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Jm Esrudio


Enviado por   •  16 de Diciembre de 2013  •  994 Palabras (4 Páginas)  •  306 Visitas

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NACIMIENTO E INFANCIA DE JESÚS

Introducción

Históricamente las profecías relacionadas con el nacimiento del Salvador se remontan a muchos siglos antes de su cumplimiento en el Nuevo Testamento. El profeta Isaías uno de los instrumentos usados por Dios para tal efecto profetizó: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (Is. 9:6). Asimismo el profeta Miqueas (entre otros, Hech. 10:43) profetizó, incluso el lugar preciso donde habría de nacer el Señor: Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; ?y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad (Mi. 5:2). En el Nuevo Testamento "existen solo dos relatos del nacimiento de Jesús – uno de Mateo y el otro de Lucas. Lucas evidentemente obtuvo su información directamente de María. Él dice en Lucas 1:2 que él entrevistó a testigos oculares, y es evidente por 2:19 que María era uno de estos testigos oculares".[1]

Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo (Lc. 1:35). Según Mateo, "El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: desposada María con José, sin haber estado juntos, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo" (Mt. 1:18). Esta concepción del Espíritu Santo comenzó con la aparición del ángel Gabriel a María que le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Vas a tener un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado: Hijo de Dios (Lc. 1:26:35). María recibió la visita del ángel Gabriel que le anunció que tendría un hijo a quien pondría por nombre Jesús. Ella se extrañó porque aún no convivía con su prometido, José, y pregunta al ángel cómo se cumplirá su anuncio. Él le aclara que será obra del Espíritu Santo; por eso, el niño será santo y será llamado Hijo de Dios.[2]

Después de cumplirse el tiempo natural del embarazo (Lc. 2:6), en Belén la ciudad de David (Lc. 2:4), María dio a luz a su hijo primogénito. Le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre (Lc. 2:7). Lo adoró en silencio por ser el Hijo de Dios, que bajó al mundo para guiar y salvar a los hombres (Lc. 1:47, 2:19). En seguida, el relato sagrado, nos dice que un ángel del Señor, se apareció a unos pastores que estaban en la zona y les invitó a ver al niño "...¡No temáis!, Porque he aquí os doy buenas nuevas de gran gozo... Hoy ha nacido el Salvador, que es el Cristo el Señor" (Lc. 2:8-13). Los pastores fueron al lugar indicado, y en efecto, allí estaba el niño, al verlo alabaron y glorificaron a Dios (Lc. 2:15-20). Al cumplirse los ocho días de acuerdo con la ley de la circuncisión, el niño fue presentado en el Templo y llamaron su nombre Jesús tal como el ángel había dicho (Lc. 2:21).

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