ENSAYO DE PROBLEMA SOCIAL
Enviado por DANNERY • 19 de Octubre de 2013 • 1.790 Palabras (8 Páginas) • 615 Visitas
REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“SIMÓN RODRIGUEZ”
SAN CARLOS ESTADO COJEDES.
AUTORA:
Lcda. ABREU MILAGRO C.I. 13.734.998
DIPLOMADO EN
GERENCIA ADMINISTRATIVA DE RECURSOS HUMANOS.
PROFESOR:
Econ. ARMANDO CAMEJO
SAN CARLOS; DICIEMBRE DEL 2009.
PROBLEMA DE SEGURIDAD
SOCIAL EN VENEZUELA.
PRECARIZACIÓN LABORAL
La desregulación laboral constituye una política que tiene por objetivo fundamental el desequilibro del mercado de trabajo, esto es, la reducción o eventual eliminación de aquellas instituciones o regulaciones que en su momento fueron creadas con el propósito de garantizar a los trabajadores mejores condiciones de vida. Más específicamente, la flexibilización laboral ha consistido en un conjunto de acciones de política dirigidas a reducir la participación tanto del Estado como de los sindicatos en el mercado de trabajo, bajo el presupuesto de que tales intervenciones constituyen “rigideces de los salarios” que favorecen el desempleo. Ello, en la medida en que entorpecen el proceso de negociación que se lleva a cabo entre empleados y empleadores, impidiendo, en consecuencia, el adecuado funcionamiento de los mecanismos de oferta y demanda al interior de este mercado.
Sin embargo, paralelamente a esta flexibilización centrada fundamentalmente en la desregulación de la legislación laboral, ha existido también una flexibilización de hecho que ha estado asociada al incumplimiento de las legislaciones laborales vigentes; no obstante, tanto en uno como en otro caso, la flexibilización laboral parece haber conducido a un debilitamiento del poder de negociación de los trabajadores.
Resulta importante señalar, sin embargo, que existe una segunda acepción del término “flexibilización laboral” que hace énfasis ya no en la desregulación, sino en las transformaciones en la organización misma del trabajo que habrían empezado a producirse a consecuencia de la introducción de nuevas tecnologías (tales como la microelectrónica y las tecnologías de la Información) en el proceso productivo, las cuales parecieran abrir la posibilidad de superar definitivamente la organización taylorista del trabajo, que consistió; en un sistema de organización racional de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, caracterizada por la subordinación sistemática de los trabajadores a las necesidades del sistema coordinado de máquinas.
En este sentido, el mundo del trabajo que pareciera estar emergiendo a partir de esta “flexibilización tecnológica” o “flexibilización interna” se caracterizaría por la delegación de mayores responsabilidades a los trabajadores de bajas jerarquías, el aplanamiento de la estructura organizacional, la extensión del trabajo en equipo, y el diseño de puestos de trabajo pensados ya no para la ejecución de tareas muy específicas, sino para la realización de una multiplicidad de funciones.
La importancia de tomar en cuenta ambas formas de flexibilización responde a la necesidad de entender el origen y la magnitud de las transformaciones que se han venido produciendo en el mundo laboral, a fin de que las soluciones que se propongan para revertir el proceso de precarización de las condiciones laborales no se limiten a reinstaurar instituciones y formas de regulación que probablemente no se corresponden ya con las nuevas realidades.
En este sentido, es necesario tener presente que la emergencia de nuevas prácticas trae consigo no sólo el surgimiento de nuevas instituciones, sino también la transformación de las luchas reivindicativas.
Entre las perspectivas de análisis del problema la desregulación laboral se fundamenta en la concepción neoclásica del funcionamiento del mercado de trabajo, según la cual, en ausencia de rigideces (entendidas éstas como intervenciones exógenas al mecanismo de precios, representadas bien por la existencia de sindicatos o bien por diferentes formas de intervención del Estado en el mercado de trabajo), es siempre posible que exista una tasa de salario real, o precio de equilibrio, que logre igualar las cantidades de trabajo ofrecidas y demandadas por los trabajadores y empresarios, respectivamente. A la luz de esta explicación, la principal causa de las altas tasas de desempleo existentes tanto en los países desarrollados como en desarrollo, no es otra sino la existencia de rigideces, las cuales imposibilitan el óptimo funcionamiento del mecanismo de precios y, en consecuencia, no permiten que en el mercado de trabajo se igualen la oferta y la demanda, surgiendo, por lo tanto, el fenómeno del desempleo involuntario.
Ahora bien por tal sentido, dentro del marco argumentativo neoclásico, la política de desregulación del mercado de trabajo es conveniente, precisamente porque está dirigida a eliminar o a reducir en la mayor medida posible todas aquellas rigideces que conducen al aumento del desempleo, bien sea porque desincentivan la contratación de nuevos trabajadores, incentivan la permanencia en condiciones de desempleo o favorecen a los trabajadores que se encuentran empleados frente a los que se encuentran sin empleo, entre otras causas. Dentro de esta línea argumentativa, la persistencia de altas tasas de desempleo en aquellos países donde se han implementado medidas flexibilizadoras del mercado de trabajo responde fundamentalmente al carácter insuficiente de las mismas, por lo que la recomendación de política no puede ser otra que la profundización de las reformas.
Dentro de este orden de ideas, una visión crítica de lo que ha representado la implementación de las
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