La comunicación interpersonal
Enviado por pornesiaparapio • 14 de Diciembre de 2022 • Resumen • 1.374 Palabras (6 Páginas) • 72 Visitas
La comunicación interpersonal se define como el proceso de comunicación entre individuos, que tratan de transmitir estímulos a través de símbolos, con la intención de producir un cambio en el comportamiento.
Como seres sociales que somos, durante la mayor parte de nuestro tiempo estamos en interacción con los demás, por lo que poseer habilidades sociales, junto con otros factores, determinan la calidad de nuestra vida y el éxito de nuestras relaciones.
Las habilidades de la comunicación, parten de la simpatía y pasan por la relación con los demás, que se hace con un fin concreto: orientar el comportamiento de las personas con las que uno se relaciona hacia donde uno pretende. Cuanta mayor capacidad de relación con los demás, mayor autoestima y mejor imagen personal, y viceversa.
Las situaciones de interacción personal a las que se puede enfrentar una persona a lo largo de su vida son casi infinitas, que resulta imposible su análisis y establecer una clasificación de las mismas. El comportamiento que integra la habilidad social, como cualquier otra conducta, se debe considerar dentro de un marco cultural determinado, los patrones de comunicación varían ampliamente entre culturas e incluso dentro de una misma, dependiendo de factores como la edad, el sexo, clase social o educación.
Definimos las habilidades sociales “como el conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal, que expresa sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás.
De la anterior definición se desprenden una serie de consecuencias que nos ayudan a concretar mejor el concepto de habilidad social. Vemos cómo se refiere a cualquier tipo de conductas, donde incluiríamos tanto los comportamientos que resultan directamente observables como los encubiertos (pensamientos), que son aquellos que no se pueden observar directamente. El hecho de que estemos haciendo referencia a situaciones de relación social va a intensificar el que apuntemos a las conductas directamente observables por nuestros interlocutores. Aun así, no se debe olvidar que la realización de las conductas observables están influidas por las no observables, por lo que también hay que prestar atención a estas últimas.
Vemos cómo otra de las características de la habilidad social es su uso con relación a otras personas, por lo que no cabe hablar de habilidades sociales sin la presencia de relaciones sociales interpersonales.
El conjunto de conductas que van a integrar la conducta socialmente hábil será utilizado para expresar sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un individuo, para que el individuo se comunique con los demás, respetando la comunicación de los demás en el sentido de adaptarse a las características particulares de cada situación y con el menor número de problemas.
Cuando hablamos en términos globales y amplios de conceptos como asertividad, capacidad de relación heterosocial, efectividad en entrevistas de trabajo, capacidad de comunicación o capacidad de escucha, estamos haciéndolo sobre habilidades generales, que son designadas también de forma general o global, son el ideal al que pretendemos aproximarnos con la realización de un plan de preparación en el tipo de habilidad que sea. Este tipo de habilidades se denomina «categorías molares», y contienen elementos generales, subjetivos y cualitativos que estarán influidos por el entorno social donde se realice la conducta social. Tienen a favor el que su impresión subjetiva presenta una medida de cómo el sujeto impacta en los demás.
El grado de subjetividad impide aproximarse a su estudio con un mínimo de firmeza, lo que hace casi imposible plantear métodos concretos de evaluación y aprendizaje. No cabe más que considerar las habilidades sociales como un «don» que se posee o no, pues no permite el análisis concreto de esa impresión que impacta en los demás.
Y cuando nos referimos a términos exactos y objetivos, o aspectos como el contacto ocular, la sonrisa, el volumen o la postura, estamos hablando de «componentes moleculares». Son de los que dependen las habilidades generales las «categorías molares. Su utilización supone dividir la conducta interpersonal en elementos específicos, medidos de forma que puede llegar a resultar altamente objetiva, al poderse cuantificar con exactitud, ya sea por la cantidad de segundos de contacto ocular o el número y tipo de perturbaciones del habla.
De forma complementaria a las «categorías molares» y a los «componentes moleculares», se intentó estudiar las habilidades sociales desde un «nivel intermedio», en un intento de encontrar lo mejor de la metodología más amplia y objetiva, haciendo referencia a habilidades como la expresión facial o la voz, que de forma estricta se ubicarían en ese nivel intermedio, pero en muchas ocasiones se consideraban dentro de los componentes moleculares.
A partir de esta perspectiva se considera más adecuado proceder al estudio de las habilidades sociales, pues permite una aproximación rigurosa y cuantificable sin perder de vista la subjetividad y el análisis cualitativo que requiere considerar la conducta dentro de un entorno social concreto.
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