La Fotografia Como Documento Historico
tlacuacherocker14 de Abril de 2012
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Introducción
Hoy en día es muy común hacer uso de distintas herramientas para preservar el patrimonio visual, una de estas herramientas es la fotografía, que cumple con esta función de preservar y nos da otras posibilidades, gracias a sus propiedades esta puede llegar a ser un estimulo para la compresión, la asociación de conceptos, ideas, experiencias e incluso es punto de partida para dar vuelo a la imaginación.
He decidido realizar este ensayo debido a un libro que me marco en mi niñez: “La mujer dormida debe dar a luz”, de Velazco Piña (1968) en donde se plantea el estudio de la historia atreves de imágenes. Aquí esta una breve parte del capítulo 2:
“—Voy a prestarle a usted esto: es una selección de reproducciones de algunos grabados con acontecimientos de la Revolución Francesa. Su mérito estriba en que todos los originales fueron realizados por personas que presenciaron directamente los hechos que se describen en los grabados. — ¿Y qué es lo que debo hacer con esto? —pregunté sorprendido, pues el giro que había tomado lo que yo suponía debería ser una clase de historia me resultaba del todo desconcertante.—Realizar el siguiente ejercicio: colóquese frente a un grabado y dediqué toda su atención a observarlo detenidamente en cada uno de sus detalles durante un lapso de unos cinco minutos; en el tiempo en que esté efectuando dicha observación no debe usted pensar en nada, ni siquiera en el acontecimiento que está representado en el grabado; únicamente debe concentrar toda su atención en observar todos y cada uno de sus detalles procurando retener éstos en su mente. Después de haber observado el grabado, debe apartarlo de su vista, cerrar los ojos, y durante cinco minutos tratar de visualizar mentalmente la escena contenida en el grabado, o sea, tratar de recordarla con toda exactitud. Al igual que durante el desarrollo de la primera parte de este ejercicio, su mente no debe propiamente estar pensando, sino únicamente recordando con la mayor precisión posible todos los detalles del grabado— ¿Y qué debo hacer después de esto? —pregunté.—Dedicar unos quince minutos a meditar sobre lo que vio en el grabado, o sea a pensar en los distintos significados e implicaciones que podrían derivarse de la escena representada, con objeto de poder comprender ésta en toda su profundidad.—¿Y al terminar de meditar?—Es conveniente descansar unos minutos, no más de diez, y en seguida volver a efectuar el mismo ejercicio con el mismo grabado, siguiendo el procedimiento en forma idéntica, o sea observación del grabado, representación mental y meditación.—¿Y al terminar el ejercicio por segunda ocasión? —Pregunté cada vez más sorprendido. —Otro descanso y a comenzar de nuevo.”
Así es como me asalto la duda de si esto es posible y si a la vez representa una forma más fácil de interpretar la historia para aquellos que tenemos más desarrollada la parte visual de nuestro cerebro, y quizás en un futuro represente la manera más conveniente de “escribir” la historia.
En este trabajo quiero resaltar la importancia de la fotografía en el proceso de interpretación histórica y a la vez hallar un método para su correcta interpretación y reproducción.
Para esto es necesario darle el valor de documento a la fotografía, este paso es el que enfrenta el mayor numero de problemas ya que algunos historiadores que niegan el pan y la sal a la fotografía como documento, no por despreciarla como fuente, sino sencillamente por no mencionarla siquiera prefiriendo sobre esta los documentos escritos a tinta sobre papel.
El crítico Stephen Bann cita: “la imagen visual no prueba nada o, en todo caso lo que prueba es algo trivial, que no puede ser un elemento de análisis histórico” negando el valor testimonial de las imágenes.
¿Pero qué veracidad tiene esto en un mundo donde cada vez más las imágenes sustituyen lo escrito por pictogramas que facilitan la comprensión y agilizan el tiempo que el cerebro tarda en procesar la información?
En este mundo moderno es cada día más común que la gente cargue en su bolsillo una cámara.
La imagen es una puerta a un mundo al que todos tenemos acceso, a diferencia del archivo donde solo las personas acreditadas pueden visitarlo.
Es más simple tomar una foto de algún acontecimiento importante que escribir y redactar una noticia, cabe recordar el refrán “una imagen vale más que mil palabras”. Hoy en día vemos que la gran cantidad de imágenes de sucesos relevantes son meramente fotos tomadas con un celular por aficionados, que estaban en el lugar y momento preciso.
Es importante mencionar que quien quiera hacer uso de la fotografía como elemento de interpretación debe ser consciente que en la mayoría de los casos estas fotografías no fueron producidas con esta finalidad. Resultando así elementos ambiguos y polisémicos BURKE, P. (2001) por ello es necesario un método que nos lleve a su correcta interpretación.
“Lo que tienen en común la historia y la creación artística es que ambas tienen la capacidad de formar imágenes” huizinga, (1905)
Historia de la fotografía
La palabra, "Fotografía" se deriva del griego foto (luz) y grafos (escritura) se traduciría a: escribir con luz. Su historia comienza en 1520 con la primera publicación sobre la cámara obscura, de Cesare Cesariano. Por su parte, en esos mismos años el científico Georgius Fabricus experimentaba ya con las sales de plata, notando algunas de sus propiedades fotosessibles.
Arriba: “punto de vista desde la ventana” Joseph Nicephore 1826
Es la fotografía más antigua de la que se tiene registro
En 1558, Giovanni Battista della Porta, hace popular la cámara obscura entre los pintores de su época. Gerolamo Cardano aporta una mejora a la cámara obscura: un lente en la apertura de la cámara.
1600, la cámara se transforma en un instrumento portátil de madera, antes de esto era una habitación completa donde cabía una persona,
1777, el sueco Carl Wilhelm Scheele publica su tratado sobre las sales de plata y la acción de la luz.
1839 Sir John Herschel. Publicó todo el proceso fotográfico y por primera vez se le llama fotografía.
La fotografía como elemento histórico, documental y antropológico
Gisèle Freund (1976) nos habla de la característica documental desde su creación en 1839 ya que al inicio de su creación la fotografía no tenia pretensiones artísticas, era utilizada para elaborar retratos, estos solo eran apreciados por un pequeño círculo de personas. Hoy esos retratos nos dan una idea de cómo era la visión de la sociedad de esos días. No es sino a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que se comienzan a realizar encargos fotográficos de tipo Etnográfico. En las misiones científicas, viajaban con los equipos expedicionarios fotógrafos que tomaban placas para documentar: plantas, personas, animales, paisajes y monumentos.
En los años de 1850 ya se tomaban fotografías de hechos relevantes para la sociedad, pero estas no se podían hacer llagar a una gran cantidad de público debido a su difícil reimpresión, no es hasta El 4 de marzo de 1880 que una fotografía aparece reproducida en un periódico: el Daily Herald de Nueva York bajo el titulo “Barracas” aparece la primer fotografía producida masivamente por un método a base de pequeños puntos. Esto marcaria el inicio de: la fotografía periodística.
Pero no es hasta 1888 que aparece el primer reportaje fotográfico, cuando Jacob Riis publica “How the other half lives” en el que relata la historia de un inmigrante danés en Estados Unidos.
La época dorada del fotoperiodismo es entre años 30´s a los 50´s, incentivados por los grandes conflictos bélicos de esos años.
La importancia de la imagen
“Los investigadores llaman a sus documentos de investigación “fuentes” es imperativo redefinir este término por el de: “vestigios” del pasado”.
Si hoy el Archivo de fondo que son escritura sobre papel es absolutamente predominante en la investigación histórica, la aparición y el aumento del constante uso de materiales de otro género como: filmes, fotografías, grabaciones de sonido, imagen de todo género ya es inminente.
Pero lo más importante de todo es: la integración de esos tipos de medios. En el futuro, la historiografía tendrá que hacer necesariamente un uso masivo de estos tipos de fuentes. Actualmente, los historiadores no están preparados para hacer uso de estas fuentes y se sienten mucho más cómodos
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