El delito como política de estado
Enviado por oscarlopezuptc • 2 de Julio de 2019 • Ensayo • 903 Palabras (4 Páginas) • 165 Visitas
Nombre | LOPEZ PEDROZA OSCAR JULIAN |
Código | 201511683 |
Área | Socio humanística II |
Facultad y escuela | Facultad de ingeniería, Escuela de Ingeniería Civil |
Normatividad | NORMAS APA |
El delito como política de estado
Al referirnos a la palabra campo, haciendo alusión a los campos de concentración pueden surgir distintas denominaciones que formales o no, discretas o indiscretas, permiten realizar un profundo y acertado análisis del prototipo de organización político-social que a diario se acomoda de todas las maneras a nuestra cotidianidad. Una de estas definiciones puede ser la que escribiera Giogio Agambem (1998), “el campo es el lugar en el cual se hizo realidad la más absoluta condición inhumana que jamás se haya dado sobre la tierra (…) el campo que ahora ha sido instalado en su interior es el nuevo nomos biopolitico de la tierra” (p.52).[1].
Así que, esto es una introducción para plantear la hipótesis de este escrito: El campo no es una deficiencia, un error de fábrica de un sistema que funciona, y desafortunadamente, tampoco una figura que solo puede encontrarse en libros de historia. Es por el contrario, el reflejo de todo un sistema que acoge al delito como política de estado, que alucina sobre lo que está bien para una sociedad, y que sin duda alguna, tiene al estado de excepción, es decir a la esclavización excusada y refinada, como el único medio capaz de conseguir fines que por otros medios no conseguiría.
Pero yendo un poco más allá, es curioso encontrarse con el hecho de que pareciera que hace algunos siglos se hubiera puesto de moda un estado de “excepción” donde los esclavos adoran a ese estado por el cual están encarcelados. Y es que no hay que olvidar que esta “nueva” onda es más común de lo que parece, y que los campos no siempre suelen ser tan evidentes ni tan directamente victimarios como los hemos acostumbrado a conocer. Son como la peor de las pandemias, capaces de camuflarse como cualquier otro tipo de sistemas jurídico-social.
Es por esto que es posible realizar una comparación entre ese común denominador de los estados de excepción y los sistemas neoliberales insostenibles presentes en todo el mundo actualmente, porque como ya se ha venido explicando, existen muchas maneras de encarcelar y usar a una sociedad, y existe barreras más grandes que los alambres de púas y las barricadas para no permitirle a ese estado en “excepción” enterarse de lo que acontece afuera de ese mundo donde desde la definición más subjetiva de política, hasta la más general de todas, no existe ni dios ni ley. El crimen se comete a tales magnitudes que resulta difícil creer que puedan existir mentes tan desviadas como para hacer de este caos una ley, ponerla en una constitución, y tener el poder de llegar a debatir como un gran pensador, con sociedades que cada vez buscan menos lo que está bien y más lo que es legal.
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