Discurso. Testimonio de eterna gratitud
Enviado por panchito1 • 23 de Octubre de 2015 • Apuntes • 357 Palabras (2 Páginas) • 150 Visitas
Es necesario entonces que la conciencia del hombre sea despertada con la campana de las virtudes para poder cosechar el bien, la belleza y la luz que por todas partes se derrama.
Y es precisamente esta sesión solemne, la que nos demuestra que todo lo que se siembra con amor se cosecha: cualidades humanas, virtudes personales, con bien común y con servicio desinteresado a los demás, porque el que no siembra virtudes en el alma, no cosecha méritos en el espíritu.
Así es como los maestros hemos entrado todos estos valores que hoy son la recompensa a los años dedicados a la labor de educar, aquilatados por el tiempo, el amor, la perseverancia y el esfuerzo por dar cada día lo mejor.
El ejercicio de la docencia nos ha permitido recibir y vivir momentos bellos e inolvidables, practicando la misión fundamental que es inculcar en la mente de los estudiantes nobles ideales.
El maestro Hegel, ubicó el reconocimiento como la más elevada de las satisfacciones humanas, el que hace feliz a las personas, el que termina por realizarnos por haber transitado con responsabilidad, bondad, respeto y cumplimiento por la ruta adecuada de una exitosa educación basada en el conocimiento, la práctica y la creatividad.
A nombre de mis compañeros Norma Mireya Vera, Fernando Mendoza y de quien os habla Ketty Verduga, permítannos presentar nuestro testimonio de eterna gratitud a Uds. compañeros socios, representados por la Lic. Vitaliana Zambrano de Nieto, digna presidenta de nuestra Asociación de profesionales de la Educación Eloy Alfaro de Manta y la asambleísta Verónica Rodríguez por este magno reconocimiento.
Esta placa que hoy nos ha sido entregada será motivo de nostalgia, de recuerdo, pero también nos inspira un sublime sentimiento para seguir disfrutando con serenidad pero llenos de júbilos el día a día, junto a nuestros familiares el camino que aún nos queda por recorrer.
La alegría rebasa en esta noche los límites de lo humano, porque jamás ha habido premio más grande ni felicidad tan intensa que la satisfacción del deber cumplido.
Los triunfadores se caracterizan por tener fe, confianza y alegría, luchemos y persistamos hasta quedarnos sin aliento, porque vivir es luchar, es engrandecerse, es perfeccionarse y es… continuar.
Gracias.
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