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LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR SOCIAL EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL


Enviado por   •  29 de Marzo de 2022  •  Ensayo  •  1.614 Palabras (7 Páginas)  •  108 Visitas

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PROVINCIA DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Y/O TÉCNICA N° 80

CARRERA: TECNICATURA SUPERIOR EN TRABAJO SOCIAL

ESPACIO CURRICULAR: SALUD MENTAL

CURSO: 4° AÑO

CICLO LECTIVO: 2020-2021

PROFESOR: CECILIA BONOME

ALUMNA: DE LA ROSA MARTÍNEZ MARÍA DE LOS ANGELES

“LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR SOCIAL EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL”

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LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR SOCIAL EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL

En el presente ensayo, se pretende hacer un breve análisis acerca de algunas líneas de intervención del profesional en el área de Salud Mental, así como hacer referencia en líneas generales, acerca de conocimientos sobre este campo de actuación.

Desde el comienzo de la humanidad, han existido los padecimientos mentales. En el pasado, a las personas que los tenían, se les denominaba de distintas maneras despectivas, incluso poseídos, ya que se creía que estas personas sufrían un castigo divino por pecados cometidos ya sea personales o familiares. Esta creencia los convirtió en seres marginados. Se les aislaba, encerrándolos en enormes centros, donde se les realizaban experimentos o bien para exorcizarles y, además, de este modo, la sociedad quedaba protegida de ellos, es decir se les excluía, pues se les consideraba seres peligrosos. Dichos centros, llamados en un primer momento manicomios y posteriormente hospitales psiquiátricos han sido instituciones que surgieron con el objetivo político de mantener el orden social de todo aquello que “de acuerdo con circunstancias socioculturales concretas a lo largo de la historia”[1] y enmarcadas en el modo de producción capitalista proponen como la “normalidad”, como aquellos que definen lo sano y lo enfermo.

Si bien, la salud mental ha transitado un largo proceso hasta lograr ser considerada como problema de Salud Pública, afortunadamente en la actualidad, esa perspectiva de “anormalidad”, de “locos”, de “aislamiento” de “exclusión” ha evolucionado, considerándola como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS): … "La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad". A partir de lo anteriormente expuesto y para complementar dicha acepción, se considera también la definición planteada en la Ley 26.657 (Ley Nacional de Salud Mental. República y Argentina, 2010), que refiere… “entendemos a la salud mental como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”. Y desde este posicionamiento, puede plantearse que la Salud Mental está dejando de ser un ámbito exclusivo de los médicos, proponiendo actualmente un abordaje interdisciplinario, intersectorial, interprofesional, e interinstitucional , como así, lo fundamenta dicha Ley,  la cual también en lo que respecta al Trabajo Social, respalda y abre muchas posibilidades de modalidades de abordaje de la profesión, las cuales refieren que:  debe promoverse que la atención en salud mental esté a cargo de un equipo interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados, entre ellos el Trabajador Social; el proceso de atención debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación hospitalario, es decir desde una “Perspectiva de Desinstitucionalización” y en el marco de un abordaje interdisciplinario e intersectorial, basado en los principios de la atención primaria de la salud. Se orientará a reforzar o promocionar los lazos sociales; se implementarán acciones de inclusión social, laboral y de atención en salud mental comunitaria; se debe promover el desarrollo de dispositivos tales como: consultas ambulatorias; servicios de inclusión social y laboral para personas después del alta institucional; atención domiciliaria supervisada y apoyo a las personas y grupos familiares y comunitarios; servicios para la promoción y prevención en salud mental, así como otras prestaciones tales como casas de convivencia, hospitales de día, cooperativas de trabajo, centros de capacitación socio-laboral, emprendimientos sociales, hogares y familias sustitutas[2].

Y desde esta Perspectiva de Desinstitucionalización o también referida como “Desmanicomialización”, para los profesionales en Trabajo Social, trabajar en la comunidad con los sujetos implica desde un comienzo pensar en estrategias de construcción de la red social donde va a insertarse para facilitar la relación e integración social, evaluándose cada caso de manera particular. Donde entran en juego la historia familiar, el contexto, los discursos, las representaciones, etc. Es decir, desde una perspectiva holística, atravesada por múltiples dimensiones complejas que se entrecruzan y le dan identidad al sujeto. Identidad cambiante y abierta, entendiendo a la realidad como dinámica, en movimiento y con posibilidades de transformación.

Estas estrategias tienen como objetivos mejorar la calidad de vida de las personas con padecimientos mentales, estimular la toma de responsabilidades, fomentar su acción como actor social, generar relaciones sociales con el entorno del barrio, los comercios, los vecinos, los espacios culturales, los talleres, su economía, etc., acompañamiento a las familias. Construir una trama social solidaria y contenida para recibir y aportar a la recuperación de la ciudadanía de las personas externadas; para ello debe ser preciso exigir pero más importante sería también, elaborar por parte del profesional,  políticas sociales y de salud que garanticen, a través del Estado, la cobertura de las necesidades de todo el proceso de desinstitucionalización y mantener lo específico de un acompañamiento en salud mental que asegure una recuperación en el grado de posibilidad que abre la externación y a fin de paliar el sufrimiento mental, tanto como impedir nuevas modalidades de internación.

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