Ambiente venezolano proteccion

Explicar cómo ha sido las relaciones positivas y negativas entre el ambiente y la calidad de vida del hombre venezolano.

Venezuela es uno de los países con mayor biodiversidad del planeta. De la cantidad de kilómetros que conforman el territorio nacional, 16% lo ocupan 43 parques nacionales, 30 monumentos naturales y 16 parques de recreación.

Esas riquezas naturales hacen afortunado a nuestro país, el cual además de poseer petróleo, también posee otros productos naturales (gas, hierro, bauxita, oro, diamante, tierras fértiles), es rico en vida animal, vida vegetal, potencial forestal y una ubicación geográfica envidiable.

De allí se puede deducir que son muchas las formas en que el hombre venezolano, a través de sus actividades, puede alterar el equilibrio natural, pero en general se podrían reducir a  una causa mayor, el sobreuso y abuso de la naturaleza, por la incorporación de substancias externas derivadas de su trabajo industrial, tecnológico o doméstico.

El desarrollo de nuestra nación repercute directamente en la calidad de vida del hombre venezolano, un claro ejemplo se observa en la transformación sufrida desde el inicio de la explotación petrolera hasta entonces, haciendo un poco de historia, encontramos un país que vivía prácticamente de la agricultura, sin servicios básicos, una población aislada, alto grado de analfabetismo; y que dado el inicio de esta importante actividad económica comienza un proceso de considerables y acelerados cambios.

Las transformaciones que se han producido, aunque valiosas y enormemente positivas en muchos sentidos, poseen muchas críticas, dada las consecuencias de esta actividad. Teniéndose como principales problemas la contaminación descontrolada de muchos recursos naturales renovables sin sanción alguna, la sobrepoblación de los centros urbanos dada la migración del sector rural hacia estos, lo que condujo en muchas regiones, al colapso de servicios básicos, entre otros muchos problemas, que fueron marcando nuestra actual calidad de vida.

La actividad petrolera ha acumulado desechos peligrosos. Derrames y fugas han generado graves daños.

El manejo inapropiado de residuos sólidos es el principal problema ambiental percibido por el venezolano, la generación de residuos se duplicó en los últimos años y no se cuenta con mecanismos para la disposición final segura de residuos peligrosos.

Especies de fauna y plantas se encuentran amenazadas, tenemos una tasa de deforestación como la décima más alta del mundo, la productividad pesquera está en declive en todas las zonas.  

La seguridad hídrica está amenazada por la contaminación, el deterioro de las cuencas y el cambio climático.

La cacería, extracción de recursos e incendios amenazan a las (ABRAE) Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, donde la mayoría no cuenta con los recursos humanos, financieros y técnicos suficientes.

Venezuela posee una legislación ambiental bien moderna y ambiciosa. Es más, desde el principio la actuación del país ha destacado como una de las más avanzadas en la materia. Pero la calidad de vida del hombre venezolano en muchas ciudades del país sigue siendo muy baja debido a la falta de planificación para poder hacer y construir lo que se llama una ciudad organizada. Por eso es que vemos tantas inundaciones cuando llueve; esto debido a la falta de drenajes y aliviadero de las aguas de lluvia que se colectan con las cloacas y vemos el desbordamiento de las tanquillas; además la falta de buenos servicios como el aseo urbano que pasa inconstantemente y no por todos los sectores, ocasionando suciedad y todo tipo de contaminación.

Es evidente que a pesar de que contamos con un extraordinario potencial, tenemos un 80% de nuestros habitantes en situación de pobreza. No han sido suficientes todos los recursos obtenidos del petróleo para construir una nación próspera, donde la mayoría de sus ciudadanos alcance un nivel de vida adecuado y nadie tenga negado el acceso a la salud, la educación y la justicia. Con ésta condición de país subdesarrollado se debe motivar a la población a reflexionar profundamente acerca de las posibilidades de esta decepcionante situación de atraso.

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