Campo, habitus y capital
Enviado por luciana.s • 13 de Noviembre de 2012 • Informe • 2.480 Palabras (10 Páginas) • 813 Visitas
Campo, habitus y capital, tres conceptos interrelacionados
Como punto de inicio es necesario volver a mencionar la concepción que Bourdieu tiene de
sociedad, la cual es concebida como un sistema relacional de diferencias en el cual se
constituyen diversos campos con sus reglas de juego específicas, y la describe de la siguiente
manera: “Todas las sociedades se presentan como espacios sociales, es decir estructuras de
diferencias que solo cabe comprender verdaderamente si se elabora el principio generador
que fundamenta estas diferencias en la objetividad. Principio que no es más que la
estructura de distribución de las formas de poder o de las especies de capital eficientes en
el universo social considerado –y que por tanto varían según los lugares y los momentos.
Esta estructura no es inmutable, y la tipología que describe un estado de las posiciones
sociales permite fundamentar un análisis dinámico de la conservación y de la
transformación de la estructura de distribución de las propiedades actuantes y con ello,
del espacio social. Es lo que pretendo transmitir cuando describo el espacio social global
como campo, es decir, a la vez como un campo de fuerzas, cuya necesidad se impone a los
agentes que se han adentrado en él, y como campo de luchas dentro del cual los agentes se
enfrentan, con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura del campo
de fuerzas, contribuyendo de ese modo a conservar o a transformar su estructura.”
(1997:48-49)
Bourdieu considera los campos como “universos sociales relativamente autónomos”
(1997:84) en los cuales se desarrollan los conflictos específicos entre los agentes, es una red de
relaciones objetivas entre posiciones que se definen por la forma en que, la situación actual y
potencial en la estructura de la distribución de las diferentes formas de poder (capital), generan
determinaciones a los agentes que las ocupan. Es por tanto un espacio en donde las posiciones
de los agentes se encuentran fijadas a priori y es allí donde se da una lucha entorno a intereses
que son específicos de esa área (campo) en cuestión. (Ortiz;1994:19) El autor nos aclara que en
el caso de los campos sociales, no se entra en el juego mediante un acto consciente, se nace en
el y la relación de creencia es tanto mas total cuando se ignora como tal. La creencia es por
tanto parte constitutiva de la pertenencia al campo; se refiere a una adhesión prerreflexiva,
ingenua, que Bourdieu define como la doxa. Desde esta perspectiva la jerarquía de las diferentes
formas de capital (económico, cultural, etc) es diferente en los diferentes campos y al interior de
un mismo campo se modifica de acuerdo al momento histórico.
Bourdieu plantea que para comprender adecuadamente el sentido del espacio social
es necesario referirlo a un sistema global. “As relaçoes de poder no interior do campo
reproduzem, assim, outras relaçoes que lhe sao externas.” (Ortiz;1994:24)
Existe por tanto una vinculación estrecha entre las relaciones que se establecen al interior de un
campo específico y la estratificación social en clases. Aunque con una postura propia, que se
distancia del marxismo como veremos mas adelante.
De lo anteriormente expuesto parece claro la estrecha interdependencia entre los conceptos de
capital y de campo; sería el estado de las relaciones de poder entre los agentes lo que define la
estructura del campo.
El campo sería entonces un espacio donde se ponen de manifiesto relaciones de poder que se
estructuran a partir de la distribución desigual de lo que Boudieu denomina “capital”. Bourdieu
reconoce tres clases fundamentales de capital: el económico, el cultural y el social. “A estas
tres formas hay que añadir el capital simbólico” (Bourdieu;1995 in Laino;2000:135)
Cobra aquí vital importancia el concepto de “capital simbólico”: “El capital simbólico es una
propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero, que percibida por unos agentes
sociales dotados de las categorías de percepción y de valoración que permiten concebirla,
conocerla y reconocerla, se vuelve simbólicamente eficiente, como una verdadera fuerza
mágica ...” (Bourdieu;1997:171-172)
Este solo existe en la medida que es percibido como un valor; no tiene una existencia real sino
que es basado en un consenso social sobre el valor de ese atributo y por tanto tiene un carácter
arbitrario.
Habitus
Dentro de la sociedad no es posible una vivencia independiente de la sociedad misma y sus
normas; las experiencias se constituyen, -como vimos-, por la configuración de los diferentes
campos, es la estructura de la situación en la que se interactúa; son estructuras objetivas. El
habitus es la interiorización, el efecto de esta configuración dada por el campo. Es por tanto un
mecanismo estructurador, lo que permite responder a las demandas del campo de forma
“razonable” o conforme al “sentido común”, son por tanto estructuras incorporadas. “Historia
incorporada, naturalizada y por ello olvidada como tal historia, el habitus es la presencia
activa de todo el pasado del que es producto: es lo que proporciona a las prácticas su
independencia relativa en relación a las determinaciones exteriores del presente
inmediato” (Bourdieu;1991:98)
Se refiere por tanto a un aprendizaje pasado, mediante la internalización, desde la
infancia, de aquellas estructuras inherentes a un sistema determinado de relaciones sociales, se
genera así una “lógica práctica” resultado “del acuerdo entre el sentido práctico y el sentido
objetivado” (Bourdieu:1991:100) cuyo resultado es la constitución de un “mundo de sentido
común, cuya evidencia inmediata es redoblada por la objetividad que asegura el consenso
sobre el sentido de las prácticas y del mundo..” (Bourdieu:1991:100)
El habitus puede ser visto como un elemento social e individual, ya que el proceso de
interiorización si bien es la internalización de objetividades el proceso ocurre de forma
subjetiva. La relativa homogeneidad de los habitus subjetivos se asegura por que los individuos
realizan la internalización de las representaciones objetivas de acuerdo al lugar en el espacio
social que ocupan. Para este autor es entonces fundamental estudiar las formas en que se
estructuran los habitus en las
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