HABILIDADES PARA LA COMUNICACIÓN DE LAS IDEAS

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE GUERRERO.

UNIDAD ACADEMICA DE CIENCIAS DE LA TIERRA.

LICENCIATURA EN GEOLOGIA.

UNIDAD DE APRENDIZAJE: HABILIDADES PARA LA COMUNICACIÓN DE LAS IDEAS.

EL MIEDO IMAGINARIO.

ALUMNO: ENRIQUE ALEJANDRO ORTEGA CASTILLO

GRADO: 1er SEMESTRE

GRUPO: 101

COORDINADOR DEL CURSO: JESUS PIÑA PEREZ.

04 DE DICIEMBRE DEL 2015.

El miedo imaginario.

Empecemos con la etimología:

El nombre castellano “miedo”, existe desde los orígenes del idioma. Esta palabra heredera del metus-us “miedo “es exclusiva del castellano y del dominio gallego-portugués (medo). Las demás lenguas romances para expresar esta noción de miedo recurren a la voz latina “pavor”. La etimología del latín metus es oscura y no tiene ningún parentesco conocido con otras lenguas  indoeuropeas. (Barcena, 2016).[pic 1]

“El miedo es una respuesta natural ante el peligro; una sensación desagradable que atraviesa el cuerpo, la mente y el alma.” (Huerta, 2015). Es una emoción dolorosa, provocada por algún peligro real o imaginario y que está acompañada por el deseo de escapar y evitar esa amenaza. Se puede deber a algo que paso, que está pasando o que podría pasar.[pic 2]

El miedo es un sentimiento innato del que nadie está completamente libre, pertenece a una de las características principales de supervivencia del ser humano, fue aprendido por los primeros habitantes de la Tierra y forma parte del esquema adaptativo del hombre. Limitador y beneficioso por igual, el miedo ha sido el culpable de conflictos, guerras e incultura, pero también inspirador del arte e impulsor del desarrollo de la tecnología.

Lo curioso es que no siempre se tiene miedo a algo real. Muchas veces se teme a algo que no existe, a un producto de la imaginación, como los monstruos.

El miedo lo podemos separar en dos partes:

• La primera parte corresponde al “miedo normal” el que todos sentimos alguna vez hacia un objeto, animal o cosa.
• La otra parte corresponde a lo que es llamado terror.

Hay cosas que absolutamente a todo ser humano en el mundo nos da miedo, un ejemplo muy común que pudimos haber sentido cuando éramos niños, es el miedo a esos monstruos imaginarios. Miedo era el saber que estábamos solos en nuestra habitación mientras nuestros padres dormían en la de al lado, pero aun así nos sentíamos indefensos ante cualquier cosa extraña que pudiera surgir desde el ropero o debajo de la cama, terror era cuando en medio de todas estas fantasías que se creaban en nuestra mente y casi siempre con el peor de los desenlaces, escuchábamos un extraño ruido proveniente de alguna parte de la habitación, ese ruido por muy pequeño que fuera hacía que nuestras sabanas se convirtieran en una fortaleza impenetrable de monstruos, siempre y cuando no tuviéramos ni un pie descubierto, o incluso en casos extremos ese pequeño ruido nos hacía correr hasta el cuarto de nuestros papás, aunque afuera de nuestro cuarto estuviera aun más oscuro. Ese era el precio que teníamos que pagar por salvar nuestras vidas de la horrible criatura de nuestra habitación. La recompensa era una linda noche a salvo y con la protección de nuestros padres.

Lo bueno de que todos los humanos seamos diferentes en algún sentido es que, a pesar de que la gran mayoría de nosotros alguna vez sentimos miedo por casos como el ejemplo anterior, todos tenemos miedos a algo distinto, nuestros cerebros están programados para sentir miedo de cosas que nos pudieron haber traumatizado en algún momento de nuestro pasado y que de alguna forma se pueden repetir en nuestro presente o futuro. Además de algunos miedos que presentamos en forma colectiva con la sociedad como el miedo a la soledad, el miedo al rechazo, el miedo a la muerte, etc.

Otro tipo de miedos son las denominadas fobias. Las podemos definir como

[…] puede suceder que la persona no reaccione del modo esperado ante la alarma del miedo, y es entonces cuando debemos hablar de las fobias. Una fobia es una desviación de la respuesta normal ante el peligro. En este caso, el miedo está dirigido hacia un objeto o situación que no representa un peligro real. A pesar de que quien padece la fobia reconoce que su miedo es irracional, no puede controlar su reacción. (Miralles, 2016)

...