CIUDADANO COMPETENTE PARA QUE
Enviado por segio11 • 18 de Junio de 2013 • 1.765 Palabras (8 Páginas) • 2.569 Visitas
CIUDADANANO COMPETENTE PARA QUÉ? Y EN QUÉ?
En la actualidad, el reto de todo proceso formativo es que el educando alcance una o varias competencias al final del mismo. Es por ello, que en muchos países se han adelantado o se adelantan reformas educativas cuyo propósito es contribuir desde la docencia con el cometido de formar ciudadanos competentes y para ello, se ensayan propuestas de corte metodológico y didáctico.
Teniendo en cuenta el concepto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OECD (2005), la competencia implica “Capacidad para responder exitosamente a una demanda, tarea o problema complejos movilizando y combinando recursos personales (cognitivos y no cognitivos) y del entorno”, de ahí que se podría afirmar que un ciudadano competente es aquel que tiene el conocimiento declarativo, es decir, sabe lo que hace, por qué lo hace y conoce el objeto sobre el que actúa; es aquel que tiene la capacidad de ejecución, es decir el conocimiento procesal o las destrezas intelectuales y psicomotoras para llevar a cabo la ejecución sobre el objeto y, finalmente, es aquel tiene la actitud o disposición para querer hacer uso del conocimiento declarativo y procesal y actuar de manera que se considera correcta.
Ser competente implica entonces evidenciar una amplia gama de cualidades y desempeños que requieren la conjugación de una variada escala de condiciones, entre las cuales cabe destacar los aspectos motivacionales, los factores inherentes a la personalidad, la propia valoración que se tenga de los límites que el desempeño personal conlleva, el acervo conceptual que se acumule y las destrezas que se exigen en el campo en el que se debe evidenciar la competencia:
- Los aspectos motivacionales, son aquellas perspectivas personales que se tienen a la hora de abordar ante un escenario de actuación particular; las cuales, pueden o no asumirse de manera consciente.
- Los factores inherentes a la personalidad se refieren al cúmulo de rasgos físicos y actitudinales que diferencian a un individuo de otro y que se evidencian ente una situación que exija una respuesta individual.
- La concepción que se tiene de los límites que el desempeño personal conlleva es el reflejo fiel de las actitudes, la propia valoración axiológica del desempeño que debe evidenciarse o el concepto que se tiene de sí mismo.
- El acervo conceptual se refiere al conocimiento que un individuo evidencie sobre el escenario particular de actuación y las destrezas que éste exige evidenciar.
- Las destrezas están relacionadas con la capacidad personal para desempeñarse en un ámbito particular y realizar las tareas que éste demanda.
Algunas de estas cualidades son más evidentes que otros y es responsabilidad de la escuela como escenario de formación, orientar al estudiante para que sea consciente de todas y las utilice de manera productiva en cualquier escenario en el que se exija su desempeño.
El núcleo central para ser ciudadano es, entonces, pensar en el otro. Se basa en tener claro que siempre hay un otro, y tener presente no sólo al otro que está cerca y con quien sabemos que vamos a relacionarnos directamente, sino también considerar al otro más remoto, al ser humano aparentemente más lejano -al desconocido, por ejemplo, o a quien hará parte de las futuras generaciones. Todos podemos reconocernos como compañeros de un camino bien largo.
Asimismo, ser ciudadano competente implica que se está a favor de los procesos colectivos. Ciudadano es el que se asocia, se organiza con otros ciudadanos y emprende acciones colectivas en torno a objetivos y tareas de interés común.
Queda claro entonces que el para qué de un ciudadano competente no es otra cosa que formarlo para que sea capaz de enfrentar un mundo que le exige cada vez más, en donde la actividad humana individual y colectiva o el conjunto ingente de esfuerzos realizados por el hombre a lo largo de los siglos para lograr mejores condiciones de vida, considerado en sí mismo, responde a la voluntad de Dios. Un hombre creado a imagen de Dios, quien recibió el mandato de gobernar el mundo en justicia y santidad, sometiendo a sí la tierra y cuanto en ella se contiene, y de orientar a Dios la propia persona y el universo entero, reconociendo a Dios como Creador de todo, de modo que con el sometimiento de todas las cosas al hombre sea admirable el nombre de Dios en el mundo.
Ser competente, implica educar a un ‘quien’ para un “qué” que tiene que desarrollarse en un entorno -no se sabe a ciencia cierta cuál será el que específicamente le corresponda- en el que tiene que actuar, responder, discernir las posibilidades que le ofrece para convertirlas en disponibilidades.
La persona no se integra a un medio sólo con la ‘cabeza’, esto es, con sus conocimientos, títulos y pergaminos académicos, sino toda ella presente e integralmente. Su hacer no puede estar desgajado de su ser. La calidad de las operaciones depende de la valía personal de su autor, que no es una condición estática, más bien se retroalimentan mutuamente dando paso a una constante perfección.
El educar para ser competente apunta a la formalización de las facultades humanas: inteligencia y voluntad, para que desde la condición singular e irrepetible del hombre, informe y deje su impronta
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