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La Pena De Muerte


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  1.511 Palabras (7 Páginas)  •  469 Visitas

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La pena de muerte ha sido mundialmente uno de los temas de mayor controversia atreves de los tiempos. Desde sus inicios ancestrales con la aparición de la Ley del Tailon y el Código de Hammurabi durante los 1700 a.C hasta la edad actual la pena capital ha despertado una gran gama de comentarios acerca de si misma, desde aquellos quienes la aprueban como justa y necesaria a su contra parte tildada como violadora de los derechos humanos. El presente nos mostrara ciertas afirmaciones contrarias a la aprobación y el uso de la pena capital en edad actual así como una leve mención a la situación demográfica actual en cuanto a la aprobación de la pena de muerte de refiere. Veremos como la pena de muerte no es una solución viable, humana ni mucho menos civilizados a los delitos que esta condena y como su fin no justifica los medios.

Para muestra de la situación global actual el informe 2009 de Amnistía Internacional sobre Condenas y Muertes nos revela:

“Al terminar 2009, un total de 139 países habían abolido en todo el

Mundo la pena de muerte en la ley o en la práctica. Sólo 58 países

Seguían manteniendo este castigo en su legislación…Son 18 los

Países que aún siguen ejecutando a personas como forma de disuasión

Contra el crimen, y una pequeña proporción de ellos lo hacen además

Como forma de represión de la oposición política. Por primera vez en la

Historia, en una región del mundo –Europa– ha transcurrido un año

Entero libre de ejecuciones” (2009)

Al ver estas estadísticas podemos apuntar a un único sentido, la desaprobación de esta pena, con respecto a este sentir podemos contrarrestarlo al pensar en uno de los grandes justificantes al uso de la pena de muerte a nivel global como lo es el pensar que esta pena disuadiría a otros criminales de cometer más crímenes semejantes o incluso peores a los ya castigados por ley haciendo que el nivel de criminalidad y violencia disminuyan. Sin embargo, al mirar el número de ejecuciones más recientemente realizadas, 714 a nivel mundial durante el 2009 sin contabilizar a los países orientales como China quien ejecuta anualmente más personas que el resto del mundo unido, es válido preguntarse cómo es que la criminalidad persiste en estos países. La respuesta es obvia, la pena de muerte no hace que un criminal tema al realizar un delito. Comprobando esta afirmación Bustamante en alusión la violación de menores nos añade “Claro que no disuade. El que va a violar a un niño o a una niña, no piensa, no analiza, no razona. El impulso aprendido es más poderoso que toda razón o fuerza: necesita ser él mismo. Ejercer dominio, poder someter y humillar. La violación tiene muy poco que ver con erotismo, el deseo, la sexualidad” (2006).

Si esto no fuera cierto no deberían de haber delitos o criminales en los paises que ejecutan prisiones pensando que otros se intimidaran.

Si bien es cierto que la pena de muerte no va a disuadir a otros criminales y que continuaría el círculo interminable de criminalidad, penalización y ejecución, podemos pensar en las bases legales para juzgar a una persona como culpable y futura víctima de la pena de muerte. ¿Existe suficiente seguridad en el juzgado para declarar a una persona culpable y ser cometido a la pena de muerte? En vista de esta interpretación Vejarano nos afirma “los jueces somos susceptibles de error. Si se aplica inadecuadamente una pena de cárcel, esta equivocación puede subsanarse. Pero cuando media la muerte, el hecho es irremediable” (2006).

Ahora solo queda preguntar, ¿podría usted cargar con la culpa de sentenciar a una persona inocente a ejecución?

Como vemos, el juzgar a un posible sentenciado a muerte no es un proceso sencillo y que encierra en sí un gran riesgo. Con el paso de este proceso existen una gran cantidad de variables que pueden afectar aún más el veredicto final, como lo es la legitimación de la defensa personal del acusado. En casos donde no existen testigos y las pruebas son pocas hay siempre la duda de la razón de la muerte, en muchos de estos casos son por defensa propia ante una previa agresión. Ante esta realidad no hay razón alguna para sentenciar a una persona quien solo buscaba guardar su integridad y salvar su vida ante una situación de riesgo.

Si bien la pena de muerte fue introducida como un método para terminar con la violencia y la criminalidad eliminando a sus sentenciados no es contradictorio pensar que al Estado asesinar a sus criminales produce en sí mismo más violencia. Al

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