Derechos igualitarios,discurso feminismo

El lenguaje de la equidad de género, construido por el feminismo, se utiliza ahora en algunos casos como si se tratase de una alternativa sensata frente a la insensatez feminista. El problema, para muchas feministas, radica en saber hasta dónde puede tener una importancia efectiva en el diseño de políticas públicas este desplazamiento (blanqueamiento) ideológico o hasta dónde, es un costo mínimo que hay que pagar por la aceptación amplia de los planteamientos de fondo.

(Estela Serret)

Es importante abordar estos temas para dar a conocer la real intención de esta doctrina, algunos derechos ya determinados en la ley se vulneran en nuestro país. En las ciudades más centralizas son pocos los casos en los que se marca este fenómeno; se busca informar la importancia del movimiento y crear una reacción positiva sobre lo que es realmente el feminismo y sobre los límites que hay que respetar por el bien de la sociedad regida bajo una serie de normas y derechos.

En la los tiempos actuales, toda mujer conoce del movimiento feminista e incluso el 95 % de la población femenina de entre 17 y 25 años  a nivel nacional, comentan ser parte de este pensamiento, pero realmente el 15% de esta población,  saben cuáles son los  causales del movimiento   ¨mujer libre¨, mucho se habla de la desigualdad en el pago de honorarios, esta doctrina tiene mucho mas por lo que luchar.

Hablemos de que es el feminismo y cuáles son las razones más icónicas, por las cuales lucha el movimiento feminista. ¨mujeres libres¨

Esta doctrina empezó por causas nobles, por afanes de principios morales, es un movimiento que toma gran fuerza en el siglo XIX, pero no con eso quiero decir, que son los inicios del mismo, pues los verdaderos puntos notables e incluso admirables se dieron unas décadas atrás. Esta doctrina nace en Europa y tras las relaciones comerciales  que tenia España con México, este pensamiento empezó a llegar por medio de la criadas de los duques  y señorías, pero no tomo fuerza hasta los tiempos de la revolución, con la notable participación de las mujeres en el movimiento revolucionario las mujeres hicieron notar su valía, ellas sólo querían el derecho al sufragio, el derecho a trabajar y ser tratadas como iguales, no como hombres; estas reclamaban poder ascender a puestos en los que solo eran ocupados por caballeros. En esos tiempos para que una mujer pudiera trabajar debía estar casada y contar con el permiso de su esposo o bien acudir con su tutor o padre para que firmara por ella y diera su consentimiento y respaldo…

el voto no comenzó a otorgarse a las mujeres en Europa sino hasta después de la Primera Guerra Mundial, el sufragismo tuvo muchos otros logros importantes para las mujeres de los que poco se habla, como la consecución de derechos sobre los hijos, la posibilidad de heredar y administrar los propios bienes; el derecho a obtener una educación universitaria, a solicitar el divorcio, a demandar al marido en igualdad de condiciones en caso de adulterio o el derecho a elegir por cuenta propia el sitio de residencia sin necesidad de la autorización de un pariente varón, entre muchos otros.

Este enfoque del feminismo sufriría serios reveses y entusiastas reivindicaciones al interior de los movimientos socialistas y comunistas posteriores: los primeros por imposición de posturas fuertemente conservadoras de los cuadros dirigentes y las bases masculinas, y las segundas a manos de muchas militantes que aprovechaban coyunturas de fuerza femenina para hacer resurgir esta idea de emancipación. No obstante, a medida que se desarrolló el socialismo, fundamentalmente su enfoque marxista, el tema de la libertad sexual y la búsqueda de la “nueva mujer”, fue perdiendo terreno progresivamente frente a la interpretación economicista de la subordinación femenina.

Realmente cuantas mujeres conocen sus derechos y cuales  en realidad son los derechos y libertades a los que se les limito o simplemente jamás se les dio ejerció.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la población de mujeres representa más de la mitad de la población total (51.4 por ciento) con respecto a la población de hombres (48.6 por ciento), lo que implica una relación de 94.4 hombres por cada 100 mujeres. Sin embargo, en el porcentaje de mujeres que forman parte de los consejos de administración hay una amplia brecha, pues mientras que el 6.1 por ciento son mujeres, el 93.9 por ciento son de hombres.

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