Intervencion Infantil

Introducción

El presente documento recoge los hallazgos preliminares del proceso de sistematización de la modalidad además de Jornadas de intercambio técnico que se han sostenido desde el Servicio con los proyectos de esta modalidad y otras relacionadas.

1. Definición del problema a abordar

La resignificación y reparación del daño asociado al maltrato físico y/o psicológico constitutivo de delito, en contra de niños, niñas o adolescentes.

2. Sujeto de Atención

Niños, niñas y adolescentes menores de 18 años que han sufrido maltrato físico y/o psicológico grave y/o abuso sexual.

3. Objetivos

3.1. Objetivo General

Contribuir al proceso reparatorio del niño, niña o adolescente que ha sufrido maltrato físico o psicológico grave, constitutivo de delito, y/o agresión sexual infantil y adolescente.

3.2. Objetivos Específicos

• Interrumpir la situación de maltrato y/o abuso, constitutivo de delito, mediante la activación de mecanismos judiciales requeridos para resolver la situación legal de niño/a y facilitar el acceso a la red de justicia.

• Favorecer el proceso de resignificación de la experiencia de maltrato o abuso en el niño, niña o adolescente y el adulto responsable.

• Fortalecer los recursos familiares y sociales para el bienestar psicológico y social del niño, niña o adolescente, víctima de maltrato y abusos.

3.3. Resultados Esperados

Los resultados mínimos esperados para cada sujeto de intervención.

• Lograr la profundización de la evaluación de la situación de maltrato vivida en el 100% de las niñas, niños y adolescentes ingresados al proyecto.

• Lograr la interrupción de maltrato en el 100% de los casos que ingresan al centro.

• Lograr la resignificación de la experiencia abusiva en un 70% de los casos.

• Lograr el egreso exitoso del proyecto en un 70% de los casos.

• Lograr que el 70% de los adultos responsables desarrollen y fortalezcan pautas relacionales protectoras.

4. Consideraciones Metodológicas Específicas

Desde el Servicio Nacional de Menores, la modalidad de Programa de Protección Especializada en Maltrato y Abuso Sexual Infantil tiene una trayectoria de 13 años de funcionamiento en la atención de niños, niñas y adolescentes víctimas de vulneraciones graves de derecho, constitutivas de delito. Lo anterior implica que las definiciones en términos de sujetos de atención, estrategias metodológicas y equipos de trabajo están relativamente claras y que en general los resultados de las intervenciones tienen impactos positivos en las trayectorias vitales de los niños, niñas y adolescentes y sus familias, que son sujetos de atención de estos proyectos.

Por esto, las precisiones metodológicas que se exponen a continuación tienen el propósito de introducir elementos que han ido surgiendo en los diversos espacios de intercambio que se han generado desde el Departamento de Protección de Derechos con los Programas, y de los avances que Chile va teniendo en materias de políticas y programas sociales.

4.1 Apoyo emocional e información

La consideración del interés superior del niño o la niña en su proceso reparatorio, debe contemplar el trabajo de todo el equipo del proyecto -administrativos, profesionales, de apoyo logístico, etc- en brindar un espacio de contención emocional y en proveer de información tanto al niño/a o adolescente como a la familia (o adulto/a responsable a cargo) respecto de las distintas etapas del proceso reparatorio, y del proceso penal, si lo hubiere.

Diversas fuentes de información han mostrado que parte importante de la resignificación de las experiencias de daño en los niños, niñas y adolescentes proviene de la reparación que puedan brindar espacios o personas que se ubican fuera setting terapéutico.

Es así que la acogida de niños, niñas o adolescentes en el proyecto es fundamental para su proceso reparatorio. Asimismo, desde el Servicio Nacional de Menores queremos relevar la importancia de mantener informados a niños, niñas y adolescentes, así como a sus familias, respecto de las etapas del proceso terapéutico, sus características, sus dificultades o facilitadores; de las intervenciones sociales que se llevarán a cabo; de las características del proceso penal. Todo lo anterior tiene el propósito de adecuar las expectativas y disminuir la ansiedad que rodea a la experiencia de reparación de una situación de grave vulneración de derechos.

4.2 Estrategias de intervención familiar

Resulta importante destacar que, aún siendo el sujeto de atención aquellos niños, niñas y/o adolescentes que han sido víctimas de maltrato constitutivo de delito y/o agresión sexual, esto no implica que las intervenciones deban ser realizadas completa y exclusivamente con los niños/as. Puede ocurrir que sean aquellos adultos significativos o pares (por ejemplo, padre, madre o hermanos) sobre quienes deba focalizarse la intervención en su labor de protección, siempre en la perspectiva de la reparación del daño en el niño/a, o de la activación de recursos de protección en la familia o la comunidad.

Por tanto, los proyectos deberán considerar fortalecer la formación en intervención con familias de sus equipos profesionales, particularmente de la dupla psicosocial. La formación de los equipos debe contemplar adquirir las competencias necesarias para fortalecer en las familias o adultos responsables las capacidades de apego y empatía, así como las habilidades de protección y de la satisfacción de las necesidades de los niños/as y adolescentes.

4.3 Proceso penal como parte del proceso reparatorio

Resulta relevante las coordinaciones que se establezcan con el Ministerio Público: Fiscalía, URAVIT las que posibilitarán acompañar de manera adecuada el proceso judicial, tanto en las declaraciones, como en el juicio oral. Para lo anterior, es importante generar mecanismos acordados de intervención con este sector en las distintas etapas del proceso: declaraciones, peritajes posteriores al inicio de la terapia, declaraciones de testigo experto, preparación al juicio oral, intervención en crisis con la víctima y su familia durante el juicio.

Se espera que el proyecto considere el acompañamiento del niño/a o adolescente durante el proceso penal contra el/la agresor/a, incorporándolo como parte del proceso de intervención terapéutico, evitando por todos los medios la victimización secundaria de los niños, niñas y adolescentes.

Por

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