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Dimensiones psico-sociales de la familia


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2017  •  Síntesis  •  1.838 Palabras (8 Páginas)  •  358 Visitas

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DIMENSIONES PSICOSOCIALES DE LA FAMILIA MEXICANA

El contexto social determina no sólo la estructura familiar sino también las relaciones familiares y hasta las relaciones de parentela. La familia es un sistema vivo en constantes evoluciones y desarrollos, ya sea por el contexto familiar o bien por los individuos que conforman la unión, donde podemos ver que las personas nacen, crecen, se reproducen y mueren, donde a su paso van dejando huellas marcadas en la interacción con otras personas, las costumbres, los hábitos, las reglas, los vicios, etc., que se van trasmitiendo de generación en generación.

La influencia de la familia de origen, grupo en el cual cada persona tiene sus orígenes en el orden psicológico, físico y emocional. La familia de origen es aquélla en la que trascurre la mayor parte de la infancia. Cada etapa requiere de nuevas reglas de interacción familiar, tanto al interior como al exterior del sistema.

Debemos establecer etapas estándar para todas las familias, pero indudablemente hacerlo es una herramienta que se le debe dar sentido a todo trabajo con familias, sea el objetivo de éste la prevención, la intervención (tratamiento o terapia) o la investigación.

Una familia se relaciona de acuerdo a ciertas reglas que constituyen la estructura familiar a la cual es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. La familia es el primer entorno natural en donde los miembros que la forman evolucionan y se desarrollan en términos afectivos, físicos, intelectuales y sociales, según modelos vivenciados e interiorizados.

Cada familia es un sistema abierto en continuo movimiento, cambio y reestructuración, en busca de una estabilidad y equilibrio, entre todos los miembros que la componen y el entorno social en el cual viven. Además ha sido descrita, ya que es la base en que se han cimentado hasta ahora todas las sociedades.

 Puede considerarse, a su vez, un macrocosmo social ya que en su interior se reproducen relaciones sociales con una diferenciación de los roles en función de la edad, sexo, etc. Por lo demás, se ha reconocido que la familia generalmente es la mayor fuente de apoyo social y personal de que pueden disponer las personas, tanto en los periodos de independencia como en los de dependencia (niñez, enfermedad, desempleo, etc.), y que los procesos que tienen lugar al interno de ella son interactivos, de forma que cualquier evento que afecte a uno de sus miembros repercute de una u otra manera en todos los demás. 

Lo que define una familia, por tanto, es la negociación y la complementariedad de estas tareas, lo que sugiere una concepción de la dinámica de la familia como un proceso que además estará determinado por la etapa del ciclo vital de la misma. Las familias mexicanas han evolucionado según las características de los contextos históricos, experimentando una serie de cambios importantes, especialmente en su dinámica y estructura a lo largo del tiempo. 

Con esta visión se reproducen ciertas relaciones jerárquicas que moldean a su vez las ideas culturales acerca de los hombres y las mujeres en convivencia como pareja que funda una familia, con lo que se contribuye a la construcción de una visión familiar idealizada o tradicional.

 Vemos entonces que la vida familiar ha experimentado modificaciones: crecimiento de la participación femenina en el área laboral, reducción de la tasa de fecundidad, aumento de la esperanza de vida, cambios en las pautas de nupcialidad y disolución de uniones y una diferenciación y multiplicación de modelos culturales.

Las familias se encuentran ante retos y cambios estructurales que invariablemente repercutirán en las relaciones psicosociales,  a pesar de que compartimos esta concepción de la familia, en este trabajo no podemos dejar de considerar, simultáneamente, la diversidad de los modelos de convivencia o tipos de hogares existente. Teniendo presentes los distintos modelos familiares y como paso previo al establecimiento de las dimensiones e indicadores de la calidad de vida, vamos a elaborar una visión de conjunto de la acción educativa en el contexto familiar.

 En ella quedarán reflejadas una serie de condiciones de carácter más bien cualitativo que serán propuestas, posteriormente, como indicadores de calidad de vida en este alrededor.

El contexto familiar es un espacio privilegiado para el desarrollo social ya que es un ámbito en donde se dan múltiples interacciones, en donde se comparten los espacios, el tiempo, las salidas, las diversiones, las experiencias, en donde se aprende a través de la confrontación con los otros, en donde se aprende a convivir y a ser con los otros. El cultivo familiar de las aptitudes sociales adquiere una importancia decisiva en nuestra sociedad ya que se constata en ella un descenso en los compromisos permanentes entre las personas así como una mayor fragilidad y vulnerabilidad en las relaciones.

Es evidente que los diferentes modelos familiares no tienen las mismas facilidades en cuanto a las condiciones que configuran la calidad de vida y que, en algunos casos, son patentes las carencias afectivas, materiales, de desarrollo o de cualquier otro tipo. Las necesidades y demandas familiares deberán ser atendidas por las políticas de acción social y familiar a través de la elaboración de pro- gramas de intervención y de prevención, la terapia familiar es una clase de conocimiento que va más allá de la aplicación de técnicas para resolución de problemas, implica un modelo epistemológico, estrategias clínicas, tácticas y técnicas que se amalgaman en una variabilidad de destrezas.

El proceso de desarrollo del ser humano, al igual que ocurre en cualquier otro organismo vivo, se enmarca en una serie de sistemas relacionados unos con otros, que son distintos escenarios de interacción con el ambiente. Cuando se habla de familia se debe señalar que se orienta, con legitimidad y validez, a incluir tanto las dimensiones universales como los aspectos nativos de las diferentes formas, estilos y estructuras familiares que se encarnan en las muy variadas culturas.

La familia es el ente que influye de manera determinante en la conducta y personalidad del niño, es por excelencia quien debería de enseñarle a socializar a los niños para que cuando lleguen a la edad adulta, sean competitivos a la búsqueda de éxito y la productividad. Sin embargo, no todas las familias cumplen los requisitos para poder ser una familia adecuada. Cuando se ve a la familia como un organismo social, se desarrolla y adapta a las condiciones de vida dominantes en un determinado tiempo y lugar. Por lo tanto, es el producto de una determinada estructura social.

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