Discapacitados Capacitados
Enviado por musikero • 24 de Enero de 2012 • 987 Palabras (4 Páginas) • 615 Visitas
“En la mirada de un niño, siempre encontrarás la respuesta que los mayores no te pueden dar”
Anónimo
En el mundo del periodismo hay una teoría que sostiene que las buenas noticias, no venden. Así que siguiendo esta hipótesis, hoy podría escribir del descomunal escándalo de los expedientes de regulación de empleo que afectan a la Junta de Andalucía por valor de más de cien mil millones de las antiguas pesetas. Podría escribir de los mediadores de partido que cobran cifras fabulosas, de las ingentes cantidades de dinero que constantemente perciben del Gobierno los Sindicatos y ello, porque todo esto se lleva a cabo con nuestro dinero. Un dinero que sale de nuestros bolsillos y que es fruto de nuestro trabajo, nuestro esfuerzo y en mucho casos, hasta de nuestras privaciones. Y todo ello, en una situación en la que muchísimas familias están hundidas en la más profunda desesperación a causa del paro y la falta de futuro. Pero, ¡No! Todo eso es tan sucio, tan inmoral, tan innoble y despide un hedor tan nauseabundo, que se hace necesario higienizar el ambiente con algo mucho más positivo, entrañable y alentador. ¡Que no todo es malo en este mundo!
Hoy quiero referirme a la esperanzadora iniciativa de aquellas instituciones que están integrando a personas discapacitadas entre su personal.
Hace unos días, haciendo unas gestiones en el consistorio de mi ciudad, me crucé con un joven funcionario que padecía el síndrome de Daown. Se desenvolvía bien en su cometido. Al cruzarse conmigo me dijo: ¡Hola! Mientras se cruzaban nuestras miradas. ¡Hola! ¿Qué tal?, le contesté. Bien, me respondió, prosiguiendo su camino. El fortuito encuentro hizo que me invadiera una honda emoción. Cuanta sinceridad, que limpieza en la mirada, qué profunda humanidad había en ese gesto. Yo continué feliz con mis gestiones y él radiante en su particular mundo: en el mundo de los mayores con la mirada de un niño.
Por su actitud, me dio la impresión de que se había liberado interiormente de su “yo”, para darse por entero a los demás.
Indocumentadamente, la sociedad considera a estas personas como retrasados incapaces, cuando generalmente pueden hacer casi todo lo que cualquiera otra, aun cuando lo logren mas tarde. Hoy, afortunadamente existen programas de estimulación que los ayudan a madurar más pronto.
Personalmente, creo que es un deber moral hacerles sentir uno más de nosotros y no rechazarlos. Tratemos de conocerles mejor para poder ayudarles más. Aprendamos como son y querámosles con su forma de ser. Es sencillo. Primero escucharles y después hablarles. Así, con palabras, derribaremos barreras y construiremos un puente indestructible entre ellos y nosotros. Solo así irán madurando y adquirirán conciencia de sus propias posibilidades. Solo así dejarán de ser sujetos pasivos, y se sentirán protagonistas, porque ellos necesitan un hueco en la sociedad. Se sienten capaces de ofrecer y aportar sus ricas cualidades y capacidades, y quieren hacerlo. Creamos en ellos y aceptémosles como son. Demolamos las sagas del
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