Discurso De Generación

Discurso de la ceremonia de la generación 2000-2003 en La Preparatoria oficial Anexa a la Normal de Santiago Tianguistenco

Buenas Tardes,

Me da mucho gusto poder recibirlos a todos ustedes, para poder hacer remembranza de gratos recuerdos. Estoy seguro que recordaron con emoción cuando ustedes estaban, hace 10 años en las aulas y siendo participes en eventos de esta Institución.

Pensando en ustedes los egresados, buscaba algún calificativo, alguna palabra que pudiera ilustrar este recuentro. La palabra que me vino a la mente es la del prestigio y responsabilidad, algo que algunos hombres e instituciones persiguen arduamente durante largo tiempo, en ocasiones por toda la vida y que solo pocos lo logran.

Nuestra escuela de la cual son ustedes egresados, cuenta con esa imagen de la opinión pública, inclusive no solo a nivel municipal, sino también regional. Consecuencia de un desempeño laboral de muchos maestros que han trabajado y que hoy nos acompañan.

Hace 10 años, tenían el mundo por delante. Estaba todo por hacer. El único límite era el propio deseo. No sabían muy bien quiénes eran, se estaban encontrando, pero creían que los obstáculos eran externos. Y que el éxito era sólo laboral y material. Creo, fue un 9 de Julio de 2003 donde dieron fin a su etapa escolar. Pintando sus camisas o blusas, rompiendo cuadernos, tomando fotos con todos los compañeros, inclusive con sus profesores, ellos a quienes en algún momento de repente les cayeron mal porque eran exigentes. Muchos lloraron, otros estaban felices y uno que otro decía: Ufff! Al fin. Tenían la idea de que nada los iba a parar. Tenían todo un mundo por delante. En ese momento no eran conscientes de todo lo que quedaba atrás. Una convivencia de 3 años con sus compañeros, profesores, el personal administrativo y de servicio. Y fue desde ese momento, algo que se logra entender más tarde en la vida, que la escuela les inculcó, que el conocimiento es el fruto del razonamiento. Y en ese razonamiento, conlleva a la posibilidad de arriesgar, equivocarse, porque esa era la manera para acceder al saber. Aprendieron que La Divina Comedia no era un programa de TV. Pero aprendieron a pensar. A ser curioso, a cuestionar. A buscarle otra vuelta a las cosas. Y principalmente, la seguridad personal para poder elegir qué hacer de sus vidas, sin temor al fracaso. Que si la vida los pone en jaque más de una vez, tener la jugada para salir airosos. Aprendieron que el éxito está en exacta relación con el deseo de cada uno y que muchas veces, tomar el camino más corto no es necesariamente el mejor. Pero no solamente recibieron conocimientos. Les enseñó también a vivir, a ser mejores seres humanos, a compartir lo mucho o lo poco que tenían. Fue el lugar donde encontramos a sus primeros amigos o a los amigos verdaderos. Donde de repente tuvimos a su primer amor o encontraron al amor de toda la vida.

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