LA TOLERANCIA COMO PILAR FUNDAMENTAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL DESARROLLO SOCIAL

       UNIVERSIDAD NORORIENTAL PRIVADA

"GRAN MARISCAL DE AYACUCHO"

FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA DE DERECHO

EL TIGRE - EDO. ANZOÁTEGUI.

LA TOLERANCIA COMO PILAR FUNDAMENTAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL DESARROLLO SOCIAL.

                                                                                  Alumna:

María José Hernández

     C.I.: 26.605.235.

2 Año Seccion 02

Facilitador: Abg. Luis Baena                                                                                 

           Marzo, 2017

LA TOLERANCIA COMO PILAR FUNDAMENTAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL DESAROLLO SOCIAL.

Cuando hablamos de derechos humanos nos referimos a las facultades que todos poseemos por el simple hecho de ser personas, que permiten nuestra realización y nos garantizan una vida digna, sin ningún tipo de distinción. Dichas facultades se basan en un principio de respeto y no violencia, tal principio es la tolerancia, la cual podemos definir como la condición de aceptar, sobrellevar o admitir hechos, situaciones, procedimientos o reglas; considerándose así uno de los valores humanos fundamentales para una mejor convivencia. Ésta consiste en la armonía en la diferencia, respetar el punto de vista de los demás sin tener que modificar el propio, entender que cada quién tiene sus convicciones e ideas y éstas no siempre van a estar de acuerdo con las nuestras y aceptar que existe una pluralidad de doctrinas o posiciones lo cual redunda en un adecuado perfeccionamiento para la sociedad.

 A lo largo de la historia se han observado gran cantidad de conflictos por la gran diferencia étnica que existe, principalmente por las guerras de religión. En efecto, la tolerancia evoluciona a partir de la ruptura del mundo religioso cristiano, la cual generó, a su vez, una necesaria convivencia entre las diferentes doctrinas teológicas en el marco de la transformación de los denominados Estados teocráticos, de este modo surge la tolerancia como un "precepto moral" que justifica la existencia pacífica y condescendiente de religiones distintas y que es considerada una categoría histórica que responde a las necesidades sociales y políticas de cada momento.

Los derechos humanos han estado en constante lucha para el desarrollo igualitario de la sociedad, todo esto bajo un valor tan intrínseco como lo es la tolerancia, que promueve un ambiente pacífico, el respeto a los demás y la igualdad a todas las creencias y opiniones. Basándose en el principio de la tolerancia, las naciones deben hacer valer los derechos humanos de toda la población y defenderlos arduamente para lograr un bienestar y correcto desarrollo social.

Ha sido tan importante la tolerancia en virtud de los Derechos Humanos, que no sólo se considera un deber moral, sino que es una exigencia política y jurídica y existen gran cantidad de acuerdos, convenciones y declaraciones a favor de ella. Una de las más resaltantes es la Declaración de Principios de la Tolerancia proclamada por la UNESCO (1995) donde reza que “la tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo, la democracia y el Estado de derecho. Pero que sin embargo practicarla no significa que debamos tolerar injusticias sociales o renunciar a nuestras convicciones”, y con respecto al estado, esta exige justicia e imparcialidad en la legislación, aplicación de la ley y ejercicio de poderes; exige también igualdad de oportunidades económicas y sociales para todos los integrantes del Estado, y desde el punto de vista Internacional, dice que “es fundamental que los individuos, las comunidades y las naciones acepten y respeten el carácter multicultural de la familia humana ya que si no existe la tolerancia en éste ámbito, no puede haber paz, y sin paz no puede haber desarrollo ni democracia”.

También toca el tema de la educación sobre la tolerancia  ya que se debe ayudar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades de juicio independiente, pensamiento crítico y razonamiento ético, por ello es esencial inculcar una enseñanza que vaya en pro de la tolerancia, para eso es necesario fomentar métodos sistemáticos que aborden los motivos culturales, políticos y religiosos de la intolerancia para saber cuales son las raíces principales de la violencia y la exclusión. El Estado debe crear programas educativos para contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre los grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones. 

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