Discurso sobre el suicidio

Cerca de ochocientas mil personas se suicidan cada año en todo el mundo. Según el INEGI cada cuarenta segundos se suicida una persona.

Aun así, sigue siendo un tabú en la sociedad. Se sigue en el pensamiento ignorante de que si se habla se promueve y cuando se intenta hablar recibimos comentarios como “¿Cómo se te ocurre decir eso?” “De eso no se habla”

Estamos tan acostumbradas a girar la cara y darle la espalda porque no es nuestro asunto, lo sentimos como algo ajeno. Pero no tomamos en cuenta que, la indiferencia y el silencio también matan. Hablar sobre el suicidio puede salvar una vida, abre una conversación que hace más sencillo que otras personas puedan pedir ayuda.

El suicidio siempre es una opción, tener pensamientos suicidas no es poco común. La diferencia está en elegirla o no hacerlo. Tal vez simplemente no es la opción correcta o la que queremos escoger desde un principio.

Se comienza a tratar de luchar, a pesar del sufrimiento o dolor con el que se lidia, muchas veces seguimos luchando. Aun así, se llega a un nivel tan desgarrador que el hecho de seguir intentándolo siquiera se vuelve inhabitable, invivible, insoportable. Aquí es cuando el suicidio se convierte en la única alternativa, cuando las demás opciones dejan de serlo y lo que se quiere es acabar con el dolor.

Es realmente importante hablar sobre lo que sentimos o por lo que estamos pasando en el momento, mientras estén frescos, de lo contrario nunca lo haremos. Y el no hacerlo se convierte en una carga emocional horrible, que no hace más que lastimarnos.

Entiendo el hecho de que a veces no lo hagamos por el miedo al qué dirán, porque nos hemos acostumbrado a escuchar las típicas frases “Estás exagerando” “Hay personas que lo están pasando peor” “Deja de querer llamar la atención”.  Pero a veces estás ideas no son nada más que pensamientos propios, siempre, aunque a veces sea demasiado complicado el verlo, va a haber una persona dispuesta a escucharnos, a apoyarnos.

El hablar con alguien puede ayudarnos a darnos cuenta de que es nuestro cerebro el que nos hace creer que no somos importantes o que lo que estamos sintiendo no lo es, y que alivio saber que no todo lo que se piensa es real.

La vida puede llegar a doler mucho, no te sientas mal por demostrar que es así.

A todas las personas que han perdido un ser querido por suicidio, que se sienten en soledad, que han intentado o pensado en suicidarse, que están luchando por seguir aquí, que se preguntan ¿por qué la vida duele tanto?, y a las que hoy deciden pedir ayuda.

Que sepan que es un gran día para estar orgulloso de todo el progreso que han hecho.

Si alguna vez, llegas a considerar el suicidio realmente espero que te quedes, a escuchar tu nueva canción favorita, a reír con amigos que todavía no conoces, a ver los días de lluvia, los de sol, a escuchar la voz de las personas que te hagan felices, a reír, a decir te quiero y a que te digan que te quieren.

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