Diario de campo plazas de mercado
Enviado por darlyng.clavijo • 17 de Abril de 2021 • Síntesis • 838 Palabras (4 Páginas) • 111 Visitas
En la ciudad de Bogotá, la desigualdad representa las diferencias en los niveles de vida y bienestar entre sus habitantes, sea bien desde una concepción particular o colectiva. Esta desigualdad la evidenciamos no tan solo en términos económicos, sino también en otras dimensiones como la espacial y la social.
En Bogotá, durante el tiempo en el que sus ciudadanos han debido afrontado y adaptarse a las nuevas realidades a causa de la crisis desatada de salud pública por la aparición de la “COVID 19”, una de las preocupaciones más recurrentes fue y sigue siendo el impacto que la pandemia, junto con las medidas de cuarentena y aislamiento social, tendrían y tienen sobre un territorio caracterizada por la desigualdad socio-económica y espacial.
Es allí, donde encontramos, luego de realizar un trabajo de campo en algunas plazas de mercado de la ciudad de Bogotá y con la excusa de analizar cómo las personas que diariamente circulan por estos escenarios siguen las medidas de bioseguridad (uso de tapabocas y distanciamiento social),encontramos un escenario desolador; Percibimos, la existencia de una disputa directa entre lo que se cataloga el cuidado y autocuidado en tiempos de pandemia frente a la necesidad de subsistencia de los ciudadanos en una época de crisis como la que se vive actualmente y que ha superado registros históricos.
Por qué no existe el cuidado frente al virus.
En varios de los puntos elegidos para este ejercicio de observación, analizamos si las personas estaban cumpliendo con el uso adecuado del tapabocas y manteniendo el distanciamiento social, identificamos claramente que muchas de las personas que allí circulan y de acuerdo a su roll y necesidades dentro de este espacio son más o menos disciplinadas en el cumplimiento de esta norma, esto se puede atribuir a diversas razones que a continuación desarrollaremos.
Al ser visitante, comprador o transeúnte de estos espacios de comercialización, identificamos que son personas consientes del espacio al cual están ingresando y su roll dentro de él, allí ellos se encuentran con un escenario en el cual confluyen un alto de diversas clases sociales, géneros entre otros, esto es directamente proporcional al aumento de riesgo de contagio, dado que la circulación de gente es alta en comparación a otros sitios que claramente son menos concurridos por sus dinámicas propias. Es así que muchos pueden acceder en vehículos particulares para realizar sus compras.
No sucede lo mismo para las personas trabajadoras de estos centros de distribución y comercialización alimentaria, estos se pueden desagregaren entre propietarios de los negocios (bodegas, locales) y trabajadores de cargue y descargue de productos en masa, los primeros, están en torno a la venta de productos percibiendo diariamente recursos económicos que les permite contar con una estabilidad social y económica, la cual, no les obliga a emprender durante su día laboral actividades de riesgo, simplemente asumen un rol de control y verificación de la comercialización en cada uno de sus puestos de trabajo, permitiéndoles contar con recursos económicos acordes a su actividad y así mismo garantizar el uso de manera permanentemente de sus elementos de bioseguridad dentro de un contexto que se acomoda para ellos. Por el contrario, no sucede lo mismo con los segundos, estos, deben estar en permanente acción (carga, descarga) de vehículos que transportan las mercancías que allí se venden, es así que el cumplimiento de las medidas de cuidado y auto cuidado no son relevantes, viven en torno a lograr la mayor cantidad de actividades durante el día lo que les representa mayor o menor ingreso económico para su subsistencia, muchas veces en condiciones no adecuadas donde el único riesgo no es el coronavirus, tienen riesgo también de lesiones físicas, de explotación laboral además de no contar con garantías sociales mínimas.
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