Biotecnologia
Enviado por YeseniaZP • 12 de Mayo de 2014 • 2.091 Palabras (9 Páginas) • 259 Visitas
Es imprescindible que mejoremos la producción y distribución de los alimentos, si es que queremos alimentar y librar del hambre a la creciente población mundial, al mismo tiempo que reducimos los impactos ambientales y generamos empleos productivos en las regiones de bajos ingresos. Para lograrlo, será necesario hacer un uso adecuado y responsable de los descubrimientos científicos y las nuevas tecnologías. Los creadores y supervisores de la tecnología MG aplicada a las plantas y los microorganismos, debieran cerciorarse de que sus esfuerzos atiendan esas necesidades.
Mediante el uso de la tecnología MG es factible producir alimentos más nutritivos, estables en almacenamiento y, en principio, promotores de la salud (trayendo beneficios por igual a los consumidores de los países industrializados y en vías de desarrollo). Se requieren nuevos esfuerzos, por parte del sector público, para crear cultivos transgénicos que beneficien a los agricultores de escasos recursos de los países en vías de desarrollo y faciliten el acceso de éstos a los alimentos mediante la producción, con mano de obra intensiva, de cultivos básicos como maíz, arroz, trigo, yuca, etc.
Se necesita el esfuerzo cooperativo de los sectores público y privado para desarrollar nuevos cultivos transgénicos que beneficien a los consumidores, sobre todo a los del mundo en vías de desarrollo.
Deben hacerse esfuerzos concertados y organizados para investigar los posibles efectos ambientales (tanto positivos como negativos) de las tecnologías MG en cada una de sus aplicaciones específicas. Dicho efectos deben ser evaluados comparándolos con los causados por las tecnologías agrícolas ordinarias en uso actual. Es necesario implantar sistemas reguladores de salud pública en cada país, para identificar y hacer un seguimiento de cualquier efecto potencial adverso de las plantas transgénicas contra la salud humana, como se hace para cualquier otra nueva variedad vegetal.
Las corporaciones privadas e instituciones de investigación deberían establecer acuerdos para compartir la tecnología MG (que está controlada actualmente por medio de patentes y acuerdos de licencia sumamente estrictos) con científicos responsables, que la utilicen para aliviar el hambre y promover la seguridad alimenticia de los países en vías de desarrollo. Además, conviene que los agricultores de escasos recursos del mundo entero cuenten con exenciones especiales para protegerlos de las restricciones inadecuadas en cuanto a la propagación de sus cultivos.
Biotecnología.
La biotecnología puede definirse como la aplicación de nuestros conocimientos y nuestra comprensión de la biología para la satisfacción de necesidades prácticas. Según esta definición, la biotecnología es tan antigua como la siembra de cultivos y la elaboración de quesos y vinos. La biotecnología actual se identifica principalmente por sus aplicaciones médicas y agrícolas basadas en nuestro conocimiento acerca del código genético de la vida. Se han utilizado varios términos para describir esta forma de biotecnología, entre los que destacan: ingeniería genética, transformación genética, tecnología transgénica, tecnología de DNA recombinante y tecnología de modificación genética. Para los fines del presente informe, que se enfoca en las plantas y sus productos, utilizaremos el término tecnología de modificación genética, o tecnología MG.
Agricultura mundial
Hoy día, debido principalmente a la pobreza y el desempleo, existen alrededor de 800 millones de personas que no tienen acceso a la cantidad de alimentos suficiente para satisfacer sus necesidades. La desnutrición es un factor importante en la mitad de los casi 12 millones de muertes de niños menores de cinco años que se registran anualmente en los países en vías de desarrollo (UNICEF 1998). Aparte de la falta de alimento, las deficiencias de micronutrientes (sobre todo de vitamina A, yodo y hierro) están generalizadas. Por si fuera poco, las fluctuaciones de los patrones climáticos mundiales y los cambios de uso de la tierra, irán agudizando los problemas de producción y la demanda regional de alimentos. Si queremos atender esas necesidades, será imprescindible lograr avances muy importantes en cuanto a producción, distribución y disponibilidad de alimentos. Algunos de esos avances serán resultado de tecnologías no relacionadas con la MG, pero otros podrían basarse en las ventajas que nos ofrecen las tecnologías MG.
Para lograr el crecimiento mínimo necesario en la producción mundial total de alimentos básicos (maíz, arroz, trigo, yuca, camote, sorgo, papa y batata [camote dulce o boniato]) sin aumentar más la superficie terrestre cultivada, requeriremos aumentos considerables en el rendimiento por hectárea. Asimismo, será imprescindible elevar la producción de otros cultivos como las legumbres, el mijo, el algodón, el nabo, los plátanos.
Es importante aumentar el rendimiento de la tierra sometida actualmente a cultivo intensivo. Sin embargo, el incremento de la producción es sólo un miembro de la ecuación. La generación de ingresos (sobre todo en las regiones de escasos recursos), aunada a una distribución más eficaz de las reservas alimenticias, son igualmente, si no es que aún más importantes. Las tecnologías MG son relevantes en ambos aspectos de la seguridad alimenticia.
Según se estima, en los países en vías de desarrollo, aproximadamente 650 millones de las personas más pobres del mundo viven en regiones rurales donde la producción local de alimentos es la principal actividad económica. Sin una agricultura productiva, esta gente no tendrá, ni empleo, ni los recursos necesarios para tener una vida mejor. El trabajo de la tierra, en particular de las parcelas pequeñas, es el motor del progreso de las comunidades rurales, sobre todo en los países menos desarrollados.
Antecedentes
La tecnología MG nació en la década de 1970. Uno de sus avances más notorios, aparte de las aplicaciones médicas, fue la creación de nuevas variedades de plantas agrícolas transgénicas. De entonces a la fecha, muchos millones de hectáreas han sido sembradas anualmente con cultivos transgénicos comerciales, como soya, algodón, tabaco, papa (patata) y maíz, en varios países entre los que figuran Estados Unidos (28.7 millones de hectáreas en 1999), Canadá (4 millones de hectáreas), China (0.3 millones de hectáreas) y Argentina (6.7 millones de hectáreas) (James, 1999). Sin embargo, se ha debatido intensamente en torno a los beneficios y riesgos potenciales que podrían derivarse del uso de tales cultivos.
La domesticación de plantas para uso agrícola fue un proceso de largo plazo que tuvo profundas consecuencias evolutivas en muchas especies. Uno de sus resultados más valiosos, fue la
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