Eutanasia
Enviado por fercho2112 • 19 de Mayo de 2014 • 856 Palabras (4 Páginas) • 214 Visitas
En la actualidad, existe un debate considerable que versa sobre la eticidad de permitir la eutanasia activa voluntaria.
La tendencia general en la literatura científica es a favor de aceptar la moralidad de la eutanasia, en tanto que la generalidad de la opinión religiosa se promueve en contra de dicha práctica.
Cabe destacar que existe una confusión muy común en la opinión pública sobre lo que la eutanasia significa, en este marco, la eutanasia activa significa que el médico administra personalmente una droga letal, a diferencia del suicidio asistido, que significa que el médico provee los medios necesarios para que el paciente finalice su vida. Estos procedimientos son empleados para finalizar una vida que se considera intolerable a causa de padecimientos médicos terminales o porque la calidad de vida, en un aspecto fisiológico, es deplorable.
El principal argumento que defiende la eutanasia es que en algunas circunstancias vivir es peor que morir, ya que el dolor y el sufrimiento causado por una enfermedad terminal pueden hacer la vida tan agonizante y difícil de llevar que se considera racional que el médico ayude al suicidio como una forma de morir con dignidad. En el caso de los enfermos, algunos padecimientos pueden contribuir aún más que la conciencia del dolor y sufrimiento propio, como pueden ser la progresiva pérdida de movimiento y actividad, la pérdida de libertad asociada con la dependencia de otros, molestias físicas como náuseas, vómitos o disnea, la incapacidad de tragar o de hablar, el miedo a morir, la incontinencia, la debilidad, la pérdida de la dignidad personal, la demencia.
Es necesario considerar que el respeto por la autonomía de las personas requiere el reconocer su derecho a decidir cómo vivir sus vidas. Esto incluye el proceso de la muerte y la habilidad de elegir el destino propio. De tal forma que se propone el derecho de evitar el sufrimiento intolerable ejerciendo un control sobre la forma de morir. Lo que está en juego es ser libre para tomar responsabilidades sobre la propia vida, parte de la cual la constituye la muerte. Cada persona tiene un nivel de tolerancia para el sufrimiento y por tanto no existe una respuesta objetiva que se pueda aplicar a todos acerca de cuándo la vida se hace insoportable. Por ello es necesario que el paciente se manifieste ejerciendo su autonomía.
Ahora bien, también es de tomarse en cuenta que el enfermo terminal se encuentra en una posición extremadamente vulnerable, de forma que su capacidad de autonomía puede hallarse comprometida, sufriendo de depresión, ansiedad, miedo, rechazo o culpabilidad. El pedir la muerte puede o no reflejar un deseo duradero, voluntario, pasado por la reflexión. Es verdad que en las condiciones en que se encuentra el enfermo terminal o casi terminal es muy difícil tener una conciencia clara para tomar decisiones, y la tendencia es a seguir casi ciegamente las indicaciones y sugerencias
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