El paradigma del siglo XXI, Arquitectura Sostenible

Entre el siglo XVIII y el siglo XX se presentaron grandes avances en todos los campos, el estallido técnico, tecnológico y globalizador daba grandes e importantes pasos que llevaron a las ciudades a tener auge económico, mayor demanda de vivienda e infraestructura por la creciente necesidad de mano de obra, expansión de los límites de las ciudades, mejores vías y medios para comunicarse con otros lugares, asi como otros logros de la era industrial, que si bien materializo innovaciones, también entro en conflicto con reconocer el sacrificio que se hacía al causar un impacto en el ecosistema.

Durante décadas se abusó del equilibrio natural, porque no se consideraba que con el consumo excesivo de recursos, eliminación desproporcionada de naturaleza y la desmesurada contaminación, el pequeño hombre pudiese causar un cambio en el gran planeta tierra, pero la historia y las evidencias demostraron que de hecho el cambio si se producía y de forma acelerada, a mayor abuso del planeta mayores consecuencias y se dio un círculo vicioso donde no se daban ideas y soluciones asertivas y coherentes sino que se exprimían los recursos para solventar las necesidades en un periodo de tiempo corto.

Ante la necesidad de ser consientes con el impacto causado y la búsqueda de medidas para encontrar el equilibrio hombre – naturaleza, surgió todo un movimiento “Verde” que movió para muchos los paradigmas establecidos en todos los campos. Uno de los más importantes fue la Arquitectura, ¿cómo lograr que un edificio que esta solo al servicio del hombre sea amigable con el planeta?, sin darse cuenta que ya existían ejemplos que funcionaban de forma eficiente sin causar mayor impacto en su entorno, como las casas de amplios corredores, patios internos y techos altos que mantenían la frescura del hogar y buena iluminación sin la necesidad de excesos tecnológicos entendiendo, aprovechando y adaptándose a las condiciones físico-ambientales del lugar. Es así como del estudio y análisis de estos ejemplos y del uso correcto de innovaciones tecnológicas nació el concepto de Arquitectura sostenible, que no es más que el equilibrio consiente entre el objeto construido y el medio ambiente.

La Arquitectura sostenible tiene como objetivo claro reducir el consumo de energía que demanda una edificación o una ciudad, donde es la figura del Arquitecto quien tiene el don y la responsabilidad de establecer criterios e implementarlos en el proceso de diseño logrando esto con elementos arquitectónicos dentro de la volumetría y la composición formal que den como resultado una huella de carbono reducida sin tener que sacrificar la estética, al contrario, contribuyendo con criterios sostenibles desde el inicio del proceso diseño del proyecto. Es ir mas allá de simplemente hacer agregados de último momento o intervenciones carentes de sentido y funcionalidad, es entender y dialogar con el entorno, aprovechar las condiciones del sitio, clima, corrientes de viento, luz solar, topografía y vegetación, las bondades que el lugar ofrece y no solo ignorarlo imponiendo un cajón porque se trata del estilo globalizado.

El Arquitecto no solo está en la capacidad de diseñar un edificio que funcione de acuerdo al lugar donde se implanta, también tiene la posibilidad o responsabilidad de ser participe en su construcción para que esta también maneje criterios sostenibles, entendiendo esto como el manejo y búsqueda de materiales locales, que sean renovables, disposición de elementos de forma eficiente, tener conocimiento de las bondades y contradicciones de ciertos materiales y su uso en los espacios, y que el proceso de producción de estos no produzcan grandes daños en el ambiente, considerar energías alternativas, simplificación del proceso de construcción, entre otros.

Al pasar de los años tener en cuenta estos criterios de sostenibilidad han dado frutos excelentes en ciudades por todo el mundo, aunque muchos países aún no se convencen del impacto que genera el hombre en la tierra, la arquitectura y movimiento sostenible ha logrado ganar muchos espacios. En Venezuela, por ejemplo, siendo un país del trópico tiene condiciones climáticas que difieren de otras latitudes, y esto es importante porque demuestra que el pensamiento analítico-creativo del Arquitecto debe adaptarse a cualquier clima. Aquí se pueden encontrar muy buenos ejemplos de edificaciones que se amoldan y trabajan en equilibrio con su entorno, uno de ellos es la Ciudad Universitaria del maestro Arq. Carlos Raúl Villanueva quien habiendo estudiado en el exterior con otras condiciones climáticas, logro una composición armoniosa en su obra entre, función, belleza, firmeza y entorno, teniendo como resultado una de las mejores obras con criterios bioclimáticos y eficientes de Latinoamérica y el mundo.

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