CRÓNICA SOUMAYA

El día viernes 21 de septiembre desperté a las 5:30 am con el sonido de mi alarma, preparé mi ropa para bañarme, me lavé los dientes, me metí a bañar, después me vestí y salí de mi casa a las 6:15 aproximadamente para hacer el largo recorrido que me llevaría a la FES.

Ahí tomé clase de cálculo, luego de computación y después tuve que quedarme en el salón ya que tenía que hacer un examen extra de la materia de cálculo. Al salir, mi linda novia me estaba esperando afuera, ya que íbamos a ir al museo Soumaya juntos.

Cuando pude encontrarme con ella, me comentó que una amiga suya nos acompañaría, así que revisamos el mapa del metro para ver cuál era la ruta más conveniente a seguir.

Salimos de la escuela y tomamos un taxi que nos llevó hasta el metro Nezahualcóyotl. Abordamos el metro en dirección a Buenavista, transbordamos en la estación San Lázaro y nos dirigimos hacia Tacubaya, luego hicimos otro transborde para poder llegar a metro Polanco, que, según había investigado anteriormente, era el metro más cercano al museo Soumaya.

Al llegar, nos dimos cuenta de que la amiga de mi novia no había llegado, así que nos dio tiempo de ir al Superama que se encontraba enfrente de una de las salidas del metro Polanco. Compramos una botana y algo para tomar mientras esperábamos. Platicamos un rato y yo trataba de adivinar quién sería su amiga de acuerdo con la descripción que mi novia me había dado. Al final resultó que llegó una hora y media más tarde de lo que habíamos acordado, pero, sin más que hacer, caminamos hacia el paradero del autobús que nos llevaría hacia el museo. No sabíamos en dónde tomarlo exactamente, así que preguntamos en los puestos y locales que estaban en la avenida. En cuanto lo supimos nos dirigimos a la parada y el autobús ya estaba ahí, así que lo abordamos. Tampoco sabíamos en dónde bajar, entonces mi novia me prestó su celular para usar el GPS y encontrar el punto más cercano al museo dentro de la ruta del autobús.

Eran casi las 4pm cuando llegamos a la plaza Antara, la cual debíamos cruzar para llegar al museo Soumaya. Mi novia estaba enojada porque su plan era llegar más temprano, pero, sin más que hacer, seguimos con nuestra travesía. Tomamos unas fotos en el exterior del museo, lo observamos y a mí me pareció una gran obra de arte, su arquitectura e ingeniería eran majestuosas, tanto por sus detalles en forma de hexágono como la forma de la estructura. Luego decidimos ir hacia la entrada, donde nos recibiría un policía que amablemente nos pidió que colocáramos celulares, monedas, objetos de metal y el resto de nuestras pertenencias en una bandeja, para después pasar por un detector de metal. Posteriormente saqué una libreta para poder hacer anotaciones, luego dejamos nuestras mochilas en paquetería para poder empezar nuestro recorrido por el museo.

Lo primero que encontramos fue una representación de La Puerta del Infierno de la cual se habla en el libro La Divina Comedia. Esta me impresionó, pues, a mi percepción, medía casi 8 metros de altura. Mi novia le tomó una fotografía y no se percató que la cámara de su celular tenía el flash activado, al tomar la foto, este se activó e inmediatamente una de las personas de vigilancia se acercó a nosotros para pedirnos amablemente que tomáramos las fotografías sin flash.
Desde ese momento me di cuenta de que se nos permitía acercar a las obras lo suficiente para apreciarlas con dedicación, incluso las podíamos tocar, pero siempre había personas que las vigilaban.

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