Conocer las experiencias en las mujeres permite entender que la desigualdad que aún persiste es fruto de un largo proceso

Conocer las experiencias en las mujeres permite entender que la desigualdad que aún persiste es fruto de un largo proceso.

Poco se sabe de la condición y la participación de la mujer en sociedad, No es que no hubieran participado, si no que los historiadores nunca se preocuparon en mirarlas a ellas como sujetos históricos.

La lucha por la independencia tal vez fueron los periodos en donde más se vio minimizada la participación de la mujer pero los ejemplos llegan hasta nuestros días.

Se puede ver en la ciudad de México con la autora Elena Poniatowska quien señala que “las mujeres mexicanas, sin ellas, el país se caería en mil pedazos porque son como el elemento aglutinador, por que han resistido y han unido a los mexicanos a través de los tiempos. Primero las mujeres fueron soldaderas durante la revolución mexicana y eran muy denigradas, se les consideraba colchón de tripas, es decir acompañaban al soldado, tenían al hijo del soldado en la trinchera y hacían la comida; iban de avanzadas a prepararlo todo, a robarse las gallinas, hacer el caldo. Eran muy mal vistas, se las consideraban prostitutas, las que persiguen a los hombres soldados. Pero en realidad yo creo que sin ella no hay revolución mexicana”

Cuesta entender  la realidad cuando pensamos en mujeres que estaban prácticamente peleando con los aborígenes, con los peones con las que la dejaban sus maridos, que estaban siempre con un rifle, reídas  y temibles.

 Incluso las que ya están entrando en la formación de los procesos de los estados nacionales, como por ejemplo Mariquita Sánchez de Thomson, uno cuando ve las discusiones que tuvo con Sarmiento, lo que debe haber significado para estas mujeres, con esta fuerza, un estado que prácticamente la somete y las deja como si fueran marionetas o títeres. En el sentido de que siempre van a tener, que tener, un hombre al lado para hacer cualquier cosa.

En el principio del siglo XX la mujer empezó a obtener los primeros logros de sus derechos políticos, parte de esa historia comenzó a escribirla una ecuatoriana Matilde Hidalgo, cuando consiguió ser admitida en un colegio secundario, luego se convierte en la primera médica de ecuador.  E intenta empadronarse, le niegan el derecho, pero su pedido se somete a un ministro, un mes más tarde, se aprueba explícitamente el voto femenino. (1924)

Todos los movimientos por obtener el voto de las mujeres tuvieron distintas justificaciones, pero había una cuestión clara que es una búsqueda de pertenencia a la comunidad política, una búsqueda de ciudadanía.

En Argentina es notable la lucha de Julieta Lanteri, es una de las que más va a gritar en contra de la reforma electoral que sucede en la argentina en 1912, debido a que la constitución de 1853 no prohibía a las mujeres votar.

La reforma de 1912 imponía el voto secreto y obligatorio para evitar los fraudes, pero al mismo tiempo cerraría las puertas a la posibilidad de voto para las mujeres.

 La pelea que va a tener Julieta Lanteri es ir a querer hacer el servicio militar, pelearse, hacer votaciones paralelas de presidentes.

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