Arte Y Dictadura

Geometría de la conciencia

La obra Geometría de la conciencia, que se sitúa en un ambiente totalmente distinto a todo lo que se presenta en el museo, propone, en una forma muy particular, el situarnos y vincularnos con los sucesos ocurridos durante el periodo de la dictadura utilizando el” vivir la experiencia” como herramienta fundamental, no los datos ni objetos históricos, sino lo que la oscuridad, el encierro, la luz y el contexto propio del museo nos hacen sentir.

Es una obra apartada, oscura y subterránea, se ubica bajo tierra por lo que el uso del la luz y el espacio son cruciales para crear un espacio paralelo, que te separa por completo del museo, pero al mismo tiempo ambos espacios se complementan y generan la experiencia.

Se diferencia a las demás obras, o exposiciones presentes en el museo con el hecho de que esta para existir exige la participación del visitante durante unos minutos para ofrecer una experiencia en la que se hacen presentes la mayoría de nuestros sentidos y sentimientos que independiente de la información que tenga el receptor el mensaje se entiende claramente aunque las sensaciones puedan ser distintas

Los elementos presentes en la obra son la luz, la oscuridad y el encierro, a mi parecer lo son también la sugestión, el contexto y los miedos ( una de las chicas que vio la obra conmigo, le tenía pánico a la oscuridad por lo que asumo que su experiencia fue un poco mas fuerte que para mi). Al ingresar a esta habitación que por un momento se considera pequeña se alcanza a ver parte de la infraestructura del lugar, espejos y siluetas, pero al cerrarse la puerta y quedar en la oscuridad es donde comienza la experiencia, donde empiezan las sugestiones, los miedos la sorpresa y la expectación.

El sentimiento de ya no estar en un museo y encontrarse en la nada se hacia presente, luego el sentir que había mas gente de la que en verdad estaba en la sala me ponía nervioso y me hacia sentir observado, después una desconocida claustrofobia terminaba por desesperarme, hasta que como un flash de cámara fotográfica una explosión de luz me encandila y deja en evidencia el contraste de 500 siluetas caladas en una gran pieza de metal dan luz a la habitación que ya no tenia murallas sino que dos espejos que transformaban la sala en un espacio infinito donde millones de siluetas nos miraban y nos transformaban en la obra de arte se imponían , me asombraban y me intimidaban hasta el punto en que llegue a mirar el suelo unos segundos, finalmente la luz se apaga nuevamente por unos minutos pero el miedo y nerviosismo ya no se hacen presentes, se abre la puerta nuevamente y la necesidad por recorrer el museo una vez mas se vuelve cada vez mas fuerte, sintiendo que al recorrer esos pasillos estoy conociendo la historia de esas siluetas o de algunas de las siluetas que me miraron durante algunos minutos.

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