¿Cómo los saberes y discursos construidos sobre la sexualidad van configurando un tipo de sujeto específico en la sociedad?
Enviado por junasd • 13 de Mayo de 2018 • Informe • 1.536 Palabras (7 Páginas) • 211 Visitas
UNIVERSIDAD POLITÉNICA SALESIANA
CONSTRUCCIÓN PSICOSOCIAL DE LA SEXUALIDAD
CARRERA DE PSICOLOGÍA
Prof. Juan Villalobos.
Ests. Acosta Nathaly – Avilés Micaela
¿Cómo los saberes y discursos construidos sobre la sexualidad van configurando un tipo de sujeto específico en la sociedad?
Cada persona vive en un contexto concreto, inmersa en una cultura que le construye históricamente y determina el cómo poderse y deberse ser pensada. A lo largo de la historia la sexualidad del sujeto ha sido reprimida al simple acto de reproducción reducido al espacio de la familia en el que normado por la cultura puede acceder al placer de forma privada, sin embargo, al hablar de construcción es inevitable considerar que la persona se inscribe en una estructura que yace de forma inconsciente en ella, estructura que ha sido creada por los discursos y saberes que se han manejado en cada época que rige la forma en la que el sujeto debe actuar en lo público y privado, dando como resultado prácticas, hábitos, normas y reglas aceptadas socialmente y que se vuelven permanente por las instituciones que la sostienen familia, iglesia, escuela y estado.
Los discursos sobre la sexualidad se elaboran de saberes preestablecidos que van configurando modelos de sujetos específicos que son regulados por el saber y el poder que construyen una estructura donde la persona es sometida por la cultura que rige la acción y la libertad del sujeto en la expresión y manifestación de su sexualidad. Se trata de una sociedad que maneja un discurso científico, social y moral, buscando ejercer el poder que se entreteje en la relación con el otro, cabe recalcar que al hablar de poder no nos referimos a una instancia de establecimiento físico sino a ese poder invisible que se genera a partir del contacto con el otro, en la relación con el que no soy yo.
Partiendo desde Marques de Sade en su obra “Filosofía en el tocador” hace referencia a la naturaleza del sujeto, definiendo a la naturaleza como la libertad de poder acceder al placer libremente siendo éste propio del ser humano, desechando las prácticas sociales que no son naturales sino procesos construidos para limitar la expresión más pura como es acceder al placer como quieres, donde quieres y cuando quieres, sin moral, ni religión.
Sade “rompe” con la estructura establecida socialmente de la época, buscando generar nuevas prácticas en la vida de la persona que transgrede lo normado, re-definiendo al sujeto como sujeto de placer. Es importante resaltar que al crear nuevos discursos y saberes se dan nuevas prácticas que cambian el modelo que hasta el momento se ha mantenido. (Sade, 1795)
La sexualidad es manejada a través de un proceso de represión que ha sido normada por los diferentes discursos que se han formulado a partir de saberes concretos que llevan a ejercicios cotidianos y que obviamente crean una forma concreta de persona que regida por la dietética regula el cómo, cuándo y dónde el sujeto puede acceder al placer, estableciendo una dieta bajo la cual el sujeto vive, reflejando de esta forma el modelo represivo que se instaura en cada persona de forma inconsciente.
Al cambiar el discurso, cambia también el modelo establecido, este cambio se da debido a que el discurso está basado en las prácticas que se dan en la cotidianidad, cuando cambian dichas prácticas cambia la constitución del sujeto.
Cada uno de los mecanismos y principios construidos hasta el momento en relación al hombre y a la mujer crean hábitos concretos, percepciones y esquemas. Giddens a través de su texto “La transformación de la intimidad” hace su análisis sobre cómo se crearon las estructuras asumidas por cada sujeto explica la construcción histórica y social sobre las jerarquías que establece, fuertemente marcada por la separación realizada de lo masculino y femenino. El hábito mantiene dicha estructura ya que a través de sus prácticas sostienen esta visión centrada en la figura del hombre. Las sociedades se estructuran y construyen su cultura en torno a la diferencia sexual de los individuos que la conforman, la cual determina también el destino de las personas, atribuyéndoles ciertas características y significados a las acciones que unas y otros deberán desempeñar o se espera que desempeñen, y que se han construido socialmente. (Giddens, 1992).
Al buscar una respuesta a la interrogante inicial se pueden observar los diferentes conceptos que se han elaborado entorno a la construcción del sujeto en el tiempo. Para Bauman el sujeto se constituye a partir de un elemento central que es el amor, que permite la confabulación de los sujetos y por ende la conformación del mismo, por lo que se contrapondrá al pensamiento de Foucault que determina al sujeto como la producción de cuerpos dóciles que ejecutan conductas estereotipadas y control de sus deseos. (Foucault, 1977) (Bauman , 2005)
Bauman en su texto “amor liquido” categorizará al amor como único elemento capaz de transformar la realidad que atrapa al sujeto y lo convierte en un sujeto de placer que se desarrolla en la elaboración de los de los discursos, por ende los cambios del sujeto también implica una transformación social puesto que al describir una realidad cambia la concepción de esquema que le lleva a realizar acciones individuales. (Bauman , 2005)
El amor confluente ya no es una manifestación directa de aquello que la sociedad propone como “normal” puesto que deja de seguir las normas que le rigen y reconoce que son los propios sujetos que acuerdan seguir sus propias normas y leyes que pueden llevar a que se fomente o se termine una relación, el amor confluente crea una codependencia en el sujeto que cambia su concepción sobre las relaciones que se mantienen ya no por la perpetuidad establecida por las diferentes instituciones, sino por la búsqueda de aprobación que conlleva la necesidad de satisfacer al “otro” por lo cual surgen nuevos modelos de parejas a partir de este elemento en el que la persona ya no se habla de sí misma, sino del otro, la vida del sujeto gira alrededor de u otro, su vida ya no está constituida por lo que él quiere, sino por el otro.
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