LLEGAR A LA META

Llegar a la meta...

Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega al puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.

Nadie encuentra el pozo hasta caminar por la sed del desierto.

Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Nadie deja de llegar, cuando de verdad se lo propone…

Con el delirio de carpetas rotas y papeles planeando en la brisa suave de diciembre, apenas si se dan cuenta que han llegado a la meta, que terminan una etapa.

Una etapa en la que han vivido cosas que los marcarán para el resto de sus vidas: tristezas, alegrías, angustias, felicidad...

Seguramente llegan a su memoria las primeras lecciones, los instantes plenos de nerviosismo durante los períodos de pruebas, la sensación de bienestar por el feliz resultado de los exámenes, la amena conversación con los compañeros y los profesores, los momentos de disfrute y convivencia en los recreos; todo ello para que, al final, con una amalgama llena de distintos y bellos matices, se forme el cuadro de su venturoso paso por estas aulas.

Atrás quedan aprendizajes, algunos forzados, y otros buscados por iniciativa propia.

Atrás quedarán también, algunos de los compañeros de la adolescencia.

De los profesores y preceptores, buenos o malos, también siempre quedará un recuerdo.

Aquel ser frágil, inseguro y tímido que miraba con incertidumbre el futuro, hoy es un joven optimista e ilusionado que se proyecta al futuro con la certeza de que ahora cuenta con herramientas para enfrentar los nuevos desafíos.

A partir de hoy su mirada comenzará a buscar nuevos horizontes. La senda que han seguido juntos se bifurca y cada uno escogerá la suya.

Sean los conductores de sus propias vidas.

Independientemente del camino que escojan, tengan siempre y en todo momento, como lo más importante en la vida, los verdaderos valores humanos.

Sean fieles a sus convicciones, escuchen siempre a su corazón.

Todo lo que emprendan háganlo con dignidad, con orgullo y con pasión. Equivóquense, también del error se aprende y mucho. Apuesten al sacrificio y al trabajo duro porque es la única manera de mejorar.

Nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos.

La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas, y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito.

Persistan en sus sueños. Aunque las derrotas temporales les causen dolor… cuando sean cosa del pasado, les divertirá recordarlas. Le dará más valor al éxito.

La sensación de libertad, de asumir el control del volante de la vida, da una seguridad y energía

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