AYOTZINAPA
Enviado por MANUELRODOLFO • 11 de Junio de 2013 • 3.611 Palabras (15 Páginas) • 592 Visitas
Acapulco, Guerrero. 2012
DEDICATORIA.
PARA EL HOMBRE QUE ME ENSEÑÓ LA NOBLEZA DEL TRABAJO, LA SUPERACIÓN PERSONAL, LAS GANAS DE TRIUNFAR Y SER ALGUIEN EN LA VIDA, PARA EL QUE ME DEMOSTRÓ COMO SER UN HOMBRE RESPONSABLE DE SU FAMILIA Y A SUFRIR POR ELLA.
PARA MI PADRE.
MANUEL RODOLFO VARGAS CATALÁN
MANUEL RODOLFO VARGAS ALARCÓN
Ayot zinapa
Lugar de tortugas
Desde que tuvo entendimiento y escucho hablar de la nueva normal rural de ayotzinapa al cursar el 6° grado de primaria, Mateo se fijo como sueño algún día ser egresado de ella, sus dos hermanos mayores Antelmo en segundo de secundaria y Epifanio en tercer le presumían a diario el pronto ingreso al internado, con su pequeña y delgada figura Mateo curso la secundaria con calificaciones muy aceptables, el día de su clausura de secundaría se le acerco a Don Antelmo Vergara su padre, un hombre de mediana estatura, corpulento, y trabajador de comisión federal de electricidad, _ padre quiero estudiar en la ayotzinapa- le dijo, - bueno déjame ver qué puedo hacer, tendré que molestar a mi compadre Nicanor el director- respondió, los ojos se le llenaron de felicidad y en un arrebato de júbilo se lanzo sobre su frío padre dándole un abrazo, - gracias papá-, sin inmutarse su padre contestó –¡ya basta chamaco!-,ese verano y como un todos los anteriores, él y sus hermanos, como eran gente humilde de campo, se dedicaron a la siembra y cosecha del rábano, lechuga, calabacita, maíz y tapayola (cempasúchil), a las cinco de la mañana su padre una solo vez les hablaba para que se despertaran y comenzar el día de trabajo, con el telcopete en la frente y siendo el más pequeño de los hermanos, era el que se dedicaba a cortar elotes, mientras que los otros dos solo cortaban flor, verduras y legumbres, al terminar la subían a una vieja camioneta en la que los esperaba su padre para acomodar la carga e irla a dejar al mercado en el que los esperaba ya su madre Doña Eufemia, por las tardes le ayudaba a su padre en la fragua a avivar el fuego de la misma para la elaboración de varios objetos, herraduras, garabatos, machetes, cuchillos, etc. En una de esas tardes y viendo que los días pasaban y su padre al parecer se había olvidado de su petición de estudiar en la normal, le dijo, -¿padre cuando me voy a inscribir en la escuela? -, Don Antelmo no contesto nada, sino hasta dos horas más tarde y después de terminar el trabajo en la fragua dijo, - mañana después de almorzar te arreglas y nos vamos a ver a mi compadre-. Al día siguiente y mucho antes del almuerzo Mateo ya se encontraba listo y con todos sus documentos dentro de un tanate de sollate. La impresión de Mateo al entrar a los terrenos de la normal fue tal, que se imaginó que tardarían medio día en llegar a las instalaciones, el camino de terracería estaba lleno de árboles y toda clase de vegetación, a lo lejos se alcanzaban a ver todos los campos de siembra, lo que más le llamo la atención fueron las hectáreas color rojo fuego de la flor de peluche, al centro de ellas identifico inmediatamente las interminables colmenas de apicultura, rodeando todo esto, varias yuntas de bueyes guiados por alumnos, melgas de verduras y legumbres más al fundo, entre ellas un riachuelo que bajaba desde la presa del molino, del lado derecho las grandes granjas de pollo y las largas porquerizas eran inconfundibles, en el acceso principal al área de edificios estaba un enorme árbol de bolinche, del cual notó que el suelo estaba tapizado de bolitas amarillentas y con un olor muy característico, por fin llegaron a la entrada del edificio principal, una enorme puerta que conducía a una gran explanada en la cual se erguía sobre una fuente con una placa de broce que decía: Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Rural Isidro Burgos, fundada en 1926 por disposición de la Secretaría de Educación Pública, sobre la misma fuente, se erguía el asta con la bandera nacional ondeando en todo lo alto, del lado derecho estaba la puerta que conducía a la dirección de la escuela, en la puerta el compadre y director de Don Antelmo se encontraba platicando con tres maestros, al irse aproximando con su padre hacia ellos, los maestros se retiraron del lugar, dando paso a un cordial saludo de Don Antelmo y el Director el Profesor Joaquín. Ya sentados en el interior de su oficina las palabras del director fueron para Mateo como un golpe que le dolió desde el pecho a la frente, sus ojos llenos de lagrimas no podían ocultar la tristeza que lo colmaba; - pues compadre como ya le dije el problema no son las calificaciones del muchacho pues son excelentes, sino que el cupo, está lleno y no puedo acomodarlo en ningún dormitorio- asentó el director, después de cinco segundos Don Antelmo, al mismo tiempo que se levantaba le extendía la mano al compadre diciéndole – bueno compadre cuando no se puede no se puede-, el camino a casa fue muy largo y lleno de silencio, el nuevo ciclo escolar comenzó, los dos hermanos mayores de Mateo le presumían de que ya estaban tres años adelantados en la normal y que al perecer el perdería el año por no poder entrar a la misma, Mateo veía como sus hermanos los fines de semana por la tarde, haciendo pequeños obsequios de hierro fundido y cuerno de toro en la fragua de su padre para sus novias, en muchas ocasiones ellos quebraban brocas de taladro y otras herramientas y a quien culpaban era al pobre de Mateo. Pasados quince días Epifanio y Antelmo, llegaron el viernes por la tarde a pasar el fin de semana en casa, Epifanio dijo a su padre que decía Don Joaquín, el director de la ayotzinapa que fuera al día siguiente a su casa porque quería platicar con él acerca de Mateo; puntalmente al próximo día después de comer Don Antelmo acompañado con el joven tocaron a la puerta del compadre, el saludos fue sencillo y después de saludar a su comadre, pasaron a la sala, - compadre no quiero quedar mal con usted con respecto a que este muchacho estudie en la normal- dijo Don Joaquín, - le agradezco mucho la preocupación compadre, pero ¿cómo podría ayudar a mi hijo?- contesto Don Antelmo al mismo tiempo que volteaba a ver a Mateo, - pues fíjese que estuve pensando y como ya le dije no has camas para recibirlo en los dormitorio y los lugares del comedor están llenos, pero si podría ir a clases con regularidad solo que no podría almorzar, comer ni mucho menos a dormir en la escuela, tendría únicamente que ir a tomar clases y regresar a casa, todo esto esperando que el próximo año escolar algún alumno no regrese y sea él quien ocupe su lugar, claro no sé lo que usted diga y si el muchacho acepte-, el rostro de Mateo se ilumino de alegría el escuchar la propuesta, y sin esperar a que su padre contestara lo hizo él, - claro que acepto, muchas gracias-, no acostumbrado su padre a exabruptos, vio al joven con mirada de regaño
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