Cuentos Prohibidos En La Dictadura
Enviado por shinigami79 • 13 de Abril de 2013 • 1.340 Palabras (6 Páginas) • 753 Visitas
A 30 años del golpe en las aulas 1
Este afiche 2
La propuesta de este primer afiche consiste en trabajar el golpe
con los más chicos a partir del cuento «Caso Gaspar» de Elsa
Bornemann. Este cuento fue censurado, junto con todos los
que integran el libro Un elefante ocupa mucho espacio, durante
la última dictadura, en el marco de una política de estricto control
cultural llevada acabo por el gobierno militar, que impuso la
censura como uno de los mecanismos para vigilar las maneras
de pensar y sentir de los ciudadanos.
La intención de recuperar «un cuento prohibido» y ofrecerlo
para su lectura abre la posibilidad de vincularnos no sólo con
sus palabras y sus imágenes, con las fantasías y la imaginación
que despierta, sino también con lo que su propia historia
nos evoca.
Para ello, les proponemos abordar en el aula el tema de la censura
cultural y las prohibiciones durante la dictadura a partir del
cuento «Caso Gaspar». Nuestra intención es ligar el problema
de la censura cultural con cuestiones como la intolerancia a la
diferencia y la imposición de ciertos valores como los únicos
aceptables. Al mismo tiempo, nos preguntamos cómo pensar
lo prohibido y lo permitido, lo considerado correcto y lo que
transgrede la norma, habilitando la reflexión sobre aquello que
no se pregunta y no se cuestiona.
Trabajar desde la literatura nos ofrece otros modos de posicionarnos
ante el desafío de transmitir a los más chicos lo sucedido
en la historia reciente de nuestro país. En este sentido,
invitar a leer este y otros cuentos forma parte de un ejercicio
de memoria, que habilita un espacio para el encuentro entre
generaciones. A través de este ejercicio puede tener lugar un
diálogo sobre nuestro pasado reciente, su incidencia en relación
con nuestro presente y las posibilidades que desde aquí
puedan tejerse para la construcción de otro futuro. Un futuro
que empieza a cobrar otra forma si colectivamente hacemos
efectiva la tarea de reconstruir lazos sociales, proponiéndonos
pensar y soñar nuevos mundos y, porqué no, imaginar
nuevos relatos.
El material reunido en este afiche intenta brindarle al docente
una serie de herramientas de trabajo y propuestas de interpretación,
producción escrita y debate.
Esperamos que este afiche resulte un recurso útil para acompañar
el trabajo en el aula en torno a los 30 años del último golpe
de Estado en nuestro país, no sólo en el aniversario del 24 de
marzo de 1976, sino mucho más allá de él. Ojalá la presencia
sostenida del afiche de Gaspar en el aula funcione como una
ayuda-memoria para todos nosotros sobre aquello que no queremos
olvidar.
El proyecto «A 30 años del golpe» impulsa una serie de iniciativas a lo largo de
este año 2006 para propiciar estos ejes de intervención en el ámbito educativo.
Para informarse y contactarse con el Proyecto «A 30 años del golpe»:
www.me.gov.ar/a30delgolpe
Nos interesa mucho su opinión sobre este material, sus sugerencias,
críticas y propuestas, así como su testimonio sobre qué ocurrió con él
en el aula. Si desea hacernos llegar algún comentario, escríbanos a:
a30delgolpe@me.gov.ar
Los chicos también quieren saber de qué se trata 3
Ante un tema tan complejo como el de la última dictadura
surge la pregunta sobre cómo enseñarlo en las aulas, qué relatos
transmitir a las nuevas generaciones que nos permitan
tejer puentes y vincularnos con nuestro pasado reciente. La
respuesta no es sencilla y cada docente hará su propio recorrido.
Creemos que el libro de Graciela Montes El golpe y los
chicos (aparecido en la editorial Gramón-Colihue en 1996, y
luego reeditado en el diario Página/12) marca uno de los senderos
posibles sobre cómo transitar este desafío. Les acercamos
una selección de este texto.
El golpe y los chicos
Graciela Montes
«El 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado. Un golpe
de Estado es eso: una trompada a la democracia. Un grupo
de personas, que tienen el poder de las armas, ocupan por la
fuerza el gobierno de un país. Toman presos a todos: al Presidente,
a los diputados, a los senadores, a los gobernantes,
a los representantes que el pueblo había elegido con su voto,
y ocupan su lugar. Se convierten en dictadores. (…)
Las Fuerzas Armadas en su conjunto se habían puesto de
acuerdo para cortar de un hachazo el sistema constitucional.
El «Órgano Supremo» que se hizo cargo del gobierno (…) era
una Junta: estaba integrada por un general -Jorge Rafael
Videla- , un almirante -Eduardo Emilio Massera- y un brigadier
-Orlando Ramón Agosti-. Los tres de perfecto acuerdo, los
tres detrás de un único objetivo -o al menos era eso
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