Izquierda Mexicana

Tras las elecciones del 2 de julio de 2006, “la izquierda mexicana enfrentó una paradoja histórica. Nunca antes había obtenido un apoyo tan grande para la Cámara de Diputados y de Senadores, y nunca antes había estado tan cerca de alcanzar la Presidencia (Krauze 2006).” Sin embargo, mientras que en 1988 la izquierda mexicana decidió utilizar los caminos institucionales disponibles y luchar así por la transición democrática, ésta vez decidió tomar la vía del levantamiento popular, lo que, en palabras de Roger Bartra (2006), llenó de fango a la democracia mexicana. Así, frente “a un alud de lodo basado en la mala fe, la magnificación de errores nimios, la burda mentira y la manipulación, se ha puesto al borde del abismo la legitimidad, que no la legalidad, de nuestro sistema democrático (Krauze 2006).” Para entender cómo la izquierda en México cubrió de fango la naciente democracia en México, estudiaremos lo sucedido alrededor de las elecciones presidenciales de 2006: en primer lugar, observaremos los efectos del secuestro de la izquierda en México por un populismo conservador en manos de un cacique urbano, Andrés Manuel López Obrador; en segundo lugar, realizaremos un paréntesis respecto a la desmodernización de la izquierda y el papel de los intelectuales; en tercer lugar, analizaremos porqué la izquierda perdió el rumbo hasta situarse en peligro de extinción y el efecto directo en la transición democrática; finalmente, como estudio de caso con la investigación de Alejandro Poiré y Luis Estrada, se analizará la actitud de protesta postelectoral para ver el golpe tangible del fango sobre la democracia mexicana.

Sin recelo, Christopher Domínguez Michael (2006) señaló que “pocas veces en nuestra historia tantos intelectuales, artistas y profesores se habían puesto, con semejante entusiasmo y tan resuelta sumisión, a las órdenes de un jefe político, como ocurrió, después del 2 de julio, con López Obrador. El espectáculo fue deplorable.” Ante tan férrea declaración surgen dos preguntas fundamentales ¿qué fue lo que pasó con Andrés Manuel López Obrador, el PRD y la izquierda en México para generar un maniqueísmo de amor y oprobio? y ¿qué le sucedió a la izquierda para llegar a tal extremo? Roger Bartra responde que la izquierda en México fue retenida por una tendencia populista que venía arrastrando desde su origen, un populismo conservador que secuestró los ideales del partido a favor de un cacique urbano, el mismo López Obrador. Para entender dicho movimiento, es necesario remontarse al origen de la izquierda como partido en las elecciones de 1988.

Tras el fraude electoral y la “caída del sistema” en la contienda electoral de 1988, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue fiel a su nombre: aceptó el suceso escandaloso de la caída del sistema, asumió los caminos institucionales correspondientes y revolucionó la democracia mexicana desde dentro del sistema político. Krauze (2006) señala que de hecho, la izquierda dirigida por Cuauhtémoc Cárdenas logró dicha transformación democrática, “al garantizar la alternancia –prueba de fuego de toda democracia- en los tres niveles del poder ejecutivo: municipal, estatal y federal.” No obstante,

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