La disponibilidad y al acceso al agua en México

CAPITULO IV: ESTADO DEL ARTE

Maldonado (2019)  menciona que todos los seres humanos necesitamos por decreto  unánime la salud y una buena calidad de vida, lamentablemente esto no es posible de proveer en algunos puntos del planeta. Para poder acceder a una calidad de vida digna lo fundamental es el acceso al agua, está misma debe ser tratada para evitar afectaciones al ser consumida.

El agua misma es considera como un recurso renovable pero debido al creciente aumento de las actividades humanas, el agua resulta gravemente afectar a tal grado de degradar su calidad para no ser apta al consumo de seres vivos. Mediante los procesos de purificación del agua se busca evitar condiciones no favorables para el bienestar.  Además Jaramillo (2019) nos habla de una creciente tendencia  hacia un consumo más saludable y responsable que gestan hábitos convenientes para los consumidores.

Caballero (2015) señala que en México el servicio de agua potable es ofrecido por una concesión estatal, municipal o local, dichas concesiones no están reguladas por alguna secretaria federal, estatal lo que facilita a los directivos de estos organismos a trabajar con demasiadas ineficiencias administrativas lo que provoca deudas económicas con bancos, mal uso de los recursos destinados a este servicio y por ende baja calidad del servicio de agua potable. Esta última condición tiene que ver con la causa de enfermedades gastrointestinales en la población.

De la reserva global del agua, el 2.5% es agua dulce y el resto es salobre. De ese 2.5% la mayoría está congelada en regiones polares y el 30% está en acuíferos de difícil acceso. Como resultado solo el 0.007% del agua total global es directamente accesible para uso humano. Desafortunadamente, gran parte del agua disponible es contaminada por las industrias, la agricultura y otras actividades urbanas. Por lo tanto, la recuperación de agua resulta de gran importancia (Nunes & Le, 2016), los contaminantes más comunes son fenoles, tintes, detergentes, insecticidas, plaguicidas y metales pesados y debido al uso excesivo, desperdicio, la mala administración se ha provocado una crisis de escasez.

De acuerdo a Martínez (2017a), una de las principales causas de mortalidad y morbilidad en países en vías de desarrollo son las enfermedades causadas por el consumo de agua proveniente de cuerpos de agua contaminados, ya sea con material fecal u otros elementos biológicos. De igual manera menciona que la escasez de agua existente en ciertas regiones representa un obstáculo para que la población pueda tener acceso a una higiene adecuada y realizar saneamiento de sus hogares, ya que actualmente 1 500 millones de personas dependen del agua subterránea como única fuente para bebida, por lo que la sobreexplotación y contaminación de mantos freáticos son las principales amenazas en materia de salud pública.

En México, el volumen de precipitación es de 1,515 km3 (100%), de los cuales 1,092 km3 (72.1%) regresan a la atmósfera mediante procesos de evapotranspiración, 346 km3 (22.7%) escurren por cauces naturales y solo 76 km3 (5.2%) se infiltran (Martínez, 2017b).

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Figura 1 - Total de precipitación y disponibilidad

En términos generales, se puede decir que existe disponibilidad de agua en México, sin embargo, debido a que su distribución no es la misma en todo el territorio, hay zonas en donde la escasez de la misma se ve contrastada con otras regiones en donde es abundante. Lo mencionado anteriormente trae como consecuencia situaciones severas de abastecimiento en el centro y norte del país, donde la demanda del agua sobrepasa la renovación natural y prevalece la sobreexplotación de acuíferos (Pacheco-Vega, 2015).

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), a través del Programa Nacional Hídrico 2014-2018, documento que rige la política hídrica en México, que se deriva del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y del programa Sectorial de Medio Ambiente 2013-2018, establece los elementos estratégicos y críticos que le dan soporte, forma y razón de ser, atendiendo las necesidades hídricas actuales y los desafíos que se puedan presentar en los próximos años, generando estrategias y líneas de acción para las políticas públicas y una gestión adecuada en la gestión eficiente de los recursos hídricos.

En lo referente al abastecimiento de agua en México, Martínez (2017c) cita factores como la variación de altitudes, combinada con la latitud geográfica, los cuales condicionan una variedad de cuencas y regiones ecológicas, cada una de las cuales ofrece vegetaciones particulares a los diversos paisajes del país y permite que el ciclo hidrológico ocurra en las cuencas. Las cuencas hidrológicas son la mínima unidad en el manejo del agua, se encuentran agrupadas en 37 regiones hidrológicas, pero para su manejo la CONAGUA las ha agrupado en 13 regiones denominadas hidrológico-administrativas. En el siguiente mapa se ilustran las regiones correspondientes:

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Figura 2 – Mapa de las Regiones Hidrológicas Administrativas (RHA) de la República Mexicana

Un punto importante para Jaramillo (2019) es la salud, la cual hoy en día es un tema que preocupa no solo a los consumidores sino también a los gobiernos en turno porque todas las enfermedades se convierten en gasto corriente del presupuesto anual. Aunque una responsabilidad del estado, el proveer agua potable, existe cierta desconfianza del grado de potabilidad de la misma por tal motivo las personas prefieren consumir agua embotellada que da una certeza de la calidad del liquido vital.  

De acuerdo al autor anterior cerca de 1.200 millones de personas no tienen acceso a una fuente de agua segura y las enfermedades relacionadas con la falta o la inadecuada calidad del agua afectan a más de 2.300 millones de personas. Con una cifra anual de 1.4 millones de niños que mueren por enfermedades diarreicas, de las cuales el 88% se atribuye al consumo de agua no segura o a deficientes condiciones de higiene y saneamiento.

En la actualidad existen varias tecnologías para el tratamiento del agua a nivel domiciliar que han sido usadas principalmente en los países en desarrollo por su facilidad de acceso, la simplicidad de su operación, el grado de aceptación por parte de la comunidad y su eficacia en la reducción del riesgo microbiológico. (Vidal & Rojas, 2015)

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