que fuera respetada la zona arqueológica, -aunque las autoridades afirmaban que dichos habitantes no estaban en contra de la construcción de la Autopista Siglo XXI-.

Después de una par de semanas de paro en las obras de construcción de la Autopista Siglo XXI el día martes 21 de Julio de 2015, en el Municipio de Tlaltizapán, Morelos, la compañía encargada de la construcción de dicha autopista, arraso de manera contundente con maquinaria pesada un gran sector del sitio arqueológico “La Mezquitera”, todo esto con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la decisión fue tomada por el arqueólogo Mario Córdoba Tello, encargado de las excavaciones de salvamento y fue apoyado por el coordinador nacional de arqueología del INAH.

Aquí la pregunta podría ser: ¿Qué hicieron las autoridades municipales ante esto?, bueno, esto es lo que hicieron, esto es lo que dijeron las autoridades municipales:

“La alcaldesa de Tlaltizapán -municipio situado al sur del estado- María Cruz Bastida Muñoz, dijo que en opinión de los especialistas del INAH no se trata de un descubrimiento importante que pudiera modificar el trazo de la vía de comunicación”

Aunque no toda la información se dio a conocer en los medios de comunicación regionales y mucho menos nacionales, en el municipio de Tlaltizapán corrieron rumores y muchos de ellos venidos de muy buena fuente, de que la decisión de arrasar con la zona arqueológica, no fue tomada por la persona mencionada anteriormente, sino que él y la institución (como en muchos de los casos) solo fueron un intermediario y sirvieron como “títeres” para dictaminar una decisión que fue tomada por el gobierno federal. Por otra parte dados los cuestionamientos que los habitantes del municipio de Tlaltizapán hacían a los trabajadores y/o representantes del INAH, por las acciones que tomaron, arrasando con la zona arqueológica, estos se escudaban diciendo que en la semana que se decidió seguir el curso de la construcción sobre la zona arqueológica, un presunto grupo de personas llegó a vandalizar la zona arqueológica, por lo que se decidió no conservar el sitio, ya que después de estos actos vandálicos, se había perdido gran parte de lo que se había podido rescatar.

Entonces podemos ver, que como casi siempre, como en casi todos los casos, el poder, el dinero, el capital es “lo que mueve el mundo”, en este caso todo fue tan rápido, que no hubo tiempo o no hubo interés de los habitantes del municipio de Tlaltizapán, para ponerse en resistencia, no dejaron siquiera organizar o agrandar un movimiento que ya estaba en los oídos de gran parte del municipio. Una vez más las decisiones fueron tomadas por los aquellos que “tienen el poder” y sin tomar en cuenta al pueblo, a aquellos que se sentían ilusionados por tener en el municipio algo que formaría parte de la historia y de patrimonio de este; y que al final fueron los más afectados por la decisión tomada por el INAH o por el gobierno federal, como fue comentado tanto en la comunidad.

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