Inclusión Y Exclusión En La Escuela Moderna Argentina
Enviado por Melaniesol • 30 de Octubre de 2014 • 10.710 Palabras (43 Páginas) • 387 Visitas
RESUMEN
Este artículo se propone revisar la historia de la escuela moderna en América Latina, utilizando conceptos de las teorías postestructuralistas sobre la identidad y su constitución paradójica. Poniendo en cuestión la hipótesis de que la expansión de la escuela fue un movimiento ascendente y progresivo, analiza cómo se construyó la equivalencia discursiva entre igualdad y homogeneización en el espacio educativo latinoamericano, y cómo esta equivalencia congeló a las diferencias como amenaza o deficiencia. A partir de dos ejemplos (las pedagogías normalizadoras y el uso de delantales en las escuelas argentinas), discute los efectos de la producción de estas identidades, y plantea desafíos para una rearticulación más democrática de la propuesta escolar.
POSMODERNO — IDENTIDAD — DEMOCRATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN — ARGENTINA
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En los últimos años ha habido un creciente interés en la escuela. Reformas gubernamentales de amplio alcance, informes de organismos privados, trabajos académicos e iniciativas docentes concuerdan en que la escuela está en el centro de la solución a problemas sociales tales como la exclusión, el desempleo, la violencia y la discriminación (Tyack, Cuban, 1995). Se nos dice que la educación va a conducir al desarrollo individual y al mejoramiento social una vez que los políticos y administradores de la educación consigan implementar y extender los principios fundacionales de la educación moderna: igualdad, ilustración, libertad (Hunter, 1998). El desafío actual sería encontrar el método y la organización adecuadas para llevar a cabo estos principios.
Aunque este optimismo sobre los efectos de la educación es bastante viejo — de hecho, es hijo directo y dilecto de las reformas escolares de los siglos XIX y XX (Kliebard, 1986; Santoni Rugiu, 1980) — , puede decirse que goza de buena salud. Sin embargo, cada vez hay más señalamientos sobre la necesidad de cuestionar estos principios y modos de razonamiento de la escuela moderna, ya que ellos serían parte del problema antes que su solución (Donald, 1992; Hunter, 1998; Popkewitz, 1991, 1998). Estos trabajos críticos nos han enseñado que la escolaridad debe ser entendida como una práctica histórica que ha cristalizado en un marco institucional particular, contingente y arbitrario, y que ha servido múltiples propósitos, que no son necesariamente los mismos proclamados por la escuela de masas. Más aún, ellos argumentan que las nociones de "libertad" e "igualdad" fueron definidas de tal forma que han llevado a la obediencia y la exclusión sociales. Por ello, si deseamos pensar y cuestionar las causas de una persistente y extendida injusticia social y educativa, probablemente debamos comenzar por interrogar este "relato sobre la inclusión", es decir, la narrativa que sostiene que la expansión del sistema escolar moderno es la única manera, y la mejor, de ilustrar al pueblo y democratizar las sociedades.
Tal como lo señala Popkewitz (1991, p.4), la cuestión de la inclusión es un proyecto político fundamental en sociedades que han excluído sistemática y categóricamente a grupos sociales. No quiero en esta ponencia menospreciar ni deslegitimar estas luchas. Sin embargo, tal como lo dice este autor, la manera en que hemos concebido la inclusión quizás sea el "crimen" que debemos investigar, y no sólo la falta de "acceso" de algunas poblaciones a la institución escolar. Así, considero que las preguntas que deberían guiar nuestra reflexion sobre la exclusión educativa en nuestras sociedades son las siguientes: ¿en qué sistema escolar queremos incluir a todos? ¿No es acaso la organización actual de la escuela la que ha producido buena parte de las exclusiones? ¿Cómo puede re-examinarse esta institución, conservando el sueño de educar a todos pero evitando reproducir las mismas injusticias?
Para articular estas preguntas y sugerir algunas respuestas, propongo en este artículo una problematización de las nociones de inclusión y exclusión a través de un recorrido por la historia de la escuela moderna en América Latina y particularmente en la Argentina. Creo que los dilemas de la escuela y sus modos de accionar en esta región tienen mucho que aportar al debate español contemporáneo, también signado por pesadas herencias y con iguales esperanzas de construir un futuro mejor.
INCLUSIÓN/EXCLUSIÓN Y LA CONSTITUCIÓN PARADÓJICA DE LA IDENTIDAD
La noción de inclusión, como ya se ha dicho, es uno de los principios fundantes de la escuela moderna. La emergencia de la institución escolar tuvo mucho que ver con la búsqueda de encontrar un método que asegurara la replicación y la uniformidad de una cierta experiencia educativa para un conjunto más grande de la población. David Hamilton (1989), por ejemplo, ha identificado el origen del término "curriculum" en la acción de algunos educadores empeñados en sistematizar el curso de estudios y convertirlo en una trayectoria más racional y ordenada para más sujetos. La idea moderna de "escuela", por otra parte, aparece en la modernidad temprana en contraposición a la educación del príncipe, guiada por un instructor y realizada en un marco principalmente doméstico y de la corte; en forma opuesta, la escuela elemental se dirige al pueblo, implica un conjunto heterogéneo de sujetos, y aunque inicialmente puede tener lugar en una iglesia o establo, conocerá una especialización creciente, tanto de sus agentes como de sus locales.
La historia de la educación tradicional, y aún la revisionista, han presentado a la escuela como la culminación de una evolución en favor de la libertad y de la ilustración colectivas. Se ha dicho, no sin algo de razón, que los pedagogos y políticos educativos, desde Comenio y su ideal pansófico hasta los planes educativos de la Revolución Francesa, han proclamado la necesidad y la importancia de garantizar el acceso de todos los individuos a la educación, enfrentándose a los sectores de privilegio que pugnaban por no extender sus beneficios.
Hay un punto, sin embargo, que debe revisarse en torno a este relato sobre la inclusión educativa. Véase por ejemplo el plan educativo de Michel de Lepelletier (apud Chevallier, Gosperrin, 1971), uno de los más radicalizados de la Revolución Francesa: en él, se propone que todos los niños de 5 a 11 ó 12 años (según fueran niñas o varones) sin distinciones o excepciones sean educados a expensas de la República, y "que todos, bajo la santa ley de la equidad, reciban el mismo vestuario, la misma alimentación, la misma instrucción, el mismo cuidado". Los niños, educados en las "casas de la igualdad" — como se llamaría a estas instituciones
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