Kubrick Y Freud

INTRODUCCIÓN

En este trabajo, explicaré las influencias de Stanley Kubrick y Sigmund Freud en el cine actual. Hace un año aproximadamente, descubrí una pasión que hasta entonces había desconocido, el cine. En el momento en el que me introduje en el extenso océano del séptimo arte, era prácticamente inevitable que en un momento u otro acabaría por descubrir la figura de Stanley Kubrick. Después de leer diversas cosas sobre él y la misteriosa aura que le rodeaba, me decidí por ver sus obras. Una tras otra, repitiendo aquellas que más me intrigaban, fui adentrándome lenta y cautelosamente en lo que me atrevería a definir como una de (sino la más) las mentes más complejas del siglo XXI. Al finalizar cada una de sus cintas, buscaba y rebuscaba los análisis más ocultos, y para mi sorpresa, la intriga y la admiración sentida por una determinada película se multiplicaba, ya que descubría la cantidad de teorías conspiratorias que envolvían cada una de sus creaciones y, a la vez, hallaba una trama extremadamente enrevesada fruto de compleja simbología escondida detrás de los más mínimos detalles que acababa por revelar un mensaje social, cultural, existencial e incluso político disimulado detrás de un realismo abrumador. Todo, desde la escasez de entrevistas concedidas hasta el vaso que reposa en la mesita de noche de Alex De Large, forma parte de un inalcanzable misterio eternamente incomprendido, Stanley Kubrick.

Mi interés por Freud surgió después de descubrir el movimiento artístico del Surrealismo, un movimiento que me siempre me he atraído mucho. No deseo restar importancia a alguien como Freud, pero mi atracción hacia él y sus teorías no es ni mucho menos igual que la que siento hacia Kubrick. Quiero creer que eso es debido a la carencia de profundización sobre la figura de Freud y que, algún día, disponga de el tiempo suficiente para leerme todas sus obras. Pese a eso, encuentro el estudio freudiano del ser humano y sus respectivas conclusiones precisas y más que destacables.

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