La Noción De Estándar De Ge Stión Escolar
Enviado por carinaa • 1 de Octubre de 2013 • 2.750 Palabras (11 Páginas) • 288 Visitas
La noción de estándar
de ge stión escolar
En política educativa se entiende por estándar una descripción de características
mínimas o deseables como ideales o metas relativas a actores (específicamente
maestros, directivos, personal de apoyo), insumos (como libros de texto, tecnología
para la enseñanza, currículo, calendario, normas y reglas), procesos (como liderazgo,
estrategias didácticas, actividades del Consejo Técnico, estrategia de solución
de conflictos) o resultados (como niveles de desempeño en exámenes estandarizados
por los estudiantes, nivel de satisfacción de expectativas) que se establecen de
manera formal como mínimo aceptable, como ejemplo de buena práctica o modelo
por costumbre, por normas o por autoridades.5 Ravitch ha definido la noción
fundamental de estándar cuando señala que:
… es tanto una meta (lo que debiera hacerse) como una medida de progreso
hacia esa meta (qué tan bien fue hecho). Todo estándar significativo
ofrece una perspectiva de educación realista; si no hubiera modo de saber
si alguien en realidad está cumpliendo con el estándar no tendría valor o
sentido. Por tanto cada estándar real está sujeto a observación, evaluación
o medición (1996: 3).
No se deben confundir con los currículos, en cuanto que asignan prioridad selectiva
al prescribir aspectos básicos que el sistema educativo debe garantizar a todos
sus alumnos. Para lograr esa garantía los estándares deben ser públicos, explícitos y
lo más claros posible. No sólo deben ser conocidos, sino estar basados en un am-
5 Elementos importantes del concepto fueron tomados de Stake, 2004.
Docume nto base. Versión preliminar 22
plio consenso acerca de los aprendizajes que necesita una sociedad y, por lo tanto,
tienen que ser asumidos como guías valiosas para todos los actores, en especial para
aquellos que son los practicantes directos, en este caso maestros, alumnos, padres,
directivos y funcionarios. Con ellos, los maestros saben, con claridad, qué es lo que
deben enseñar a todos; los alumnos, a su vez, saben qué es lo que deben aprender
para aprobar los grados de manera satisfactoria; los padres, lo que sus hijas e hijos
deben aprender en la escuela a la que asisten, lo que les resulta útil para apoyarlos
y para exigir a la escuela; los directivos tienen más referentes para desempeñar acciones
de gestión, planificación y evaluación que den cuenta del funcionamiento de
la escuela como un centro de aprendizaje, no sólo como un centro de trabajo sin
compromiso con los logros académicos; los funcionarios para diseñar las políticas y
programas que expresen compromisos de todos los actores, a fin de que los alumnos
logren los aprendizajes expresados en los estándares.
Una manera de entender la importancia de formular estándares consiste en observar
qué sucede ante su ausencia. Como bien lo ha señalado Claudia Tamassia:
Nuestra sociedad claramente espera que los estudiantes adquieran y demuestren
un alto nivel de conocimientos y habilidades que les permita transformarse
en participantes plenos de nuestra sociedad y de los futuros mercados
laborales. A pesar de que todos los educadores concuerdan con este principio,
sigue existiendo el problema de definir qué tipo y nivel de conocimientos y
habilidades deben adquirir los estudiantes. Debido a la carencia de directrices
claras y procedimientos documentados acerca de lo que se espera de las
escuelas, son los profesores quienes deben asumir la responsabilidad de determinar
qué debe enseñarse en sus aulas y la forma más apropiada de evaluar lo
que enseñan. Esta falta de dirección obliga a los educadores a desarrollar sus
propias listas de contenidos y rendimientos esperados con base en sus propias
visiones de lo que es importante y lo que se espera. En consecuencia, lo
que se enseña en las aulas y la forma en que ello es evaluado está sujeto a
una gran variabilidad y se ve impactado por las calificaciones e ideas propias
de los educadores (2006: 1).
Cualquiera puede hacer la prueba de asistir a las aulas y preguntar a los docentes
de la misma escuela y grado qué debe saber un alumno para ser aprobado; con
seguridad encontrará que maestros vecinos tienden a identificar contenidos muy
diversos como importantes y significativos para sus alumnos, a pesar de que comEstándares
de Gestión para las Escuelas de Educación Básica en México 23
partan antecedentes de desempeño individual muy semejantes, así como aspectos
culturales y socioeconómicos propios y de sus familias, toda vez que forman parte
de una misma comunidad. Pero no sólo los maestros suelen aplicar criterios de
selección temática de manera arbitraria, sino que los alumnos no saben qué se
espera que aprendan, ni los padres saben cómo apoyar a sus hijos.
Por eso, una estrategia para la mejora de la educación básica tiene que ver,
entre otras acciones críticas, con la formulación de estándares de logro y la definición
de estándares de desempeño de maestros y escuelas, como parte de un esfuerzo
por disminuir la fragilidad de la escuela pública, ámbito central del Sistema
Educativo Mexicano. Consideramos que un segmento importante de la fragilidad
de nuestra escuela pública radica en la ausencia de una clara definición de los
contenidos cuyo aprendizaje es prioritario, de la dilucidación de los procesos de
enseñanza básicos a ser desarrollados en las aulas, así como de la caracterización
de los criterios elementales de desempeño institucional de la escuela.
Los estándares, en buena medida, son tipos ideales que deben desarrollarse
bajo condiciones generales.6 Estos tipos ideales se sugieren como descriptivos
del tipo de conocimiento, comportamiento, habilidad o destreza considerados
deseables para un estudiante, los docentes o toda una escuela, en el marco de las
normas y regulaciones de un sistema educativo. En ocasiones, los estándares son
formulados como los desempeños mínimos, y en otras como aspectos prioritarios.
En todo caso, se formulan como una fuerte recomendación o incluso como
prescripciones obligatorias a partir de leyes que oficializan su generalización. En
el continuo que va de la sugerencia a la norma obligatoria, nuestra propuesta se
ubica en el
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