Fresas y chocolate

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Tomadores

Nadie dice que permanecer en una fiesta sobrio sería fácil y quizás es eso lo que a las noches de la ciudad de Bogotá le suena emocionante.  Si a esta ecuación bohemia le sumas amigos, eventos o simplemente reuniones familiares el resultado promete estar lleno de risa, tentaciones y un inevitable encuentro con el “guayabo”

Para ninguna persona es un secreto que Bogotá es una ciudad dipsómana y según las últimas estadísticas   estamos consumiendo alrededor de trecientos millones de botellas de licor al año teniendo en cuenta  matemáticamente que somos una población de 7 862 277 millones de habitantes y realizando   un cálculo no correcto el 35% son menores de edad, podemos decir que el otro 65%  es el que se  consume los trecientos millones de licor, lo cual daría un promedio de 11 o 14 botellas por persona. Así que con esta estadística podemos decir que realmente Bogotá es una ciudad de dipsómanos.

Un dato curioso es que gran parte del alquiler de apartamentos o la misma salud provienen del capital del licor y es muy importante saber que las estadísticas dicen que más de dos mil accidentes automovilísticos se producen anualmente por conductores alicorados y el promedio de victimas llega a un nivel de 500 por año y gracias a  este tipo de estadísticas se convierte en la segunda causa de muerte del país y de la ciudad.

La investigación que se realizó tenía como objetivo mirar los diferentes puntos del licor y el consumo de alcohol de los bogotanos, cachacos o como nos llaman muchos los rolos. El primero es la famosa “borrachera”, la melopea, resaca  o como lo dicen coloquialmente la llorona. Y el segundo el malestar “Post-consumo más conocido como el guayabo.

La borrachera, embriaguez o melopea es un estado transitorio de desintoxicación con el cuerpo, se reconoce y caracteriza por una falta de coordinación motora y un borrón de conciencia. Jorge Martínez Ing. Civil para la empresa Ecopetrol dice que cuando esta en este estado se cree el alma de la fiesta el eje central, sensacional, divertido, ocurrente y seductor mejor dicho el rey de la noche aunque sus amigos piensen todo lo contrario.

Jorge nos afirma que es otro en un mundo totalmente diferente a este y que la resaca prefiere pasarla en su casa solo,  con un limón y una Bretaña. La resaca o guayabo  no es más que un círculo de malestar general que padece al despertar después de haber bebido en exceso. El estado del guayabo se reconoce por el color rojo en los ojos, el vómito, posibles flatulencias, sed intensa, dolor de cabeza y abdominal, diarrea y más.

El medico Juan Carlos Galarza dice que el efecto del trago es transitorio, como el universo se nivela solo; cuando quiere te pone en la cresta de la ola, o si no de repente te vota al suelo sin compasión alguna la primera fase del  alcohol es de netamente alegría y relajación el cuerpo empieza a perder motricidad la visión se empieza a poner borrosa y los problemas de coordinación son bastante obvios.

Luego alrededor de 40 a 60 minutos el cuerpo empieza a tener una disminución de azucares en la circulación sanguínea lo que provoca en el cuerpo de Jorge el ingeniero o Carolina una estudiante de artes visuales una debilidad en su cuerpo y agotamiento físico esto es  debido a que el alcohol acelera la transformación de glucógeno la sustancia que se encarga de guardar el azúcar en el hígado en glucosa y ésta sale forma eficaz y directa.

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