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Enviado por   •  27 de Junio de 2013  •  21.102 Palabras (85 Páginas)  •  407 Visitas

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Norberto Bobbio

Diccionario de politica

Estado de bienestar

I. LA REVOLUCION INDUSTRIAL Y LA CUESTION OBRERA: El pasaje de un

rédito per cápita de subsistencia a un rédito per cápita en continua expansión, el

progreso científico y tecnológico, la organización racional del trabajo y la explosión

demográfica han representado discontinuidades fundamentales en el desarrollo

económico del sistema occidental. Tales discontinuidades, sintetizadas con la expresión

“revolución industrial”, han producido lo que Karl Polanyi ha llamado “la gran

transformación”, es decir la transición de la sociedad tradicional de base agrícola a la

moderna sociedad industrial. El impacto de las fuerzas modernizantes sobre el modo de

vida tradicional ha sido trastornante: una verdadera “catástrofe cultural”. El avance del

industrialismo y del mercado ha erosionado y despedazado importantes conjuntos de

vínculos sociales, políticos y económicos; ha debilitado gravemente la cohesión interna

de los grupos primarios; por fin ha trastornado el sistema consolidado de las creencias

religiosas que garantizaba un mínimo de solidaridad entre las clases. Rápidamente la

gran transformación ha generado en su fase inicial un gigantesco proceso de movilidad

social que ha sido también un radical proceso de desarraigo: millones de individuos han

sido arrancados de su hábitat sociocultural e inducidos en un nuevo sistema de

relaciones -el mercado auto-rregulado- en el cual el sentido de pertenencia comunitaria

y de solidaridad estaba amenazado por la despiadada lógica de la ganancia. El mercado

autorregulado es inhumano: para él no existen hombres, valores morales, sentimientos,

sino sólo mercancías. Por esto en el siglo XIX el avance del mercado ha coincidido con

la agudización de todos los fenómenos patológicos de la vida social (alienación,

anomia, etc.). La Gemeinschaft (comunidad) es sustituida por la Gesellschaft

(sociedad), es decir por un sistema de relaciones puramente contractual, basado

exclusivamente en el cálculo utilitarista de los costos y de los importes y sordo a

cualquier consideración de orden moral. Los trabajadores comprometidos en el ciclo

manufacturero fueron considerados como mera fuerza productiva , mercancía entre las

mercancías. Nació de tal manera el “proletariado interno” de la civilización capitalista-

burguesa; una masa de individuos despersonaliza-dos, carentes de raíces culturales y

abandonados a sí mismos; una especie de “casta en exilio”; un grupo halógeno que se

siente extraño a la sociedad y siente la sociedad extraña a sus específicas exigencias

materiales y psicológicas. Las raíces profundas de la cuestión obrera se encuentran en el

doloroso sentido de abandono que advierten los trabajadores comprometidos en el ciclo

productivo del factory sistem más que en la penosidad del trabajo y en los bajos

salarios. La nueva clase dominante -la burguesía capitalista-se desinteresa de la

dirección política de las clases subalternas; ella sólo quiere utilizar su fuerza de trabajo,

explotarlas, no ya gobernarlas. Y exige también que el estado no corrija las leyes del

mercado puesto que ve en cualquier intervención dictada por consideraciones

extraeconómicas un atentado a la “natural armonía” que se determina a través del libre

juego de la oferta y la demanda. La filosofía que expresa la actitud fundamental de la

burguesía frente a los problemas políticos y económicos es el laissez faire. El estado

burgués es un estado que protege desde el exterior el mercado, que garantiza que las

normas esenciales para el funcionamiento del sistema no sean violadas, que se abstiene

de toda acción que pueda perturbar el mecanismo de la competencia. Por esto es un

estado carente de sensibilidad social> los costos de la gran transformación, que se

vuelcan casi exclusivamente sobre la clase obrera, no son percibidos por él o son

percibidos como naturales, inevitables, inmodificables. De tal modo en el seno de la

sociedad capitalista el surco entre las clases integradas y las masas proletarizadas se

hace cada vez más agudo al punto de preceder a una escisión vertical en el cuerpo

social. No es casual que tanto el revolucionario Marx como el conservador Disraeli vean

la crisis de civilización actuante en el 1800 como el encuentro frontal entre dos ciudades

recíprocamente repulsivas: la de los haves y la de los have-nots.

II. LA REVOLUCION DE LAS EXPECTATIVAS CRECIENTES: Esta-dísticas en

mano, la historiografía neoliberal ha tratado de demostrar que la revolución industrial

no ha conducido, ni siquiera en su fase inicial, a un empeoramiento de las condiciones

materiales de existencia de las clases trabajadoras. Sin embargo, es un hecho que la

condición obrera fue vivida por los trabajadores como una intolerable degradación de la

vida humana y que así fue descrita por los observadores de la época. Dos fenómenos

concordaron para determinar eso: el aislamiento moral del proletariado, que fue

abandonado a su destino -ni la burguesía ni es estado se ocupaban y se preocupaban de

sus condiciones exis-tenciales-, y una transformación de la mentalidad dominante

determinada por la difusión del credo democrático e igualitario. Aquí, un papel decisivo

fue desempeñado por la revolución francesa y por los “inmortales principios”. Las

clases inferiores en el siglo XIX comenzaron a reinterpretar su condición existencial a la

luz de los nuevos valores proclamados por la inteliguentsia radical y reclamaron, al

principio confusamente, luego de manera cada vez más clara, la reorganización de la

sociedad. Se sentían excluidas de la ciudad y por eso pretendieron el pleno derecho de

ciudadanía política y moral. Apremiaron a los empleadores, a los gobernantes, a toda la

sociedad para obtener un estatus igual al de los otros grupos que articulan la comunidad

nacional. La protesta obrera, revolucionaria o refor-mista, nace del resentimiento

colectivo contra la sociedad burguesa que no siente ningún deber frente a las víctimas

de la acumulación salvaje y de la industrialización acelerada.

El fenómeno es contagios. Progresivamente todos los grupos que ocupan una posición

periférica en la jerarquía social exigen la plena ciudadanía política y

...

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