EL TRABAJO Y LA ÉTICA PROFESIONAL
Enviado por Belen Campillay C • 21 de Noviembre de 2021 • Documentos de Investigación • 6.691 Palabras (27 Páginas) • 61 Visitas
GUÍA DE ESTUDIO: ÉTICA PROFESIONAL[pic 1]
UNIDAD II. LA PERSONA HUMANA CON EL MEDIO
EL TRABAJO Y LA ÉTICA PROFESIONAL
Profesional (“professio”, “professo”- consagrado públicamente y reconocido - “confesso” proclamado). Persona integrada a un grupo humano con cuerpo coherente de conocimientos específicos que usa una teoría unificadora aceptada ampliamente por sus miembros. Le permite tener capacidades y técnicas. Acreedor de prestigio social reconocido. Genera expectativas explícitas de confiabilidad moral. Que se expresan en un código de ética.
Ethos de una profesión es el conjunto de aquellas actitudes, normas éticas específicas y maneras de juzgar las conductas morales, que las caracterizan como grupo sociológico. El Ethos fomenta tanto la adhesión de sus miembros a determinados valores éticos como la conformación progresiva a una “tradición valorativa” de las conductas profesionalmente correctas.
Para comprender el trasfondo ético en todo quehacer profesional, primero conviene analizar qué se entiende por profesión.
Profesión es toda actividad personal, estable y honrada puesta al servicio de los demás y en beneficio de uno mismo, a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana, con el fin de contribuir al bien común. La profesión hunde sus raíces en lo más profundo del hombre: tiene una dimensión vocacional ya que “se nació” para desempeñar esa determinada ocupación.
La profesión tiene una marcada vocación de servicio, es el aporte personal más decisivo a la vida social. Si no se tiene como fin contribuir al bien común, fácilmente se verá en esa tarea un medio de autoafirmación personal, desvinculado de las necesidades de los demás corriendo el riesgo de acabar colocando el trabajo al servicio del propio egoísmo.
Un profesional ha de poseer CALIDAD TÉCNICA Y CALIDAD HUMANA: no hay verdadera excelencia profesional en alguien carente de virtudes morales. Una persona corrompida puede ser “experta” en ciertos temas, habilidosa en una técnica u oportunista a la hora de descubrir ocasiones de negocios, pero puede no ser un auténtico profesional. De él se espera no sólo competencia técnica, sino también que sea confiable y responsable, que tenga espíritu de servicio y calidad humana. En definitiva, se le reclaman valores éticos.
La moralidad tiene un carácter integrador, requiere efectivamente la competen profesional, pero supone, además, que sea bueno éticamente –como persona- distintos aspectos de su vida.
En definitiva, se requieren profesionales que sepan poner todos conocimientos al servicio de la persona y del bien común de la sociedad.
EL TRABAJO: DIGNIFICA LA VIDA HUMANA.
El trabajo es el eje en torno al cual gira la sociedad y el progreso de humanidad. Por eso, es un derecho humano fundamental que traduce a otro m vital: el derecho a subsistir.
El valor del trabajo humano no se mide por el tipo de actividad de cada u (carpintero, profesional, campesino...), sino por el hecho de ser persona quien ejecuta. Entre todas las criaturas, sólo el hombre es capaz de trabajar de man "programada y racional", en forma "consciente y libre". Con su trab humaniza y ennoblece a la naturaleza, modelándola de acuerdo a sus intere primordiales, en directa relación con su desarrollo y autopromoción integ (humanización = huella humana).
El trabajo no sólo posibilita el desarrollo individual del hombre y su crecimie en humanidad. Ocupa el centro mismo de la cuestión social, porque e encaminado a "hacer la vida humana más humana".
El trabajo es el fundamento para construir y satisfacer todas las exigencias de vida familiar. Incrementa el bien común de la nación y multiplica el patrimo de toda la familia humana. El hombre que trabaja asegura el futuro de aquel que vendrán después. Toda la inmensidad de recursos puestos a disposición hombre, de nada serviría si éste no los explotara y multiplicara mediante trabajo.
Por otra parte, la falta de trabajo o desempleo es el origen del descontento, de frustración personal y de la inestabilidad social, donde germinan y bro innumerables conflictos.
El hombre que trabaja no sólo desea la debida y justa remuneración, s también que se le respete y sea tomado en cuenta en el proceso de producci No desea sentirse "cosa" o simple instrumento, sino una verdadera pers dotada de iniciativa y creatividad. El trabajo no mira sólo el provec económico, sino, sobre todo, a los valores personales y sociales.
Para encontrar y sostener un puesto notable y distinguido en la vida, no es necesario haber nacido en una cuna de oro o rodeada de prestigio. Los grandes hombres de la historia, han sido sencillos y humildes, puesto que dicha posición más que desventaja, se constituye en motivo de lucha con mayor empeño y firmeza.
El mañana dependerá de lo que resuelvas hoy y tenemos que aprender a vivir de acuerdo a nuestras convicciones: la madurez y la capacidad no siempre dependen de la edad. Muchas veces las cargas de trabajo y las circunstancias en que nos movemos, el estrés, se nos hacen pesadas, incapaces de sobrellevar, hasta el grado de deprimirnos temporalmente. En ese momento es importante analizar nuestra vida, revisando todas las circunstancias en medio de las cuales nos desenvolvemos, la naturaleza del trabajo que estamos desempeñando, para descubrir el factor de tensión.
En el marco del trabajo surgen muchos conflictos. Muchas veces, nos hemos responsabilizado para ejecutar una labor en la cual no estamos plenamente capacitados por la experiencia y la práctica, y mucho menos en términos académicos. Otras veces, nos entregamos a la rutina absorbente, y dejamos que nuestros compañeros, se nos adelanten. El éxito, es importante recordar, que como constructores de nuestro destino, merecemos lo que obtenemos.
Algunos autores coinciden que los aspectos exigibles a un buen trabajador
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