La economia argentina desde sus origenes hasta principios del siglo XXI

La etapa analizada en el presente texto es la que abarca el periodo comprendido entre el siglo XVI y fines del siglo XVIII. Es definida como la etapa de las economías regionales y de subsistencia, y se caracteriza por la existencia de varios complejos económico-sociales, en las distintas regiones del país, que producían básicamente para el consumo interno y muy bajos niveles de productividad.

Las economías regionales de subsistencia del actual territorio argentino.

Ubicación de estos territorios en la economía colonial del nuevo mundo.

Dados los elementos condicionantes de la localización de la actividad económica en la América colonial (ubicación geográfica y disponibilidad de recursos naturales aptos para la producción exportable), se explica que el actual territorio argentino haya sido uno de los menos desarrollados durante la época. Sus tierras no ofrecían elementos de atracción para la producción destinada a la exportación. Este territorio no poseía el tipo de recursos naturales de magnitud y localización geográfica adecuadas como para constituirse en un centro importante de la economía colonial.

La principal característica del medio físico en estos territorios era la pradera de la zona templada, excepcionalmente apta para el cultivo de cereales y la producción ganadera. La región pampeana constituye una de las praderas naturales de clima moderado más extensas y fértiles del mundo.

Hasta prácticamente fines del siglo XVIII, la producción de cereales y de productos de la ganadería (cueros, carne, leche y derivados, sebo) constituyen actividades principalmente destinados al autoconsumo de los productores o al estrecho mercado local. La explotación de cueros constituye una excepción significativa.

En cuanto a la ganadería, al promediar el siglo XVIII surgió en estos territorios la estancia colonial, que permitió el aprovechamiento del trabajo servil, pero solo en pequeña escala en comparación con las grandes unidades productoras.

El actual territorio argentino tampoco guardaba, en el macizo andino y en las zonas montañosas del centro y noroeste, yacimientos de oro y otros minerales preciosos.

La población indígena existente en la época de la conquista se encontraba principalmente en la actual zona de Cuyo, en las provincias del Noroeste en las estribaciones del imperio incaico y en el centro del país. Estas poblaciones fueron económicamente aprovechadas dado su carácter pacífico y organizado.

La Región del Noroeste.

Esta región incluía las actuales provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán.

Hacia principios del siglo XVIII la población estaba compuesta básicamente por indios y mestizos.

Se caracterizaba por la producción de cultivos como azúcar, arroz, algodón y tabaco; como así también, los frutales, la vid y el trigo. La hacienda bovina, ovina, caprina y caballar se desarrolló en esta zona.

La producción de metales, que alcanzo escasa importancia, estaba destinada al mercado interno. Paralelamente a las actividades agropecuarias se desarrollaron las artesanías, particularmente la producción de paños de algodón y lana, carretas, muebles y la transformación de productos de la ganadería como el sebo y el cuero.

Por un lado existían grandes fincas, propiedad de europeos, dedicados a la producción de algodón y a la ganadería para las minas del Alto Perú y de alimentos para el autoconsumo. El resto de la actividad agraria estaba en manos de trabajadores que producían fundamentalmente para su propia subsistencia y para el reducido intercambio.

Algunas de las actividades de la región gozaron de cierta prosperidad debido a su vinculación con el comercio interregional. La cercanía de Potosí, centro minero del Alto Perú, generaba

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