LA ÚNICA SALIDA. EL LLAMADO.

LA ÚNICA SALIDA

EL LLAMADO.

Houston, Texas, E.E.U.U. 16 de octubre 2001.

Era una época del año en que todos necesitamos, pero no tenemos. Esa época en la que se acercan momentos duros y sequías. Que todos esperábamos pero que no estábamos listos para recibir. Había un hombre… Javier era su nombre. Tenía una familia como cualquier otra, con problemas  y alegrías, con altas y bajas. En las últimas horas, había discutido con uno de sus compañeros de trabajo por una falla que hubo en uno de los almacenes de la empresa donde trabajaba. Básicamente le habían echado la culpa a él y el culpable había sido su compañero. Así que discutieron en frente de todos y fueron llamados a la gerencia. No pasó nada grave pero, a Javier le suspendieron 2 semanas de trabajo, lo cual significaba menos paga. Al llegar a casa cansado y sin aliento a su casa, Revisó su buzón y entró, se sentó en su sofá y se dio cuenta que los niños ya estaban durmiendo y su esposa no estaba en casa. Por alguna u otra razón eso no se le hacía raro, ya había pasado varias veces…

Al revisar el correo de manera detallada, se dio cuenta que había un sobre con bordes negros y estampados de líneas en zic zac, se le hizo muy raro porque, por lo visto, no era ni de la empresa, ni de la renta, ni de los impuestos, ni siquiera la basura publicitaria de los supermercados o centros comerciales. Así que lo abrió y comenzó a leer…

Cuando hubo terminado, no podía creer lo que había visto. Había quedado como en shock no sabía si decirle a su esposa o si quedárselo para sí mismo, incluso, estaba tan confundido sin saber siquiera quién había podido enviarle ese sobre que no sabía si quizás era una broma o iba enserio. Pero, decidió hacer caso. Por algún u otro motivo él quería saber si era verdad o no lo que le decían en el sobre…. (Sólo por curiosidad).

Al día siguiente se levantó, organizó a sus hijos para la escuela (su esposa aún no llegaba) los dejó en la parada del autobús… y se dirigió al norte, a un condado llamado Early (tal como se mencionaba en el sobre).

Allí esperó la señal de la que hablaba el sobre y siguió las instrucciones (Como estaba suspendido, no debía asistir al trabajo, así que no tuvo problemas). Llegó a una casa, por fuera no se veía tan atractiva pero de todas formas se sintió con la invitación y pasó dentro de la casa. Dentro de la casa, vio un sillón y unas escaleras. Se preguntó si estaba en el lugar correcto y siguió. Como el sillón no estaba incluido en su ideal de por qué estaba allí, tuvo la idea de subir las escaleras y encontrarse con lo que de verdad le esperaba.

La razón de su presencia, lo que lo ayudaría o destruiría.

Antes de entrar completamente a la habitación, dijo:

 - “¿Hola?”…

 Y nadie respondió, se procuró a hacer lo necesario para ganar y esperar a que llegaran los demás.

EL COMIENZO DE TODO.

Después de un rato de estar esperando… revisó todo el interior de la casa, se sentía ansioso de saber por qué había sido elegido y quería saber cuáles eran sus opciones cuando de repente… La puerta principal se abrió y escuchó una voz que decía:

“- hola, ¿hay alguien allí?”…

Al parecer había llegado uno de sus compañeros, no estaba seguro si era la voz de una mujer o un hombre, ya que estaba tan lejos… Así que se acercó a la puerta y se sorprendió al ver quién estaba ahí.

Para su sorpresa, había una niña de unos 6 o 7 años acompañada de un perro enorme y de color café con ojos que expresaban odio y rencor y unos colmillos que daban miedo, Aun así Javier decidió no mostrar miedo y controlar su inseguridad hacia tan “querido acompañante” pensó que tal vez su padre o madre habían mandado a su niña con un perro para que la protegiera o bueno, eso era algo que él no podía saber.

Javier no se había fijado en que la niña traía una carta (diferente a la del sobre) en su mano… ya que, lo que más le preocupaba eran los colmillos de aquel acompañante tan intimidante.

-Hola. –Dijo la pequeña- sólo espero que la venida hasta aquí haya valido la pena. ¿Dónde están los demás?...

-Javier muy amable y apacible respondió: - Aún no han llegado, supongo que están retrasados o nosotros… muy puntuales. Quizás demasiado.

- La niña lo miró y sonrío y entró junto a su compañero a la casa. Ambos se sentaron en el sofá de la estancia principal mientras que el perro descansaba al frente de la puerta de entrada principal.

...