CONTAMINACIÓN ACÚSTICA EN EL GRAN CONCEPCIÓN, ¿CÓMO CONFIGURAN LAS PERSONAS LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA
Enviado por Fran Lara • 10 de Agosto de 2017 • Ensayo • 4.642 Palabras (19 Páginas) • 265 Visitas
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Universidad de Concepción Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Psicología |
Metodología Cualitativa |
Trabajo de Investigación
“CONTAMINACIÓN ACÚSTICA EN EL GRAN CONCEPCIÓN, ¿CÓMO CONFIGURAN LAS PERSONAS LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA[a]?”
Nombre:
Francisca Lara Cruzat
Docentes:
Pamela Vaccari
Pablo Rojas
Concepción, 7 de julio de 2017.
Índice
“CONTAMINACIÓN ACÚSTICA EN EL GRAN CONCEPCIÓN, ¿CÓMO CONFIGURAN LAS PERSONAS LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA?”
Contexto y significado personal de la contaminación acústica (CA) 3
Componentes de la contaminación acústica 4
Algunas visiones sobre la CA 9
Recurrencias en la Contaminación Acústica o Sonora (CA) 10
Discutiendo lo que hace ruido 13
Con qué nos quedamos entonces… 15
Referencias 17
Contexto y significado personal de la contaminación acústica (CA)
Al parecer la contaminación acústica es algo que muchas personas, me incluyo, no tomamos mucho en cuenta durante nuestro diario vivir, y fue durante un día de marzo que me fijé que había pasado por alto lo fuerte y ruidoso que puede ser el mismo tráfico durante muchas horas del día y en diversos lugares de la ciudad, así que me interesó abordar este fenómeno en mi investigación. Es por esto que mi pregunta se avoca principalmente a ¿cómo la contaminación acústica es configurada, y cómo se aprecia en la vida de las personas que transitan por el Gran Concepción?, ¿cómo la comprenden?
Este tema me interesa porque dentro de estos últimos meses que me estado en la universidad, me he hecho varias veces la misma pregunta: ¿cuál es la importancia de tener un ambiente agradable para pasar los días?, porque en un certamen que tuve hace un tiempo, había una actividad afuera donde la gente que se acumulaba era muchísima y gritaban, como que estuvieran en una competencia, y me di cuenta que no era la única vez que esto había pasado, al menos en mi vida estudiantil. Lo que sucede ahora con mi investigación es que he ampliado un poco la lente con la que “miro” el ruido, compuesto de, entre otras cosas, voces de personas que conversan, bocinas de vehículos, sirenas, silbatos, y máquinas que ronronean durante gran parte del día, y no sólo en la Universidad, sino que esto se transporta, y en alguna medida, según mi percepción, se incrementa al llegar a las calles del centro de Concepción, tomando como punto de referencia la Avenida O’Higgins.
Durante esta investigación, de formas más o menos sutiles, más de alguna persona reacciona ante estos sonidos que, sobre todo en las horas peak del tránsito, parecen ignorar por completo la cantidad de decibeles considerados como no dañinos para la audición humana. Según la NIDCD (Instituto Nacional de Sordera y Otros Desórdenes de la Comunicación, en español), desde los 85 dB se considera dañino para la salud. Puede afectar la audición si permanecemos expuestos en un tiempo prolongado (NICDC, 2015). Esto corresponde al tráfico pesado en la ciudad, y muchas veces nos vemos situados en casos así.
Conductas como hablar más fuerte durante una tanda de bocinazos de micros, hacer muecas dirigidas a la fuente del sonido estrepitoso, responder al bocinazo con otro bocinazo, taparse los oídos, cruzar a la calle del frente, etc., conforman respuestas ante la CA (contaminación acústica). En relación a las emociones o pensamientos que posee la gente sobre este fenómeno, pretendo recogerlos en posteriores entrevistas y observaciones participantes con personas que usen el transporte público, o primordialmente que transiten por el centro de Concepción de forma regular.[b]
Componentes de la contaminación acústica
Esto lo he observado en diferentes instancias[c][d], la primera en un pasillo de la entrada por el arco de la UdeC (5 de abril, 13.26 pm). Otra, en el recorrido de los microbuses San Remo (Concepción-San Pedro, 12 de abril). A modo de resaltar lo más importante de cada una, durante mi observación en la Universidad, entre las 13.30 – 14.15 horas aprox., el ruido (que incluye bocinazos, sobretodo de buses, frenadas, aceleraciones, sonido que emite el semáforo para el paso de peatones, conversaciones que los estudiantes mantenían, vociferaciones de las personas que venden en este mismo pasillo, ladridos, sirenas de ambulancia y de bomberos, entre otros) que se sentía, en un momento llegó a molestarme. Es ahí donde me cuenta de que no todos/as reaccionaban de la misma manera que yo. [e]Por eso comencé a fijarme que mucha gente pasa con audífonos, o mirando el celular (más de 5 personas en cuestión de minutos), me hace pensar que esto podría ser una forma en que la [f]población hace frente a tanto ruido y por esto no lo sienta como yo.[g]
Como sentí que la mayor cantidad de ruido ambiental provenía de los buses, es que decidí observar qué sucedía en un recorrido durante la hora punta (18.30 horas) en una San Remo. Por las circunstancias de la vida, me topé con un taco (congestión vehicular), lo que me hizo analizar aún más el rol de microbuses en la contaminación auditiva y cómo influye o no en el vivir de las personas que transitan acá[h]. En este escenario, fui capaz de percibir que un grupo de 5 estudiantes de alrededor de 20 años[i]. Estos iban sentados en los asientos frente a la puerta de salida del bus. Subían y bajaban el volumen de su conversación conforme aumentaba este sonido que yo sentía, probablemente este grupo también[j] sentía igual. En un momento (18.35), el chofer, de forma continua (15 segundos), accionaba la bocina. Para luego no avanzar ningún centímetro, y recibir varios bocinazos de vehículos y otros buses. Este grupo hablaba ya muy fuerte, casi gritándose para así poder escucharse entre ellos (C.O: Lo que más me llamaba la atención, y, de hecho, me molestaba, era que el chofer de la micro parecía no tener un ápice de paciencia ante ninguna persona que tuviera un atraso de 1 segundo (sin exagerar) cuando daba verde el semáforo para pasar[k]).
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