Corrupcion Cultura

La Cultura de la corrupción

Considero que origen de la corrupción es simultáneo con el nacimiento de las primeras sociedades organizadas y con una estructura dada, solo fue necesario que surgiera la primera ley, el primer deber y el primer juez para que apareciera el primer sobornador.

La corrupción sin duda es uno de los fenómenos sociales que más indigna a la población, la corrupción corroe los valores que la sociedad ha construido a lo largo del tiempo para una buena convivencia, y promueve en quien se corrompe la puesta en practica de antivalores como la mentira, el engaño, la simulación, la codicia, el autoritarismo, etc., es claro que el que corrompe y el que se deja corrompen no contribuyen a una mejor convencía social,

Se dice que México es un país corrupto, que casi todos los mexicanos de alguna forma hemos sido partícipes de este problema, y esto es una realidad.

La corrupción:

En cuanto a la fe, en el Paraíso, Adán desobedeció la norma y le dio la primera mordida a la manzana, probablemente de este acto surge la palabra “mordida” estrechamente ligada a la corrupción.

En cuanto a nuestra historia tenemos claros ejemplos de la corrupción:

“Empezamos por Hernán Cortes, quien, independientemente de sus meritos históricos, era una especie de microempresario que comandaba algo así como un cártel de aventureros ambiciosos a los que, para acabarla de amolar, a la mayoría no les pagaba. La retribución era simplemente el botín ganado, imagínense así empezamos.

En nuestra guerra de independencia Aldama y Allende tenían grandes dificultades con Hidalgo, púes el valiente y talentoso cura no solo permitía que la plebe se dedicara al saqueo, sino que incluso parecía propiciarlo. En Celaya apareció en uno de los balcones de un Mesón, desde ahí arrojo puños de monedas a la muchedumbre, al tiempo que les decía: ¿ Tengan hijos todo esto es suyo! Desde entonces, como en la mayoría de los movimientos revolucionarios, el pillaje se asocio a una forma de hacerse justicia.

Ya independientes con Santa Anna- que no olvidaremos que ocupo once veces la presidencia- , la corrupción adquirió niveles de delirio. Borracho, jugador y enamorado fue el primer presidente que inauguró el estilo de manejar la hacienda pública como si fuera su caja chica, no en balde le apodaban, “El Quince Uñas”. Como resume Enrique González Pedrero, en su biografía sobre este personaje “Santa Anna hizo de la cosa pública, la “cosa Nostra”. Porfirio Díaz le dio un sinónimo coloquial al verbo coptar: “maicear”.

La tradición en el país en materia de corrupción es de más prosapia, que nuestra tradición tequilera. Han surgido nuevos tipos de corrupción, pero la constante de la deshonestidad ha sido la misma. De ella no se salva ni uno de nuestros héroes más limpios, Madero. Al prócer le dio por el nepotismo, dos de sus tíos encabezaban las secretarias de Desarrollo y Economía; un primo estaba en la Secretaria de la Defensa, y su hermano Gustavo dirigía su partido y su otro hermano Emilio comandaba las fuerzas armadas del norte. La nomina familiar era amplia.

Obregón reconocía que la corrupción era su mejor pieza de artillería: “No hay general que resista un cañonazo de cincuenta mil pesos”. Nos hemos superado en cuanto a las cantidades, pues el narcotráfico ha encarecido los sobornos, cincuenta mil pesos es ya una bicoca.

Venustiano Carranza hizo una involuntaria aportación al lenguaje:

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