LA DIDACTICA
Enviado por 22022012 • 1 de Julio de 2013 • 1.662 Palabras (7 Páginas) • 279 Visitas
Extracto del documento “siteal2008.pdf” La escuela y los adolescentes. INFORME SOBRE TENDENCIAS SOCIALES Y EDUCATIVAS EN AMÉRICA LATINA 2008.
LAS DESIGUALDADES EN LAS TRAYECTORIAS EDUCATIVAS
Ante estos rasgos del panorama educativo de los adolescentes de la región, es importante no perder de vista las profundas desigualdades que coexisten en América Latina. Las brechas en el desarrollo social y económico entre países, entre las zonas rurales y urbanas, y entre sectores sociales son abrumadoras y persistentes. Estas desigualdades tienen su correlato en las trayectorias educativas de los adolescentes. En términos de acceso, los países del grupo 1, aquellos con un mayor nivel de desarrollo social, superan en un 10% a la media regional, en tanto en el grupo de países menos desarrollados solo siete de cada diez adolescentes están escolarizados. La tasa neta de escolarización secundaria en los países del Cono Sur prácticamente duplica a la de los cuatro países centroamericanos de menor desarrollo. Si bien en todos los grupos de países este valor aumenta en la medida en que se asciende en la estructura social, es importante destacar que la probabilidad de estar escolarizado en el nivel medio entre los adolescentes pobres del Cono Sur es alrededor de cuatro veces mayor que entre los adolescentes pobres de los países centroamericanos. Además, dicha probabilidad disminuye entre los varones y en las áreas rurales, brecha que se incrementa entre los países menos desarrollados.
Las desigualdades en relación con el retraso escolar son similares a las ya enunciadas. Con excepción de los países del Cono Sur, aumentan en las zonas rurales y en los grupos de países más pobres al punto tal que en los países del grupo 4 un tercio de los adolescentes están atrasados al menos dos años respecto al año correspondiente para su edad. A la vez, la probabilidad de encontrar un adolescente atrasado en el nivel medio es seis veces mayor entre los pobres que entre aquellos mejor posicionados en la estructura social . En todos los grupos de países, la asistencia a la escuela es mayor en las zonas urbanizadas. Esta brecha es mínima en los países del Cono Sur y se va ampliando al interior de cada grupo conforme el nivel de desarrollo de los países disminuye. La situación más alarmante se registra en los países centroamericanos, donde la posibilidad de encontrar un adolescente escolarizado en las zonas rurales es un 25% menor que en las zonas urbanas.
Un grupo especialmente vulnerable es el formado por adolescentes con ascendencia afroamericana o indígena. La información disponible para seis países latinoamericanos da indicios de que, efectivamente, los sistemas educativos muestran una gran dificultad para generar una oferta escolar que los integre y retenga en sus aulas. En Bolivia, Brasil, Ecuador y Uruguay la probabilidad de estos adolescentes de quedarse al margen de la escuela es considerablemente mayor que para el resto de los adolescentes, brecha que además se incrementa con la edad. Estas diferencias en el acceso se agudizan luego, entre quienes están escolarizados: el nivel de retraso escolar de los grupos étnicos es mucho mayor, al punto tal que roza, en algunos casos, una brecha de 25 puntos porcentuales. Estos grupos sociales representan sin duda una gran dificultad para los sistemas educativos. Por un lado, porque en general son grupos históricamente excluidos o relegados, por lo que sus condiciones de vida suelen ser sumamente precarias. Pero además, porque la brecha que existe entre estas culturas y la cultura escolar representa una gran dificultad a la hora de generar un diálogo que dé lugar a prácticas educativas efectivas. Un factor presente en la conformación de estas desigualdades de acceso al conocimiento es la exposición a situaciones de vulnerabilidad del grupo familiar al que pertenecen los adolescentes. Como ya se indicó, un aspecto sumamente relevante en la configuración de las condiciones sociales que hacen posible la escolarización de los niños y adolescentes es el nivel de bienestar de sus hogares. Este bienestar puede verse amenazado por situaciones propias de la dinámica de los hogares, como por ejemplo la pérdida de trabajo del principal proveedor de ingresos –o el paso a un trabajo menos estable–, la separación del núcleo conyugal o el nacimiento de un hermanito, que retira temporalmente a su madre del mundo laboral al mismo tiempo que se incrementan los gastos familiares. En estas circunstancias, en que se ven resentidas las bases de acceso al bienestar de cada hogar, no todos tienen la misma capacidad de reponerse sin que se vea afectada la situación de sus niños y adolescentes. Lo que muestra la información analizada es que la escolarización de los adolescentes más pobres es mucho menos resistente a los vaivenes ocupacionales del jefe y a la composición familiar que la escolarización de los adolescentes mejor posicionados en la estructura social. Esto es, en los hogares más pobres, la ausencia de la pareja en el hogar o la mala inserción ocupacional del jefe o jefa son factores que ciertamente ponen en riesgo la escolarización de los adolescentes, mientras que la incertidumbre social en los hogares más favorecidos se absorbe la mayoría de las
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